Los policías de Domingo...

“La capital es tranquila y no tiene situaciones de miedo”, asegura el intendente mayor de la Policía local de Jaén

17 jul 2023 / 19:42 H.
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LA ENTREVISTA

Su aspecto serio enmascara la personalidad de un hombre afable en el trato, cercano, amigo de sus amigos y un jefe abanderado del compañerismo. Cumple diez años al frente de la Policía Local de Jaén con la ilusión del primer día y, aunque es consciente de que queda camino por recorrer, puede echar la vista atrás con la satisfacción del deber cumplido. Rafael Domingo Sánchez (Montejícar, Granada, 1965) tuvo claro siempre lo que quería ser de adulto y, aunque no piensa ni por asomo en la jubilación, ser intendente mayor le permite decir alto y claro que tiene colmadas sus aspiraciones profesionales.

—¿Qué hay que hacer para ser intendente mayor de la Policía?

—Trabajar mucho. Lo comentaba con los compañeros recientemente. Entré en la Policía Local con veintidós años, me fijé en la figura de subinspector y empecé a prepararme. Cuando llegué a la categoría que más deseaba, aunque luego no fue la que más me satisfizo, había empezado la carrera de Ciencias Jurídicas, Derecho, para continuar hasta llegar a ser intendente mayor.

—Diez años al frente de la Policía Local de Jaén. ¿Qué balance puede realizar?

—Positivo cien por cien. Represento un colectivo de profesionales en el que, evidentemente, hay de todo, pero todos tienen ganas de trabajar, gente muy preparada, con estudios superiores y carreras universitarias y, sobre todo, con vocación de atender al ciudadano y prestar el servicio de la Policía Local.

—El actual es el cuarto alcalde con el que trabaja día a día desde que fue nombrado jefe de la Policía Local...

—¿El cuarto? Sí, me nombró José Enrique Fernández de Moya, luego entró Javier Márquez, Julio Millán y, efectivamente, el cuarto es Agustín González...

—¿Qué espera usted de él?

—Apoyo, porque nos queda la estructura intermedia por completar, tenemos la plantilla muy carente de personal y algunos medios técnicos, con un proceso de licitación en este momento, como es un drogotest y un alcohotest, porque ahora mismo dependemos de Tráfico para poder hacer las pruebas de alcohol y drogas ahora mismo.

—¿No se pueden realizar las pruebas actualmente?

—Sí, pero porque los medios técnicos nos lo tienen cedidos la Jefatura Provincial de Tráfico y la Guardia Civil, porque los que teníamos están averiados y cuesta más el arreglo que comprarlos nuevos. Estamos en proceso de licitación, pero nuestra actividad no se ha detenido, porque va la vida de personas en ello. No por gusto, siempre lo nombro, tenemos ya cuatro premios Visión Cero en la ciudad de Jaén.

—¿En qué consiste?

—Las capitales de provincia con más de cien mil habitantes con cero muertos en accidentes de tráfico reciben un premio nacional que se llama Visión Cero. Tenemos tres seguidos porque en medio hubo dos fallecidos, pero ya llevamos cuatro.

“Cuando llega el momento de hacer balance, desde los servicios que se prestaban hace dieciséis años a hoy me falta la mitad de la plantilla”

—¿Cómo define a su equipo?

—Gente muy profesional y con muchas ganas, porque estamos sacando el servicio que requiere la ciudad de Jaén con soltura, y estamos hablando de no el de hace diez años, sino el de hoy, que es mucho más amplio, más técnico y tienes que estar mucho más preparado. La capital ha crecido mucho y, sin embargo, llegamos al cómputo horario con un cincuenta por ciento menos de personal. Cuando llega el momento de hacer balance, desde los servicios que se prestaban hace dieciséis años a hoy me falta la mitad de la plantilla. Es un esfuerzo tremendo el que hacemos.

—¿Qué papel desempeña la mujer en la Policía Local?

—En la Policía, con carácter general, queda mucho por hacer para llegar a la paridad, por lo que lo mismo en la Local. No es cuestión de que las pruebas puedan favorecer a los hombres, es porque se presentan muy pocas a las oposiciones, por lo que aprueban de forma proporcional. Evidentemente, las que están dentro, pues a la par que los hombres en el desempeño de sus funciones policiales. A veces, la empatía con el ciudadano en la resolución de conflictos, quizás ellas con más eficacia que ellos.

