Predicen futuras cosechas

El estudio arroja una fiabilidad del 89% y mide únicamente tres variables

04 jul 2019 / 08:58 H.

Si existiera una forma de predecir cómo será la próxima cosecha de aceituna no podría inventarse en otro sitio que no fuera en Jaén. Pero, el caso, es que eso ya está inventado gracias al grupo de investigadores “Geobotánica y Palinología: aplicaciones al medio natural” de la Universidad de Jaén, que desarrollaron un sistema para predecir la futura cosecha del olivar. El programa combina datos de niveles de polen, precipitaciones y temperatura para anticipar el volumen de toneladas con una precisión que ronda en 90%. El modelo permite, además de planificar las estrategias comerciales de la futura campaña, analizar la relación entre la polinización del olivo y el cambio climático, tan unido a la alergia.

Los expertos obtuvieron el resultado después de cruzar secuencias anuales de 14 variables diferentes, tanto aerobiológicas como meteorológicas. “Al interpretar los datos, hemos detectado la combinación que daba mayor precisión, pues la comparamos con las cosechas que finalmente se produjeron”, explica a la Fundación Descubre la investigadora de la Universidad de Jaén Fátima Aguilera, autora del estudio. Una de las mejoras que aportan los investigadores es que obtienen la predicción de cosecha con solo tres variables. Por un lado, las precipitaciones de octubre a diciembre del año previo, la media de las temperaturas máximas de enero a marzo y, sobre todo, los días con máximos de polen en aire.

Esta última variable es la clave del nuevo sistema para conocer cuántas toneladas tendrá la siguiente cosecha de aceituna. “El número de días con concentraciones mayores de 400 granos de polen de olivo por metro cúbico en aire es la variable que aporta mayor información al modelo estadístico”, explica Aguilera. La estimación del dato de las toneladas que se cosecharán tiene un ajuste del 89% de acierto, es decir, un mejor nivel de precisión que con métodos anteriores. Los expertos obtienen la cifra con meses de antelación, pues en julio conocen el volumen total. “Esto facilita a la principal industria agroalimentaria jiennense las estrategias de marketing, comercialización, almacenamiento, o contratación de personal”, informa la experta. Los investigadores validaron este método que arroja resultados óptimos. “Este verano obtendremos la primera prueba real”, dice.

Hasta que los investigadores concluyeron el estudio “A new aerobiological indicator to optimize the prediction of the olive crop yield in intensive farming areas of southern Spain”, publicado en la revista Agricultural and Forest Meteorology, los cálculos de cosechas se basaban sobre todo en las observaciones del fruto cuajado en el campo. “Obtenían datos en su mayoría subjetivos, después de un gran trabajo de campo y que no permitían obtener predicciones con tanta antelación ni, en general, con tanta precisión estadística”, puntualiza Fátima Aguilera.

Los investigadores resaltan la gran cantidad de datos, así como la duración del periodo de tiempo estudiado. “Se han realizado con anterioridad varios trabajos con predicciones de base aerobiológica, pero se nos ocurrió testar las concentraciones de polen al disponer ya de información acumulada durante 23 años, de 1994 a 2016, suficientemente amplia para obtener predicciones fiables”, explica la experta. El nuevo modelo puede aplicarse a otras regiones olivareras y de similares condiciones climáticas, incluso resulta factible diseñar modelos comarcales, aunque todavía faltan datos.