Pepitina Ruiz: “Cada pieza de seda que pinto es única”

ORGULLO EN SIMOF

20 feb 2022 / 19:42 H.
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Su establecimiento del emblemático Paseo de la Estación, en la capital jiennense, es un verdadero templo en que brillan con luz propia las sugestivas creaciones de una mujer autodidacta y luchadora. Pepitina Ruiz ha potenciado la sede como un producción sinónimo de distinción.

—¿Como comenzó con su negocio?

—Estudié Derecho. Estuve a punto de ejercer la abogacía y también trabajé en el mundo empresarial. Hace veintitrés años, tuve un cáncer de mama, que superé. Hace alrededor de veinte, un día encontré por casualidad la seda. Empecé en un taller de manualidades por otra cosa y cuando vi cómo comportaba la seda para pintarla me quedé fascinada. Siempre me había gustado pintar y me encantó la versatilidad del tejido y la posibilidad de unir el diseño, la moda y la pintura. Me atengo a técnicas surgidas en China, con tintes naturales. La fijación en la seda se hace mediante el vapor, de manera que el color impregna de por vida y le da un brillo especial. Es todo un proceso artesanal. Para formarme no dudé en viajar a Madrid y Barcelona, para aprender técnicas nuevas. Me pareció un mundo apasionante. Empecé a crear cosas, pañuelos y fulares y luego abanicos, corbatas, porque también hay artículos para caballeros; mantones, mantoncillos o ponchos. Incluso uso cristales de Swarovski que le dan un realce especial a la seda. Voy sacando cosas nuevas, investigando y dando un aire distinto. Todo para dar la posibilidad a la gente pueda lucir una pieza única. Usamos un bastidor y sobre la seda se pinta lo que se quiera.

—¿Cuál es su filosofía?

—Hacer una cosa totalmente distinta. Las casas hacen estampación en plan industrial, con posibilidad de sacar miles de unidades, todas iguales, pero nosotros conseguimos una pieza única. La seda es un soporte muy bueno para pintar. El resultado, una pieza con un brillo y una textura especiales, arte en seda, arte para lucir. Tú la pintas y lo que obtiene te lo puedes poner, es como un cuadro que en vez de estar colgado en la pared se lleva puesto. Es tener nuestro propio museo llevar una pieza única y exclusiva, porque cada pieza es única. La seda es un material que se conoce desde hace unos 5.000 años. Es un tejido sinónimo de lujo y elegancia, único por las proteínas que lo forman y muy adecuado para hacer un regalo bonito y para cosas especiales. Trabajo mucho para regalos de jubilaciones, bodas de oro y plata o cumpleaños. Como curiosidades, he llegado a escribir cartas en un pañuelo y tengo una colección de fulares personalizados, con nombres de personas, para lucir color.

—¿Cómo trabaja usted?

—Trabajo con colecciones que pueden inspirarse en cualquier cosa, por ejemplo, tengo alegorías del vino o de olivo. Son colecciones muy bonitas y llenas de colorido.

—Usted a apostado por Jaén.

—Intento crear empleo en nuestra tierra. Cuando me preguntan siempre llamo la atención para que apostemos por nuestra tierra, donde hay cosas muy bonitas y artesanos y artistas que hacen maravillas. A la hora de un regalo o algo pido que siempre se confíe en nuestra tierra

—Incluso cuenta con mascarillas.

—La seda de por sí filtra muy bien cualquier virus. Es un tejido que protege naturalmente en un 50 o un 60%. Cuando vi la posibilidad, comenzamos a hacer mascarillas para bodas y actos especiales y, cómo no, para ponerse todos los días. Llevar la mascarilla en estos tiempos es algo cotidiano y con un pequeño detalle se marca la diferencia.

—Usted también crea empleo...

—Sí, tengo un equipo, según las necesidades. En navidades, echamos mano de gente con cualificación. El mundo de los colores es fantástico y para trabajar en esto hace falta conocimiento. Me gustaría que a lo largo de los años se creara una especie de industria con sede en Jaén.

—¿Cómo ha repercutido la actual pandemia de coronavirus?

—Los artesanos y las pymes nos hemos visto muy afectados porque no hay tanta alegría como antes a la hora de gastar y de organizar eventos. Hay todavía miedo a entrar en tiendas. También hay que tener en cuenta que ha bajado el poder adquisitivo, aunque mis piezas son muy asequibles —tengo cosas a partir de treinta euros—. Desde aquí hago un llamamiento para que la gente invierta en su tierra. Yo siempre pongo “fabricado en Jaén. España”.

