13 Rúe del percebe

    18 may 2022 / 16:00 H.
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    La crónica política del momento sería cómica si no fuera dramático el marasmo generalizado por el desgobierno de quienes deberían regir la Administración en lugar de parasitar el Estado; lo que pasa aquí es de chiste, por desgracia no están de moda —¡pena de Mingote, ay Hermano Lobo!— y no tenemos quien lo cuente. El enredo está servido; lejos de expulsar de la política a quienes delinquen incumpliendo las reglas del juego, se pacta con ellos y juntos critican a los espías por hacer lo que deben y los convictos contra la Constitución exigen explicaciones a quienes deben protegerla, reclaman responsabilidades a sus socios y ya se han cobrado a la jefa. Para colmo, ahora revelan sin pudor para embarrar más el campo que hace un año violaron las comunicaciones del Presidente del Gobierno y algún ministro. De ser cierto que, con ocasión de la crisis con Marruecos, espiaron a Sánchez con discreción, entonces debieron rodar cabezas por fallo del contraespionaje, políticos incluidos; ahora es una abdicación de principios, todo es un despropósito de chiste. Solo Francisco Ibáñez podría —si quisiera— escribir este “relato”: trasladando la Moncloa a la 13, Rúe del Percebe y... dejarlos hacer.

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