Abril de principio a fin

    05 abr 2025 / 09:32 H.
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    Con fortuna hemos pasado el mes de marzo entre agua viene y agua va, porque ha llovido como hacía tiempo que no se veía, con el consiguiente beneficio para nuestras vidas que han resucitado a la esperanza, y sobre todo para nuestros campos que estaban más que secos por no decir desérticos. Hemos visto de nuevo correr los arroyos por sus cauces casi perdidos, reverdecer las plantas que apenas eran espinos mustios, crecer los trigos como en los tiempos antiguos, florecer los almendros en las vegas sedientas y nacer la espiguilla en los olivos, resecos por la sed acumulada durante esos largos años de sequía que hemos sufrido. Podemos dar gracias al cielo que ha sido benévolo con nosotros y nos ha enviado la lluvia cuando más la necesitábamos, en un mes que no suele ser demasiado generoso en agua según dicen las estadísticas, y ahora seguiremos confiando en que se cumpla el refrán castellano que dice así “en abril, aguas mil” porque a pesar de todo lo llovido los embalses de la cabecera del Guadalquivir están llenos sólo al 40 por ciento de su capacidad, con lo que se puede afirmar que queda mucho por llover para volver a la normalidad perdida hace ya varios años y tener agua acumulada para el consumo humano y el riego de nuestros campos, en especial de los olivos que todavía tienen estrés hídrico acumulado a pesar de tan generoso mes de marzo.

    Hasta aquí la buena nueva que hemos recibido en marzo que como digo es muy de agradecer al cielo, aunque por desgracia con la excusa de la lluvia ha caído el precio del aceite a precios de ruina, aunque de eso tenemos la culpa nosotros porque seguimos cayendo en las garras de los intermediarios que ya especulan con que la próxima cosecha va a ser abundante y eso es algo tan impredecible como inseguro porque la lluvia que los campos han recibido sólo ha servido para que no se sequen los olivos y estén en condiciones de volver a florecer cuando llegue mayo, de cuajar aceituna en junio y de conservar la esperanza de cosecha si todo va bien, si no vienen los fríos cuando el árbol esté en flor, que también puede fenecer con olas de calor como tantas otras veces ha sucedido, con tormentas de granizo a finales de primavera y con las plagas de mosca, repilo, barrenillo y demás zarandajas que merman la cosecha una vez cuajada. Por todo esto, los precios del aceite sólo reflejan la indefensión de los productores y la voracidad de los distribuidores. Y aquí lo dejo, para hablar de temas más agradables, que también tendrán lugar en abril, que esperamos haga honor a su refrán ya citado.

    En abril, tenemos dos fiestas que llegan un año tras otro y que solemos celebrar como Dios manda. La primera es la Semana Santa
    —también puede caer en marzo porque depende de la fecha de la primera luna llena de primavera—. Este año veremos de nuevo en nuestras calles las imágenes objeto de nuestra devoción y aquellos que son religiosos asistirán a los oficios propios de esa fiesta religiosa, mientras otros disfrutarán de unos días de asueto y podrán descansar plácidamente en casa, en el campo, en alguna hermosa ciudad o en la playa, cada cual como mejor le plazca a la familia
    y al bolsillo.

    La segunda fiesta se celebra desde hace ya varios siglos el último fin de semana de abril y es una tradición que une a toda la provincia con el hermoso y hospitalario pueblo de Andújar. Es la romería de la Virgen de la Cabeza, Patrona de la Diócesis de Jaén, que espera a todos los romeros en su Santuario de Sierra Morena. Una vez más veremos a cientos de miles de personas, recorrer los caminos que cruzan el Jándula, detenerse a descansar contemplando los campos de mil verdores, cuajados de pinos y jaras en flor, tomar aliento para subir por las calzadas que llegan al Santuario, entrar a la iglesia y llegar hasta el camarín para rezar ante la “Morenita” e implorar su bendición y algún que otro favor que todo peregrino siempre tiene pendiente de resolver y que ella escucha y a veces concede. Después vivir la procesión y la fiesta. Abril es un mes lleno de sensaciones, colores, sabores, oraciones y vida. Disfrutemos de abril y que no nos falte la
    lluvia a su debido tiempo.



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