Vecinos de un residencial, atemorizados por los okupas

Varias familias han hecho suyo un chalé que estaba cerrado

13 abr 2017 / 11:48 H.

No nos sentimos seguros”. Es lo que dice uno de los vecinos de un residencial, ubicado en la carretera del Puente de la Sierra, a poco más de cinco minutos de la capital jiennense. “Desde luego, hay cierto temor entre los que vivimos aquí de que pueda pasar algo”, asegura Carlos Aponte, el presidente de la comunidad de propietarios. El motivo de este desasosiego es la presencia en el barrio de “varias familias” que han ocupado uno de los chalés. Entraron al edificio, que es propiedad de una entidad financiera, hace ya unas tres semanas. Y, según los vecinos, son el foco de continuas molestias —ruido, suciedad— y han originado varios altercados. El caso está ya en manos de la Justicia. “Solo queremos que la situación se resuelva lo más pronto posible”, señala Carlos Aponte.

El problema comenzó hace tres fines de semana. Varios residentes en la zona quisieron acceder hasta sus casas y se encontraron que el carril de acceso estaba cortado por la presencia de varios vehículos. Les llamó la atención porque en ese núcleo de población, prácticamente, se conocen todos los vecinos y esos coches les resultaron extraños. Pasado un rato, comprobaron que había “ruido y movimiento” en uno de los chalés, que lleva cerrado varios años. Así que avisaron a la Policía. Una patrulla se personó en la zona y comprobó que había varias personas en las inmediaciones de la vivienda. “Lo que hicieron fue identificarlas a todas. Les dijeron que estaban haciendo botellón y los agentes se marcharon”, relata uno de los vecinos. Sin embargo, añade, “esa noche ya durmieron en el chalé”.

“Están ahí todos los días. Entran, salen, van, vienen... Cada vez hay personas distintas. Estamos preocupados porque no nos fiamos de lo que puedan hacer”, señala otro de los vecinos de la zona. Parece ser que han manipulado el contador para hacer un enganche ilegal a la luz.

El asunto está en mano de los tribunales, lo que supone un problema añadido. Y es que el atestado que hicieron los policías que intervinieron la primera noche fue archivado por un Juzgado, ya que no había denuncia por parte del perjudicado, en este caso, la entidad financiera propietaria del chalé. Días después, el dueño y la comunidad de vecinos presentaron sendas denuncias por separado: Una cayó en el Juzgado de Instrucción número 1 de Jaén. La otra, en el número 3. El banco pidió al juez que, como medida cautelar, ordene el desalojo de los okupas de su propiedad. Su señoría todavía no ha resuelto: “Solo pretendemos que haya celeridad en la Justicia. No podemos está soportando esta situación tantos días, porque ya se ha producido algún que otro incidente”, concluye un residente.

Un problema grave para el dueño

La ocupación de viviendas ha sido un fenómeno al alza durante los años de la crisis. Según datos de la Fiscalía General del Estado, solo entre 2014 y 2015 (último año disponible) se incrementaron un 92%, hasta las 24.164, una evolución que los propios fiscales atribuyen a la situación de dificultades económicas vividas durante los últimos años. El margen de maniobra que tiene el propietario en estos casos es muy limitado. Lo más importante es denunciar inmediatamente. Si los okupas no han cambiado la cerradura, la Policía les podrá echar y devolverá la casa al dueño en poco tiempo, pero si la han cambiado, el propietario debe prepararse para un calvario judicial, porque habrá que iniciar un procedimiento judicial por un delito de usurpación. El desalojo se puede solicitar como medida preventiva. La última palabra la tiene un juez. En la provincia, se ha producido un notable incremento de este tipo de delitos en los últimos años.