Recuperación de suelos afectados por los incendios

El producto es más económico, sostenible y fácil de instalar en los terrenos quemados

06 abr 2018 / 09:12 H.

Investigadores del área de Ciencias de Materiales e Ingeniería Metalúrgica de la Universidad de Jaén patentaron un material biodegradable procedente de desechos de las industrias papelera, cervecera y de biomasa quemada en termoeléctricas que pretende ser una alternativa más económica y eficaz a los productos utilizados en la actualidad en la reparación de montes quemados.

El nuevo producto se estructura en planchas denominadas fajinas, haces de fibra mezclados con barro. La patente “Fajina para regeneración vegetal”, concedida a la Universidad de Jaén y a la empresa Agroforestal Montevivo, describe el procedimiento para la fabricación de las placas y las numerosas ventajas con respecto a otro tipo de instalaciones habituales para la regeneración de suelos afectados por incendios. Según indican los expertos, los costes de ejecución suponen una reducción del 40% respecto a la construcción de fajinas con otros restos vegetales. Además, durante los ensayos se obtuvo mayor rendimiento de instalación y se llegó a la colocación de las placas a un ritmo de casi una hectárea por persona y día, que es muy superior al montaje de otras estructuras.

Para responder a la necesidad de contar con productos que mejoren técnica y económicamente la recuperación de bosques, los investigadores idearon este nuevo material, con el que minimizaron el impacto ambiental y redujeron los recursos del proceso. “La invención pertenece al campo de las intervenciones relativas a la regeneración de la cubierta vegetal en campos y montes, especialmente después de un incendio. Nuestra nueva fajina se basa en 4 principios de eficiencia bien definidos: tiempo, dinero, calidad técnica y respeto por el medio ambiente”, afirmó Francisco Antonio Corpas, inventor de la patente.

Las materias primas utilizadas en la fabricación de las fajinas son 100% recicladas e inocuas para el medio ambiente, lo que evitará, según apuntan los investigadores, que más de 10.000 toneladas al año de subproductos industriales acaben en vertederos. Al tiempo, se contribuye a minimizar el ciclo de carbono debido a la baja inversión energética para su fabricación.

Los expertos confirmaron sus posibilidades de éxito en laboratorio y en los ensayos realizados en la recuperación de los suelos afectados por un incendio que acabó con casi 10.000 hectáreas de monte en los municipios jiennenses de Quesada, Cabra del Santo Cristo y Huesa en 2015.