“No toqué a la niña, solo se le bajó el bikini por accidente”

El acusado de abusar de una menor durante una sesión para eliminar piojos afirma que no ocurrió “nada de nada”

03 may 2017 / 11:41 H.

La Fiscalía mantuvo su petición de dos años de cárcel para el dueño de un local especializado para tratar la pediculosis. Se le acusa de abusar de un adolescente de 13 años durante una de las sesiones para eliminar los piojos. En el juicio celebrado ayer, la menor reiteró lo que ya explicó en la denuncia, formulada en julio de 2015. Aseguró que su padre la llevó a la consulta de M. Á. D. M. y que, cuando se quedó a solas, el acusado cerró la puerta “con llave” y le realizó una serie de preguntas que le extrañaron, como si tenía novio o si se besaba con él. Añadió que, además, le hizo comentarios en diferentes momentos de la sesión sobre lo bonitos que tenía los labios o si se depilaba con cuchilla o con cera. “Vi que no era normal”, aseguró la joven al tribunal, en el que declaró protegida por un biombo. La adolescente afirmó que, durante la sesión, llegó a bajarle el biquini y que le palpó los pechos.

La chica tardó un día en contar lo ocurrido a sus padres, que acudieron a la consulta para pedir explicaciones por lo ocurrido. Según la versión de la madre, M. Á. D. M. les pidió perdón “de rodillas”, al tiempo que les pedía que no denunciaran porque le iban a hundir el negocio. Sin embargo, los progenitores acabaron denunciando y el caso ha llegado a juicio.

La versión del procesado fue muy diferente. Explicó que lo único que pasó fue que, al pasarle el aspirador para succionar los parásitos, se desprendió de forma accidental el bikini que la chica llevaba puesto: “No miré, solo le dije que se tapara y no le di más importancia a este hecho, porque no ocurrió nada de nada”. En este sentido, M. Á. D. M. aseguró que se equivocó al no contar este incidente al padre cuando llegó a recoger a su hija al terminar la sesión. Sobre los comentarios, el procesado negó haberle realizado insinuaciones. Solo admitió haberle preguntado sobre si tenía novio, aunque aclaró que se trata de una cuestión “rutinaria” para evitar otros contagios.

La defensa de M. Á. D. M. llevó al estrado a varios testigos. Entre ellos estaba una cliente del negocio que puso de manifiesto que la puerta no estaba cerrada con llave el día de los hechos porque ella pudo ir a pedir cita. También declararon otras dos pacientes, presentes cuando los progenitores fueron a pedir explicaciones al procesado a su negocio. Ambas coincidieron en que no le recriminaron que se le tocara un pecho, sino que se le quedara al descubierto.

La vista oral terminó con la declaración de la psicóloga que trató a la adolescente. “Creo que la niña está diciendo la verdad y que no se lo inventa. Su relato es coherente y estructurado”, dijo la forense, aunque insistió en que ello no significa que los hechos ocurrieran ni que tuvieran la trascendencia que le dio la menor en el momento de los hechos. El juicio quedó visto para sentencia.