San Juan y Virgen de la Capilla se tantean para cerrar una gran fusión
Las dos cooperativas de la capital quieren convertirse en una macro aceitera

Las dos cooperativas de la capital se tantean para cerrar una gran fusión. Lo hacen con cuidado y cautela para que el plan acabe bien, ya que se intentó hace años y, al final, no salió. Sin embargo, los números mandan. San Juan tiene algo más de 400 socios y un volumen de molturación de entre 7 y 8 millones de kilos, mientras que Virgen de la Capilla tiene alrededor de 700. En cambio, ambas tienen un estudio encima de la mesa que les deja claro que, por separado, los costes industriales de molturación no son rentables, por lo que son los olivareros los que asumen parte de esta canon. Pero, si molturaran juntas, la fábrica estaría por encima de los márgenes de la rentabilidad, por lo que los agricultores tendrían un mayor balance de cuentas gracias al ahorro en los gastos industriales.
El presidente de la Cooperativa San Juan, José Martínez, se lo expuso a los socios en la asamblea del lunes por la tarde. Allí se acordaron fechas de recolección, se aprobaron cuentas y operaciones financieras y se dijo que se estudia una fusión con Virgen de la Capilla. Allí estaba también Juan Pereira, que es el presidente de Virgen de la Capilla. De hecho, pese a que son dos empresas diferentes, están llenas de lazos familiares entre los socios de una y de la otra. “Por el momento, no hay nada. Estamos hablando, existe buena disposición y sabemos que, si nos unimos, los gastos fijos serían menores. Ahora, vamos a recoger la aceituna y, a principio de año, lo hablaremos y se lo plantearemos a los socios”, dice José Martínez a Diario JAÉN.
la nueva organización. La fusión haría que Virgen de la Capilla y San Juan dejaran de ser dos aceiteras de porte medio para convertirse en una de las grandes de la provincia. El estudio previo a la fusión deja clara la rentabilidad industrial, pero propone una nueva organización. La planta de San Juan —en el Polígono de Los Olivares— se encargaría de molturar la aceituna y mantendría el proyecto de Oleoturismo. Mientras, las instalaciones de Virgen de la Capilla, en el Puente de la Sierra, se convertirían en un punto de recepción de aceituna. No obstante, su maquinaria se aprovecharía para elevar la capacidad de molturación en Los Olivares. Los socios —alrededor de 1.400— podrán descargar en cualquiera de los dos puntos, algo que reduciría también los costes logísticos, ya que hay agricultores de San Juan que tienen los olivos cerca del Puente de la Sierra y otros de Virgen de la Capilla que su finca está ubicada junto al Polígono de Los Olivares. Pese a que hay buena disposición, los socios tienen que dar el sí. El estudio está hecho y se quiere votar cuando llegue febrero.
Historia paralela. Sorpende la creación de las cooperativas Virgen de la Capilla y San Juan, ya que nacieron casi a la vez. San Juan se fundó en 1954 después de que se comprara a la familia Montoro una fábrica de aceite que estaba frente a lo que pronto será el Museo Ibero, en el Paseo de la Estación. Dos años después se trasladó a la Avenida de Barcelona —en los terrenos donde ahora está el edificio del 112— para, después, mudarse a Los Olivares —con una gran reforma en 2004—. Mientras, Virgen de la Capilla tiene el acta de su primer consejo rector fechada el 5 de noviembre de 1956 después de que se comprara la “Almazara de la Luz” a Sebastián Barajas, que se convirtió en el primer presidente de la nueva cooperativa de olivareros. Eduardo Ruiz fue el secretario y Miguel Berro, el tesorero.