A pan y agua

Llevaba días cantando “Mira que eres linda...” cada vez que llenaba una jarra de agua. Fue por culpa de un documental sobre un señor japonés que decía que el agua tiene memoria y refleja el entorno donde ha sido recogida. Al leer sobre la falta de rigor científico de su método, decidí buscar artículos más serios y encontré uno en la revisa Nature que exponía que las moléculas de agua que rodean una sustancia pueden capturar sus ondas electromagnéticas después de que esta haya desaparecido. Sería mágico para la humanidad, si no fuera porque el experimento lo financió el laboratorio líder mundial de la homeopatía. Así que he dejado las pseudociencias y de cantar boleros al agua, para amarla sin más; porque la llevo dentro en un 80%. Ahora, los científicos advierten que uno de los paraísos europeos del agua, Doñana, se está muriendo, y piden frenar la ley de la derecha andaluza que pretende la legalización de más de 1.500 hectáreas de invernaderos ilegales de fresas, en una zona donde la sequía, los pozos ilegales y las urbanizaciones han hundido el acuífero a niveles nunca vistos. Pero, ¿alguien cree que harán caso a la evidencia científica, a dos meses de las elecciones municipales?