Miles de vecinos cursan visita a los cementerios de la ciudad
Recuerdo a las personas fallecidas con motivo de la festividad de Todos los Santos


Como manda la tradición, los cementerios linarenses se llenaron de visitantes durante el día más señalado del comienzo del mes de noviembre, festividad de Todos los Santos. Una jornada marcada por el recuerdo a todos aquellos seres queridos que ya no están, pero que ocuparon un hueco importante por su condición de familiares o amigos. Personas allegadas cuya memoria y legado permanecen siempre imborrables y se ven acrecentados, de forma especial, en estas fechas que evocan tanta nostalgia.
Por ello, miles de vecinos se acercaron hasta el camposanto para reencontrarse con sus difuntos, pasear junto a ellos y venerarlos a través de luminosas velas y frescas y coloridas flores. El calendario determinó que el 1 de noviembre cayera en martes este año, lo que posibilitó que la mayor afluencia de personas en los cementerios locales se dejara notar con cierta antelación, coincidiendo con el inicio del pasado fin de semana. Tanto es así que, desde el viernes, ya desfilaban numerosas personas hacia los sagrados lugares de enterramiento, con el propósito de limpiar, “acicalar” y embellecer tumbas, nichos y panteones familiares. Una práctica habitual que supone que estos espacios ofrezcan su mejor aspecto y que se repite en infinidad de lugares de todo el país.
Las visitas transcurrieron con absoluta normalidad y bajo un contexto de amplia seguridad, que fue fruto del trabajo coordinado entre agentes de la Policía Local y de la agrupación local de Protección Civil. Las líneas especiales de autobús urbano funcionaron correctamente y prestaron su servicio para conectar los barrios periféricos y la zona centro con los cementerios de San José, San Sebastián y el Cementerio Parque. En cuanto al tráfico rodado, se vio regulado para evitar aglomeraciones y masificaciones de vehículos por la falta de aparcamientos y, durante un horario ininterrumpido de apertura con carácter excepcional, los tres camposantos linarenses recibieron a una voluminosa población que evidenció tanto las mejoras realizadas en estos emplazamientos como las que aún deben ejecutarse con el tiempo. Entre ellas, sobresale la adecuación de la parte inferior del patio de San Juan, ubicado en el Cementerio de San José. Precisamente, esa zona era la última que quedaba pendiente de arreglar desde que se formalizó la concesión del servicio funerario desde el Ayuntamiento a la compañía Cementerio Parque.
El siguiente paso será la consolidación de otros espacios del camposanto, como el patio de San Luis o las nicheras de los laterales del patio de Linarejos. Otro de los proyectos pendientes es la restauración de la capilla central, para que esté en mejores condiciones para la celebración de funerales en su interior, y también se eliminarán barreras arquitectónicas en el acceso principal del camposanto de San Sebastián.