¿A quién servimos?

    06 feb 2022 / 16:45 H.
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    No podéis servir a la vez a Dios y al dinero”. Los dos mil años que tienen estas palabras, vienen a expresar la dicotomía entre Dios, que invita a la caridad entre los hombres, y el dinero egoísta, el que no se comparte, el que se idolatra. Supongo que todos estaremos de acuerdo en que entre las muchas acepciones de la palabra caridad, una de las principales es la “consideración hacia los demás”, esto es, ponernos en el lugar del otro, o, dicho de distinta manera, la caridad es querer para los demás lo que quieras para ti. Siendo así, supongo que también todos estaremos de acuerdo en que en el otro extremo del tablero están las grandes fortunas, egoístas, que no tienen caridad, ni quieren para los demás lo que quieren para ellos, ni, por tanto, tienen consideración con nadie, pese a la apariencia que dan. Por eso, sencillamente por eso -supongo que también lo compartirán conmigo-, las personas mayores se ven relegadas incapaces de adaptarse al manejo de las tecnologías que los poderosos imponen, quienes, cada vez más deshumanizados, olvidando la importancia de preservar el respeto entre los hombres, quedan insensibles ante las necesidades de tantos. ¿A quién servimos nosotros?

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