Valdeastillas, un barrio entero rendido ante la Virgen del Carmen

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Ni el calor ni el paso del tiempo consiguieron apagar la devoción de Valdeastillas por su patrona. La imagen de la Virgen del Carmen volvió a recorrer las calles del barrio jiennense en una procesión que, como cada año, logró reunir a decenas de vecinos, fieles a una cita que ya es parte imprescindible de su historia. Pasadas las nueve de la noche, con los últimos rayos de sol acariciando las fachadas, y tras el repique de campanas, la Virgen partía desde la ermita de la sede de la Asociación acompañada de los vecinos de su barrio. La imagen volvió a recorrer las calles vestida con flores de colores muy vivos, sobre su trono dorado y acompañada por los vítores: “¡Viva la Virgen del Carmen!”. Portada con mimo por los vecinos voluntarios, fue mecida al ritmo cadencioso que caracteriza este desfile lleno de fe, emoción y tradición.

A lo largo del recorrido, jóvenes, mayores y familias enteras acompañaron la comitiva entre cánticos, rezos y un silencio respetuoso que sólo se rompía para corear el nombre de la patrona. Las calles se transformaron por unas horas en un escenario de recogimiento y alegría, donde cada esquina parecía querer retener el paso de la Virgen un instante más. No faltaron tampoco los veteranos del barrio, los que llevan la procesión en la memoria y en el alma. Los voluntarios aparecieron para llevar sobre sus hombros a su patrona, desde los niños hasta los más mayores, todos querían portarla por los rincones del barrio.

El momento más mágico llegó cuando la noche se adueñó del cielo y las velas que coronaban el trono comenzaron a brillar. La imagen, bañada en una luz cálida, parecía flotar mientras cruzaba las calles que la han visto pasar durante más de dos décadas. Iniciado el camino de vuelta a la Asociación de Vecinos no faltaron las visitas. Los voluntarios llevaron a la Virgen a las puertas de las casas de aquellos residentes que no podían acercarse por su propio pie a ver a la patrona desfilar por Valdeastillas. Finalmente, la imagen llegó a la ermita, donde el repique de campanas y el resto de vecinos la esperaban.

“La Virgen del Carmen es una cosa que yo llevo dentro. Porque es la Virgen de aquí, de este barrio, nuestra patrona. La queremos mucho”, afirmó Francisco Anguita. Salvador Navas expresó la Virgen es la guía de la comunidad, hicieron la ermita para tenerla allí todo el año, donde la visitan y piden favores para que ayude a todos los vecinos. “La gente se vuelca mucho con la Virgen, tanto en la ermita como en las fiestas. Cada año la procesión se va superando más y se vive con alegría”, manifestó Eva Gallego. Juan Haldón confesó que en el barrio se le tiene mucha fe a la Virgen del Carmen: “Desde un principio escogimos la imagen y a partir de ahí la veneramos todos los años”.