Truco y trato para todos los gustos

Fantasmas de todos los tamaños, enfermeras trasnochadas, monjas demoníacas o zombis recién levantados de sus tumbas preparan sus trajes de largo para salir esta noche para celebrar Halloween. Grandes y pequeños —sobre todo los jóvenes— se hacen con sus disfraces y pinturas para poner la cara más terrorífica en la noche que linda con Todos los Santos. La fiesta de origen celta que adquirieron los estadounidenses se suma a las tradiciones de los huesos de santo y las visitas al cementerio.

Con la curiosa sensación de las risas que provoca un buen susto, el IES Santa Catalina de Alejandría se convirtió en un espectral sanatorio, con un toque más inclusivo. Desde el módulo de Intervención con personas con dificultades de comunicación, el alumnado de Segundo curso del Ciclo Formativo de Mediación Comunicativa se creó una experiencia de comunicación multisensorial con la excusa de Halloween. Tal como explicaron desde el centro, la actividad consistió en una pasaje del terror inclusivo, dirigido principalmente a usuarios de instituciones de Jaén que prestan servicios a personas con diversidad funcional y que colaboran con el instituto. Las actividad se diseñaron sin barreras arquitectónicas facilitando la accesibilidad de los usuarios de la Asociación Provincial Pro Minusválidos Psíquicos Jaén-Aprompsi, Residencia José López Barneo, Asociación Promoción Mujer con Discapacidad (Luna) y aula específica del IES Las Fuentezuelas.

asociaciones. Los colectivos vecinales aprovechan el terrorífico festejo para organizar también sus propios pasajes del terror que, cada año, suman más visitas. El que organiza la Asociación de Vecinos de Jabalcuz, en las Casas Gemelas del Paraje de Jabalcuz. Desde las ocho de la tarde, a un precio de 2 euros, prometen una experiencia inolvidable, donde los inquietantes residentes de un desconocido sanatorio jiennense harán que los gritos de los más despistados resuenen en la noche. Según su presidente, Víctor del Salto, esperan la llegada de unas mil personas. “Se crea mucha expectación y la gente vuelve porque le gusta, y nosotros encantados”, afirmó. En “La Manseguilla” también abre sus puertas otro pasadizo del terror, solo que lo atrasan al fin de semana, al 2 de noviembre. Llevan ya siete años organizando la noche de Halloween con la niña del exorcista, el asesino de la motosierra o Freddy (y no Mercury, precisamente). Fran Molina, su presidente, comentó que el objetivo final es animar a los vecinos a participar. “Los chavales ayudan a montar y les invitamos a unos refrescos, todos contentos”, apuntó.

No son los únicos. Esta noche, el barrio de Santa Isabel o en el Bulevar los fantasmas y monstruos que suelen habitar en las pesadillas de los niños se esconderán en sus propios pasajes del terror, dispuestos a dar más de un susto y, después, a bailar toda la noche.