Los Motacilla Lavandera echan raíces en la casa del Guadalbullón: Ya crían 4 nuevos pajarillos

Segunda puesta de la pareja de aves en el singular nido construido bajo un termo eléctrico

16 jun 2023 / 06:00 H.
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A finales de mayo una familia de motacilla cinerea, esbelto pájaro insectívoro al que le gusta vivir cerca del cauce de un río, alimentaban a cinco crías en un cálido nido construido bajo un termo eléctrico de una casa de Jaén, en la ribera del Guadalbullón. Suele ser habitual que esta especie, en nuestro caso madre y padre Motacilla, también conocida como lavandera cascadeña, hagan una segunda puesta, en este caso un poco tardía de la que han prosperado cuatro huevos. Los pajarillos esperan impacientes las idas y venidas de sus progenitores con los picos abiertos para engullir, larvas, insectos y gusanos. Un espectáculo singular, como el que protagonizaban hace apenas dos semanas sus hermanos, y que muestra el vídeo de Diario JAÉN grabado hace dos días durante horas. Comparando al padre y la madre con las imágenes del primer vídeo no hay duda de que es la misma pareja. El macho de Lavandera es más pequeño que la hembra y tiene el cuello, siempre, negro. La hembra es de mayor tamaño y siempre tiene el cuello blanco. Tras la primera puesta, los pajarillos tardan entre 12 y 14 días en volar y dejar el nido. Eso hicieron los cinco hermanos de estos cuatro que ahora se alimentan ávidamente de lo que le traen padre Motacilla y madre Lavandera. Es realmente curioso observar cómo un pico tan pequeño puede abrirse tanto, por la que pasan sin problemas insecto de un tamaño apreciable.

La Motacilla cinerea pueden poner también una tercera puesta, sobre todo los que viven en terrenos de poco nivel, aunque a esta familia quizá le llega un poco tarde ya. En las puestas el número de huevos oscila, habitualmente, entre tres y cinco. Excepcionalmente algunos ornitólogos han observado hasta siete huevos. El porcentaje de que la mayoría prospere supera el 60%. En el caso de los Motacilla Lavandera de la casa del Guadalbullón no hay quien les moleste, al contrario; nido resguardado, cuidado extremos al grabarles y un entorno idóneo para ellos con comida y agua abundante. Como se observa en el vídeo, además de los rasgos distintivos de género. Su cola esbelta no cesa de balancearse, de forma característica, de arriba abajo. Es también muy característico su piar; una especie de ¡tsitsi! ¡tsitsi! repetido varias veces, describen algunos expertos. Y se escucha también en el vídeo, aunque más parecido a la que describe SEO BirdLife: ¡tsiviss! ¡tsiviss!

Jaén
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