—¿Se siente lo mismo de arropado por sus compañeros de profesión que el primer día?

—Sí, quizás más, porque cuando entré hace diez años había muchos profesionales que eran mis maestros y ya sabemos todos que es muy complicado ser profeta en tu tierra, de tal forma que hay mucha gente que se ha ido jubilando, unos con mayor aprecio y otros con menos, pero siempre me he sentido muy querido por la plantilla. La gente que tengo hoy a mis órdenes es gente nueva, muy formada, algunos preparados por mí para el acceso a la Policía Local y me siento respetado y querido.

—¿Cuál es el secreto para ser un buen jefe policial?

—Trabajar, ordenar con coherencia, escuchar a la Policía y a los sindicatos, y responder a la demanda de los ciudadanos.

—¿Qué necesita el Cuerpo al que usted representa?

—En cuanto a medios, de vehículos estamos ahora mismo muy bien, pero sí nos falta personal, además de completar la estructura, porque necesitamos siete oficiales, de los cuales tres están ya en proceso de selección, un inspector y concretar la plantilla. Se lo pediré al alcalde para que, cuando pueda ser por cuestiones presupuestarias, lo tenga en cuenta. 186 agentes desde hace dieciséis años es poco para la capital. Nada más que lo que ha crecido la Universidad de Jaén lo justifica, el Olivo Arena, el fútbol...

—¿Cómo están las relaciones con el resto de cuerpos y fuerzas de Seguridad del Estado?

—Geniales, no buenas ni mejores, son excepcionales, tanto con el comisario jefe de la Policía Nacional como con el teniente coronel jefe de la Comandancia.

—¿Algo que le quite el sueño?

—Nada, duermo tranquilo.

Los policías de Domingo...

“Cuando un vecino dice que ha llamado tres veces a la policía local y no ha venido, es de las pocas cosas que puedo decir que no es verdad...”

—¿Llega la Policía Local a todos los barrios de la capital?

—Sí, pero por la carencia de personal quizás menos de lo que deberíamos. Cuando un vecino dice que ha llamado tres veces a la policía local y no ha venido, es de las pocas cosas que puedo decir que no es verdad, porque, aunque tardamos en atender los requerimientos, los atendemos. Siempre hay alguna excepción, dependiendo de la gravedad de los casos, como el otro día que nos llamaron para una hoja de reclamaciones y estábamos en un incendio bastante grave.

—¿Qué es lo que no le permite hacer ser jefe y que tanto echa de menos?

—Me impide tener libertad en la calle, porque hay que guardar perfectamente las formas ante la ciudadanía, pero tampoco es un puesto que me limite en mi vida cotidiana. Esa es la verdad.

—¿Qué significa para usted ser intendente mayor?

—La plenitud en mi carrera profesional. Es muy difícil llegar y el cien por cien de los que somos jefes es porque hemos querido serlo. Significa que me permite crear y sentirme desarrollado.

—¿Se paró el proyecto de creación de una Escuela Municipal de Policía Local?

—El anterior concejal, Carlos Alberca, tenía idea de crear la Escuela Municipal de la Policía Local, yo pedí presupuestos, vimos una serie de locales, pero no es tan sencillo y, evidentemente, Jaén tendrá que tenerla algún día, ojalá más temprano que tarde, pero realmente un proyecto serio no ha habido.

—¿Algún proyecto inacabado?

—Cada día es un proyecto nuevo, siempre hay algo.

—¿Se lleva el policía los problemas de la calle a casa?

—El policía local, con carácter general, no, pero hay determinados puestos que sí. Si me pregunta a mí, le digo que siempre. Yo trabajo por la mañana en la sede, por la tarde en casa y por la noche siempre que me llaman. Estoy las veinticuatro horas. Determinados puestos, como Atestados o Secretaría, también se llevan su trabajo a casa, pero el de calle, de intervención rápida y actuaciones policiales acaba su trabajo y hasta mañana. Así es.

—¿Son diferentes las nuevas generaciones de agentes?

—Hay diferencias. Yo entré hace treinta y seis años, antes éramos ochenta y éramos una familia. Hoy no, hoy somos cuerpos de funcionarios, cada uno tiene sus derechos y sus deberes, vienes, haces tus horas, te haces tus círculos de amistad, que normalmente son los de trabajo, y hoy somos sectores funcionariales como cualquier otra profesión.

