Una puesta en valor de los elementos universales de la Catedral de Jaén
El Aula Magna de la antigua Escuela de Magisterio acoge una mesa redonda, organizada por la UJA, enmarcada en los actos conmemorativos del 1200 aniversario de la capitalidad
Reflexión y análisis en profundidad no solamente para hacer valer todo el componente histórico artístico de toda una obra cumbre en la trayectoria de Andrés de Vandelvira como es la Catedral de Jaén, sino para comprobar cómo su dimensión ha llegado a cruzar el océano Atlético para llegar hasta Latinoamérica y cómo durante siglos pasados había una abundante peregrinación hacia Jaén para venerar al Santo Rostro, llegando a superar con creces a la del Camino de Santiago, sobre todo en el siglo XVII.
Estas fueron algunas de las impresiones que se pudieron llevar los numerosos asistentes presentes en el Aula Magna de la antigua Escuela de Magisterio de la Universidad de Jaén (UJA), que acogieron las jornadas “Elementos Universales de la Catedral de Jaén”. Unas conferencias que se llevaron a cabo en el marco de los actos conmemorativos del 1.200 aniversario de la Capitalidad de Jaén. Organizadas por el vicerrectorado de Desarrollo Territorial y Relaciones Institucionales, la primera intervención corrió a cargo del alcalde de Jaén, Julio Millán quien subrayó que el significado que tiene la Catedral de la Asunción para Jaén va más allá de su imagen portentosa y su carácter histórico: “Es un elemento imprescindible para comprender la historia y la identidad de Jaén. Trasciende lo local para convertirse en un referente universal”. También recordó el trabajo de la Administración municipal para mejorar su entorno a través de la ITI, como la eliminación del cableado, la mejora de iluminación y el pavimentado o la homologación de fachadas: “Todo ello persigue realzar la presencia de la Catedral en la vida de la ciudad, mejorar la experiencia de vecinos y visitantes y reforzar la candidatura del templo mayor de la Diócesis de Jaén a Patrimonio Mundial de la Unesco”.
Por su parte, el rector de la UJA, Nicolás Ruiz, enfatizó en la ocasión que lleva intrínseca la efeméride del 1.200 aniversario de la Capitalidad para profundizar en el conocimiento del patrimonio de Jaén: “Es una oportunidad inmejorable para proyectarnos, para reflexionar sobre lo que fuimos y, sobre todo, para definir lo que queremos ser. Y en esas tareas, nuestros académicos aportan rigor, análisis y luz”. Y en este sentido, añadió: “Jaén celebra su historia, y la UJA es quien la investiga, la desvela y la comparte”. El rector de la UJA destacó también el trabajo tanto de la coordinadora de las jornadas, Mercedes Moreno, como de los dos ponentes restantes, los profesores Pedro Galera y Felipe Serrano, aportando rigor y profundidad: “Ese es el papel de la UJA: tomar el conocimiento generado en el seno de la academia y devolverlo a la sociedad; convertir la investigación en patrimonio cultural compartido”. Todo ello para elevar a la Catedral a Jaén a Patrimonio de la Humanidad.
El catedrático emérito de Historia del Arte de la UJA, Pedro Galera, abrió las jornadas con una ponencia titulada “La catedral y la ciudad”, en la que relató la dimensión que tiene el templo mayor de la Diócesis y su proyección hacia la ciudad: “Domina el espacio de una plaza —Santa María— donde se concentra el poder civil, por el Ayuntamiento, y el religioso, por la sede del Obispado”. Galera incidió también en la contribución de los ciudadanos a la construcción del templo: “La Catedral en sí es una imagen potente, puesto que se alza sobre el caserío y habla de su carácter metropolitano, que significa Iglesia de Iglesias, la madre de todas las iglesias de la Diócesis”. En este sentido, el catedrático emérito de Historia de Arte redondeó este argumento con una frase clara: “La Catedral se construyó para que no desapareciese, sino para inmortalizarse. De memoria viene la palabra monumento”. Galera, por otro lado, recordó esa abundante peregrinación que había en Jaén durante siglos pasados para venerar al Santo Rostro: “La Catedral se alzó para ser vista desde fuera y, además, rodeada de esos espacios que muestran ese respeto hacia la plaza que la rodea”. Al respecto, el catedrático emérito de Historia del Arte relató el significado que tiene esa amplia plaza de Santa María: “Esa plaza se diseñó para ser concebida no como un lugar para el comercio, que era lo habitual en la época, sino como una plaza representativa”. En cuanto al monumento en sí, Galera Andreu destacó también esa conexión de las naves laterales, además de los balcones en el interior de la Catedral: “Da la sensación de ser una casa palaciega. Y ese es un valor extraordinario de la relación de la sociedad urbana con el templo. Es una seña de identidad de toda la sociedad”. Por último, el catedrático emérito de Historia de Arte de la UJA recordó también que la altura de las catedrales es un valor determinante: “Sobre todo en Francia y Alemania, donde se encontró el apogeo de las catedrales góticas, se competía en la elevación de los templos. De ahí que el orgullo de una ciudad se manifiesta en la altura de su catedral”.
