Premian al Santa Engracia por su obra “Linares 1875”
El texto se adentra en la historia de la ciudad y en su pasado minero

El instituto de Enseñanza Secundaria Santa Engracia desarrolló un proyecto teatral muy interesante. Gracias a él, ha ganado el “Premio Inspira 2019”. Los profesores del centro comenzaron a planear el curso pasado un proyecto didáctico integrado titulado “Linares: 1875”. Así, se trabajaron de forma lúdica todas las competencias del alumnado, además de agitar su curiosidad por el pasado reciente de la ciudad y potenciar el trabajo colaborativo, el gusto por la expresión artística y una actitud respetuosa pero crítica hacia el mundo. El proyecto giraba en torno a la recreación de la vida de los linarenses a finales del siglo XIX, a través de una serie de escenografías en la Mina de los Lores. La recreación de estas visitas tuvo como objetivo acercar a los jóvenes el importante legado minero de la ciudad. De esta forma, se realizaron numerosas representaciones de esta obra para alumnos de colegios de Linares e incluso de otras ciudades, con el objetivo de que puedan aprender de una manera diferente.
Antes hubo un largo proceso de planificación, documentación, dramaturgia, creación de atrezo y vestuario, ensayos y difusión. Ha sido muy importante la implicación de los alumnos, el profesorado, vecinos, familiares, investigadores e incluso colectivos culturales. Una auténtica comunidad de aprendizaje funcionando a la vez. Alfredo Márquez, que por entonces era director del centro, afirmaba que “se ha implicado todo el mundo”. Por ejemplo, fueron muchas las madres y abuelas de alumnos que han cogido la aguja y el dedal para realizar las vestimentas. En 2011, el Colectivo Proyecto Arrayanes publicó “Linares 1875”. Esta ha sido la fuente de la que han partido para desarrollar la historia. Entre los escenarios que se pudieron interpretar están el café cantante, la escuela de Carlota Remfry, el cálculo en pesetas de algunos productos de uso común, un hospital donde se explican las enfermedades más comunes de los mineros o el trabajo en el pozo, donde se muestra todo el proceso por el que pasa el mineral y los oficios correspondientes a cada fase. Una forma muy didáctica de desarrollar la mente. La representación se realizó para la mayoría de colegios de la ciudad en diferentes días. Además, se interpretó también como parte de la actividad “Minas de luna llena”, una ruta de senderismo en la que participaron más de 1.500 personas. Además de esta obra, ya se trabaja en otras. Por ejemplo, en las pasadas Fiestas de Cástulo se representó “El mosaico cobra vida”. De nuevo, alumnos y profesores explicaron de forma divertida las diferentes composiciones de este hallazgo.
Entre las personas que colaboraron en el proyecto está Inmaculada Alba, actual directora del instituto; Rafael Núñez, coordinador del proyecto, y Alfredo Márquez, ex director. Además, se involucraron miembros de la Asociación de Padres y Madres. Ha sido un proyecto totalmente colectivo, ya que han podido participar alumnos de todos los niveles. Consistió también en un ejercicio de concienciación, ya que durante la época minera, no todos los niños podían estudiar. Es más, trabajaban desde muy pequeños. Solo las familias más adineradas podían permitirse ir a la escuela. Aquí toma un papel muy importante Carlota Remfry, que por su labor, es el nombre que se le ha dado a la Escuela de Idiomas Oficial de la ciudad.
El centro ya planea nuevos proyectos y, además, van a explicar su labor a otros docentes y colegios para que lo puedan desarrollar.
Una reivindicación que está en la agenda desde 2016. El “mal estado” de las instalaciones del instituto Santa Engracia les llevó a solicitar el uso del edificio de la antigua Escuela Politécnica. De la misma forma, la Escuela Oficial de Idiomas también se situaría en el lugar, que tiene gran capacidad para ambos centros. Esta cesión está aprobada por la Junta de Andalucía, al igual que la Universidad de Jaén mostró su acuerdo en prestar este edificio para tal fin. Pero, tras varios años y muchos papeles de por medio, nunca consiguen el permiso para comenzar con el traslado. “Se dijo que para este curso ya estaríamos en la nueva ubicación, va a terminar y aún no nos hemos trasladado”, afirmó Alfredo Márquez, ex director del Santa Engracia. Así, agradeció el premio concedido por el proyecto de recreación “Linares 1875”, pero reivindicó la puesta en marcha del traslado, ya que los alumnos no están en el lugar adecuado para dar clase.
Una vez realizado el cambio, las actuales instalaciones del instituto serán renovadas y habilitadas para albergar sedes de diferentes asociaciones de carácter social. Estas también llevan todo este tiempo esperando que se les asigne un lugar físico para desarrollar sus labores.