Nuestra cerveza regresa al bar
Los hosteleros acogen con cariño, nostalgia y felicidad una cerveza que está ligada a Jaén desde 1928




Se llama Costel Stancu y ayer fue el hombre más buscado. Llevaba un chaleco reflectante, una carretilla y cajas de cerveza El Alcázar. Era entrar por la puerta y el bar se caía abajo. “Hombre, ya era hora”, le decían. Es el repartidor de la cerveza El Alcázar, que ya está en los bares de Jaén. “Algunos me regañan y otros me aplauden. Todos me dicen que llevaban tiempo esperándome. Empecé a repartir la cerveza esta mañana temprano y ha sido un no parar. Dejo una poquita en cada sitio. Mañana habrá más”, dice Costel Stancu, que fue el encargado de devolver, otra vez, a El Alcázar a los bares.
Ayer fue una jornada especial. Había gente que acudía solo al bar para probarla. Otros, se hacían fotografías y las ponían en las redes sociales. Y ¡ay! de los bares que aún no la tenían. A algunos les llegó a primera hora y las pusieron en sus redes. Incluso, agudizaban en ingenio para tenerla fresquita para el mediodía. Mientras, los otros se quejaban de que el repartidor aún no había llegado. Por eso, cuando entraba por la puerta, lo recibían con emoción. Antonio Úbeda Martínez es uno de los propietarios del Bar Montana y un genio con las criadillas, que es su tapa estrella: “Me trae muchos recuerdos. La veo y me recuerda cuando todo el mundo la pedía y desapareció. Pese a que no se servía, en los bares nunca se paró de hablar de ella. Es un aliciente más para los bares”.
En el Bar Tasca “Los Amigos” hay una colección de antiguos envases de El Alcázar. Junto a ella, brillaban las nuevas botellas de la cerveza. “Llevamos 52 años. Me ha venido un flash a 1957 cuando era lo único que se consumía. No es solo una bebida. Se trata de una cuestión romántica. Beberla es volver a los recuerdos. Ahora nos queda ver cómo funciona, ya que existen muchas cervezas muy ricas a las que la gente está acostumbrada”, dice Manuel Navarro Jaramillo, uno de los propietarios del Bar Tasca “Los Amigos”.
A la una y media de la tarde, El Alcázar ya se servía fresquita en el Mesón El Tostón. Se ponía con habas crudas, pan, aceite, bacalao y aceitunas. José Luis Generoso mostraba la cerveza y recordaba que era el primer cliente en probarla: “Está buena. Me recuerda a la cerveza antigua. La he visto y me han venido a la mente los biscuter y las noches por las tascas con los amigos”. Antonio Cruz es el propietario del Mesón El Tostón: “Cuando ha llegado, la he metido en el congelador. Sabía que iban a venir clientes en busca de ella, ya que llevan muchos días preguntándome. Confío en que la novedad sirva para traer a más clientes en estos días y haya personas que se fidelicen con este producto”.
Paco Tormo y Juan Antonio Ortega disfrutaban de la cerveza en La Cruz Blanca. “Hemos venido simplemente para probarla. Sabíamos que estaba ya en el bar. En verdad, nos recuerda a la antigua”, explicaban. Por otro lado, Juan Carlos Sánchez, uno de los propietarios de este establecimiento, explicaba: “Tenía muchas ganas de que llegara. La gente llamaba por teléfono o mandaba mensajes solo para preguntar si estaba. Viene con una imagen diferente y más moderna”. El precio dependerá de cada establecimiento, aunque lo normal es encontrarla entre los 2,20 y los 2,50 euros.