La profesora del Departamento Histórico de la UJA Mercedes Moreno fue la coordinadora de las jornadas “Elementos Tranversales de la Catedral de Jaén”. En su ponencia habló del criterio sexto que debe atesorar cualquier monumento para ser considerado Patrimonio de la Humanidad: “testimoniar un importante intercambio de valores humanos a lo largo de un periodo de tiempo o dentro de un área cultural del mundo, en el desarrollo de la arquitectura, tecnología, artes monumentales, urbanismo o diseño paisajístico”. Por ello, Moreno centró su ponencia en su análisis sobre la influencia de la Catedral de la Asunción de Jaén en otras catedrales hispanoamericanas: “La Catedral de Jaén se erige como una de las perfectas de las últimas que se construyeron en Andalucía Oriental”. En este sentido, añadió: “La arquitectura de Jaén, directamente, cruzó océanos para llegar hasta Latinoamérica”. Así, la profesora del Departamento Histórico de la UJA argumentó cómo la Catedral de la Asunción representaba lo que definió como el ADN arquitectónico español por la disposición del altar mayor, del coro o la alineación de las columnas, entre otros detalles, pero también por su fachada: “Si se traza una línea por la mitad, vemos que una mitad es como si de un reflejo de espejo se tratase. Y la mayoría de las catedrales hispanoamericanas se concibieron de la misma manera”. Aunque, como argumentó la propia Mercedes Moreno, esta influencia se trasladó a través de los arquitectos Juan Miguel de Agüero, Juan de la Torre, quien proyectó la Catedral de La Habana; y Francisco Becerro, quien diseñó las plantas de las catedrales de Puebla, Lima y Cuzco. Esa influencia también llegó a través del “Libro de Trazas de Cortes de Piedra” de Alonso de Vandelvira, como en la catedral de Mérida de Yucatán; y de los obispos Francisco Toral, Antonio de Raya y Juan de Palafox. Moreno sentenció: “La Catedral de Jaén no sólo es historia local, sino compartida entre dos continentes”.
El profesor titular de Historia del Arte de la UJA Felipe Serrano Estrella habló, durante su intervención, del criterio sexto que establece la Unesco para que un monumento sea declarado Patrimonio de la Humanidad: “Estar directa o tangiblemente asociado con eventos o tradiciones vivas, con ideas o con creencias, con trabajos artísticos y literarios de destacada significación universal”. El también conservador de bienes muebles de la Catedral de Jaén centró su intervención en la veneración y peregrinación que hubo hacia el Santo Rostro a lo largo de la historia, algo que como detalló, desapareció durante la década de los años 80 del siglo XX, sobre todo el hecho de enseñar al balcón de la Catedral la reliquia tanto el Viernes Santo como cada 15 de agosto, aunque se recuperó en 2014: “Era una auténtica meca de peregrinación desde 1453 hasta el siglo XIX, sobre todo durante el siglo XVII cuando el peregrinaje hacia Santiago de Compostela entró en una crisis profunda”. Serrano Estrella indicó que un detalle de esa enorme cantidad de personas que acudían hasta Jaén son las lonjas laterales de la Catedral, así como la plaza monumental y la estructura de la Catedral en sí: “La conexión de las naves laterales es una muestra de flujo de peregrinos. Durante las peregrinaciones se podrían concentrar hasta 135.000 personas, en una ciudad como era entonces Jaén, con una población de solamente 30.000 habitantes”. El profesor titular de Historia del Arte de la UJA, por otro lado, incidió también en que una manera de manifestar la importancia que tenía esa reliquia era tomar la referencia de Roma: “En la Basílica de San Pedro hay otra reliquia del Santo Rostro y para demostrar ese mismo nivel, la liturgia se hace de la misma manera desde el siglo XV y por ello se muestra dos veces al año”. Serrano Estrella recordó que la peregrinación empezó a decaer cuando en el siglo XVIII prohibió que la reliquia se tocase: “Esta reliquia del Santo Rostro se podía tocar a diferencia de la de Roma”. Sin duda, una imagen muy venerada en la ciudad de Jaén con una enorme carga histórica y simbólica.