—Este año vuelven las romerías, ¿estará en Andújar Flamenca?

—Aunque he estado otros años y me mantengo en contacto con la organización de Andújar Flamenca, este año, por circunstancias personales, no podré ir a la pasarela.

—¿Qué acogidas recogen sus piezas en el extranjero?

—Ese es uno de mis grandes proyectos. Ganar presencia en el exterior. Tengo tienda online y recibo muchos pedidos, de manera que estamos empezando a salir un poco fuera. Hoy es fácil llevar el género a otros países, pues tarda, de media, una semana. Sobre todo, me piden abanicos, un elemento que se valora mucho fuera de España. Los ponchos, también están muy demandados. Mi web, www.pepitinaruizseda.com, en inglés y en español, está abierta al mundo. También salimos con la agencia Extenda, que es muy bueno que nos apoye, pues en Andalucía hay mucho talento. Para llegar al público, las redes sociales son fundamentales. Por eso vamos subiendo productos. Todas las ventanas que tengamos abiertas son necesarias para sacar nuestros artículos y que se conozcan. La gente se queda muy satisfecha. La artesanía española se valora fuera. Por eso intento salir al exterior.

—¿Qué proyectos tiene?

—Siempre sacamos colecciones nuevas. Para dentro de poco tengo una prevista para Málaga, con biznagas y otros motivos de allí. Como decía, queremos seguir expandiéndonos fuera y llegar a un público que sepa valorar lo que compra. Con una vinculación clara a las tendencias de moda, queremos lanzar algunas cosas de vestuario que pueda llevarse, pero siempre como prendas cómodas y ponible, no etiquetadas por tallas, que sea también asequibles al bolsillo y favorecedoras.

—¿Cuáles son las tendencias?

—Colores muy alegres para el verano, como el pistacho y el malva, mezclas que en otras ocasiones no han casado bien. Ahora mismo, estamos deseando meter color en nuestras vida y que esta pesadilla se quede fuera. Buscamos un poco de aire fresco y colores alegres. En camisetas, dominan cosas grandes que puedan lucirse igual en una boda o en la calle un día cualquiera. Hay gente que me enseña un traje y nos pide algo a juego. Al hacer trabajos personalidzados, le damos ese punto de originalidad, con un trabajo artesanal en el que cada pieza es única.

—¿Cómo define su estilo?

—Mucha gente dice: “Eso es de Pepitina Ruiz”. Es como si mis creaciones tuvieran una huella propia, que hace que el público las distinga. Creo que mi fuerte, lo más emblemático de mi empresa, son las hojas, que pueden considerarse mi firma y mi marca. Me inspiro en casi todo, muchas veces en la naturaleza y siempre con la alegría muy presente. Por eso tengo tantos frentes abiertos, de cosas que me gustan. Cada año hay que sacar cosas nuevas, que gusten.

—¿Está bien pagada la artesanía?

—No. Yo, en mi caso, la materia prima ya es cara, con unos controles de calidad y unos requisitos. Es mucho trabajo y no se puede pedir lo que realmente supone la artesanía. Grandes firmas te cogen un diseño, una estampación y hacen miles de unidades iguales al instante. La artesanía es un proceso de elaboración largo, costoso y que requiere de personal. Mi material resulta muy caro. La artesanía no está bien pagada. En general, tenemos poca ayuda y nos abrimos camino como podemos.

—¿Se retirará algún día?

—Mientras yo pueda voy a estar con un pincel en las manos. Es algo que me gusta y me supone un reto a diario, como forma de canalizar una capacidad creativa que he tenido siempre. Incluso existe la sedaterapia existe, muy indicada para personas con depresión. Trabajar con este tejido es una formación de expresión. Por eso me dedico a impartir talleres y a ofrecer conferencias sobre mi labor.

Pepitina Ruiz: “Cada pieza de seda que pinto es única”

Apelativo cariñoso desde niña

Aunque en su carné de identidad figura el nombre María José Ruiz Mateas, ella siempre ha sido conocida como Pepitina. Explica que era una forma de distinguirla de otras mujeres de la familia que se llamaban igual. Después, este apelativo cariñoso continuó el colegio y durante la carrera, de manera que es una seña de identidad de la que está orgullosa esta artesana, siempre imaginativa y natural del municipio de Pegalajar, que lleva afincada en la ciudad de Jaén desde el principio de su adolescencia.



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