“No se debe alentar a acudir a batallas perdidas”

Javier Pulido Moreno

18 dic 2015 / 09:16 H.

—¿Cómo le gustaría que le definieran como abogado?

—Pienso que la cualidad más importante que debe tener un abogado es ser un conciliador. Más que buscar problemas, debemos trabajar para solucionar los que tiene la gente. Nuestra labor contribuye a mantener el equilibrio social. Y, desde este punto de vista, pienso que no se puede ni se debe alentar a la gente a acudir a batallas perdidas.

—¿Por qué decidió convertirse en abogado?

—Puedo decir que la vocación la descubrí después. Me di cuenta de que el abogado es el cordón umbilical entre el Derecho y la sociedad. Cuando las cosas salen bien es una satisfacción personal enorme, un estado muy gratificante. Si no salen bien, también es importante que reconozcan tu trabajo y esfuerzo.

—¿Le ha merecido la pena?

—Llevo como abogado desde el año 1992 y, en todo este tiempo, lógicamente, he tenido de todo. Para cualquier letrado, terminar un caso y que tenga un buen final para el cliente es una victoria profesional. Se vive una situación muy bonita. Para mí, con haber sentido esa sensación una sola vez, ya ha merecido la pena.

—¿Qué idea le gustaría transmitir a las personas que asistan a la imposición de la Medalla al Mérito Colegial?

—Mi discurso va a ser, fundamentalmente, de agradecimiento. Quiero dar las gracias a mucha gente pero, sobre todo, a aquellas personas que me han ayudado a ser lo que soy. Y aquí merecen una mención especial unas personas que, seguramente, estarán ausentes: mis clientes. Ellos son la parte fundamental de mi trabajo y a ellos se los debo todo. Con algunos, incluso, he llegado a tener una relación de amistad, de mucha amistad.

—Usted es uno de los más prestigiosos penalistas de la provincia. ¿Por qué se decidió por esta rama del Derecho?

—Yo parto de una premisa clara, que no es otra que la especialización del abogado es fundamental. Es bueno para el profesional y, sobre todo, para el cliente. El Derecho Penal es la parte que más me gusta y en la que siempre me he sentido más útil.

—¿Cuál ha sido su labor en el Colegio de Abogados de Jaén?

—Llevo 23 años vistiendo la toga y he formado parte de la junta de gobierno durante una década, como secretario, como tesorero y como diputado noveno.

—¿Su familia entiende los entresijos de su profesión?

—Mi mujer también es abogada y mis dos hijos quieren serlo.