—Ocurre en todos los trabajos.

—Sí, se están desnaturalizando las relaciones personales.

—¿Algún caso que le marcara?

—Muchos. Siempre pongo el ejemplo del incendio de Antonio Díaz, donde yo era policía de grúa y, cuando conseguimos llegar a la casa, habían fallecido la madre y el hijo y la imagen era, en un sofá, los dos abrazados y calcinados. No se me olvidará nunca.

—¿Dejó huella la pandemia?

—Sí, en positivo y en negativo. En negativo, porque vi la vulnerabilidad de los cuerpos policiales, del agente como ser humano. En positivo, porque vi la valentía del funcionario policía y fuimos capaces de hacer frente a algo desconocido por encima del miedo a la muerte. Nosotros entrábamos a las casas donde había fallecidos cuando nadie quería entrar, no sabíamos a lo que nos enfrentamos... Fue brutal todo.

—¿Es Jaén una ciudad segura?

—Sí, muy segura. No me compete a mí decirlo en cuanto a seguridad ciudadana. En cuanto al tráfico, también. Es una de las ciudades más seguras de España.

—¿Cuáles son los delitos que ven cada día en la calle?

—Fundamentalmente la materia específica de tráfico, por circular sin permiso de conducir o con él retirado por puntos o sentencia judicial, las alcoholemias, las drogas... También todo lo relacionado con la seguridad ciudadana, robos, hurtos, atendemos peleas y conductas delictivas que corresponden por competencia a otros cuerpos y fuerzas de Seguridad del Estado, pero en las que tenemos la obligación del auxilio y estamos en colaboración con las patrullas.

—¿Ha cambiado mucho la noche jiennense?

—Sí, pero diría que hoy es más tranquila. Hace unos años había más delitos de robos de vehículos, de establecimientos comerciales... Evidentemente hoy hay otros diferentes, como conducciones con drogas y alcohol, peleas, atentados a la autoridad...

Los policías de Domingo...

“Diría que la noche jiennense es hoy más tranquila. Hace unos años había más delitos de robos de vehículos, de establecimientos comerciales...”

—¿A quién hay que temer?

—Temer, a nadie, respeto sí, velar por la seguridad con carácter general. Jaén no presenta situaciones de miedo.

—¿Alguna espinita clavada?

—No, me siento totalmente desarrollado. Por decir algo, que quizás no haya podido tener, por mis puestos de mando, la relación personal con mis compañeros que tenía al principio. La plantilla suele decir que se te suben los galones, pero no es así, se alejan de ti, se producen silencios cuando entras a alguna dependencia... Esa puede ser una espinita clavada, estar más cerca de mis policías y ser más amigo de ellos.

—¿Le gustaría jubilarse así?

—Sí, además creo que lo haré, porque cuando cumpla 59 años, si llegara una Corporación Municipal que buscara mi relevo, aunque tendría que cometer alguna infracción, yo me retiraría. Esto es cansado, no se puede desconectar, pero tengo ilusión.

—¿Cómo fueron las relaciones con los anteriores equipos de Gobierno municipales?

—Siempre muy buenas, con excepción de esta última, donde el concejal Carlos Alberca no ha tenido una relación fluida conmigo, quizás porque tenía demasiadas áreas, no sé.

—¿Cómo es Rafael Domingo cuando viste de paisano?

—Una persona totalmente normal, que le gusta tomar una cerveza, ir a la playa, soy una persona seria, granaíno...

—¿Qué le parece que uno de sus dos hijos siga sus pasos?

—Es un orgullo.

—¿Qué les ha inculcado?

Que sean buenas personas.

—¿Se siente jiennense?

—Por los cuatro costados, aunque me viniera con trece años, Jaén es mi tierra, aquí he hecho mi vida, me he casado, he tenido mis hijos y he desarrollado mi carrera. Aprovecho para decirle a la ciudadanía que les agradezco su comportamiento y la paciencia con la que llevan estas noches de verano. Y, como recomendación, que dejen el vehículo con el alcohol, Jaén es una ciudad amable para ir andando de un lugar a otro y, en su caso, utilizar el transporte.

Jaén
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