Ahora estamos paralizados

    10 jul 2020 / 16:38 H.
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    Las crisis económicas son cíclicas y sirven para depurar y resurgir con fuerza creando mayor riqueza y bienestar. La motivada por la pandemia, que no tiene base económica, ha puesto al descubierto que la salida de la crisis inmobiliaria no fue resuelta o que el sistema empieza a tener problemas conceptuales. Hemos tomado un camino en el que después de cada crisis la mayoría sale más empobrecida y la minoría mas pudiente más enriquecida. El coste no lo soporta ya el sistema financiero o productivo obsoleto sino los Estados. Estos se endeudan o crean oferta monetaria sin endeudamiento para atender las necesidades básicas, pero al final la riqueza financiera creada termina en manos de los enriquecidos y la economía no avanza. Vamos a llegar a un callejón sin salida donde unos pocos ciudadanos van a tener más poder que los Estados, que además los controlarán al ser dueños de sus deudas. Algo así como un nuevo y moderno Estado feudal. Hemos empezado por que se consideran deidades y, por tanto, no deben pagar impuestos, porque, dicen, son nuestra salvación. Es momento de replantearse hacia dónde vamos y rectificar algunos pilares económicos que no están creados para avanzar sino para acumular.

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