Más de mil kilómetros en bicicleta para volver al hogar

Javier Sánchez llega a la capital tras cruzar Inglaterra y España en solitario

13 ago 2019 / 11:15 H.

Más de mil kilómetros llenos de experiencias, de alegrías, tristezas y quizás algún susto. Kilómetros llenos de recuerdos que Javier Sánchez no olvidará jamás. Este enfermero jiennense se marchó hace cinco años a Inglaterra. Sin embargo, hace escasos meses, decidió que era el momento de volver a su tierra y al calor de su hogar. Eso sí, no quiso despedirse del país que tan bien lo acogió durante este pasado lustro, cerró esta etapa con originalidad y demostrando su espíritu aventurero: puso los pies en los pedales de su bicicleta e hizo un recorrido que empezó en Peterborough, el día 24 de julio, y terminó ayer, en el Castillo de Santa Catalina.

Fue allí, en el emblema de Jaén capital, donde sus familiares y amigos lo esperaban con nervios en esta última etapa de su trayecto. “¿Falta mucho para que llegue el tito?”, preguntaba constantemente la pequeña María a su madre, quien preparó, además, camisetas y gorras especiales para dar la bienvenida a su hermano. Estas mostraban una imagen muy particular, un icono creado por el mismo Javier Sánchez, en el que unió la bandera británica con la española, incluyó —a grandes rasgos— una bicicleta con ruedas de aceituna y, bajo esto, la Catedral de Peterborough (donde está enterrada Catalina de Aragón) y el castillo de Jaén, nombrado en honor de Santa Catalina de Alejandría.

La llegada de Sánchez a la fortaleza estaba prevista sobre las diez y media de la mañana, sin embargo, debido a varios inconvenientes del camino, llegó pasadas las doce. Aunque esto no hizo que la ilusión del momento se perdiera, al contrario. Al verlo a aparecer por el arco que da paso al castillo los alientos de ánimo de sus seres queridos resonaron con fuerza y, a pesar de sus gafas de sol, no era difícil ver la emoción que Javier Sánchez sintió en ese momento. Tras pasar por la banda de meta y un colorido arco de globos, lo primero que hizo fue dar un abrazo eterno a su madre.

Tras coger aliento, declaró que este viaje le sirvió para aprender a vivir el momento, recordó días duros como el trayecto de Tauton a Plymouth y aseguró que el día más gratificante de todo el viaje fue ayer, cuando vio a sus familiares y amigos esperándole al final de la meta. Poco después, Javier Sánchez volvió a su hogar, donde le esperó otra sorpresa más. Sus vecinos le esperaban con un “guateque” especial en su nombre. Allí, entre plato y plato, este enfermero con tanta vitalidad, resumió partes de su viaje entre miradas atónitas y dio las gracias por el apoyo recibido por todos.