¡A dos velas!

En Baeza y otras ciudades celebran veladas nocturnas, apagando el alumbrado eléctrico, dejando las calles tenuemente iluminadas con la cálida y ondulante luz de las velas para maravilla de paseantes nostálgicos. Más piadosas son las velas encendidas en el día de muertos en los cementerios. Con actitudes rituales trágicas y cómicas, cristianas, indígenas y modernas en ciudades mexicanas como Oaxaca y Michoacán se velan esos días los recuerdos de los difuntos. En las culturas nórdicas Halloween y carnavaladas de vampiros y zombis. Por la hispanofobia padecemos el mal uso político del recuerdo de los muertos de la Guerra civil en leyes de memoria histórica y democrática. Ultrajar la unidad nacional ensalzando el bando perdedor republicano, juicio sumarísimo contra la reciente Historia de España. Esos difuntos importan poco a los gerifaltes, además favorecen leyes del aborto, la eutanasia y empobrecen a las familias con gravosos impuestos de la luz eléctrica y de todo tipo, otros despilfarradores Presupuestos Generales del Estado. A dos velas dejan a las próximas generaciones con el déficit público. No dejan en paz ni a vivos ni a muertos.