Las termitas ponen en riesgo el convento de Santa Úrsula

Los insectos amenazan la supervivencia del artesonado mudéjar de la capilla

07 dic 2019 / 11:55 H.
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La falta de vocaciones hizo que las Madres Agustinas Recoletas echaran el cerrojazo en 2008. El convento de Santa Úrsula, situado en el corazón del barrio de la Magdalena, corre un serio peligro: las termitas. Se trata de un edificio con un valor arquitectónico y patrimonial incalculable que sigue a la venta y que, sin embargo, tendrá un triste final si nadie impide la propagación de esos insectos capaces de acabar con una auténtica joya. Al pie del Sagrado Corazón de Jesús está escrito: “Mi providencia y tú fe mantendrán esta casa en pie”. Demoledor mensaje en una situación de alarma total.

Las fuentes consultadas aseguran que, después de varios años con las fotografías de su interior colgadas en los portales de varias agencias inmobiliarias, alguien se atrevió a dar una reserva para adquirir el convento, cuyo precio de salida es de 750.000 euros, aunque la operación no está cerrada del todo. El Obispado inmatriculó una parte, la capilla que está anexa a la iglesia de la Magdalena —cuyo artesonado mudéjar está en riesgo por las termitas—, a través de un proceso de segregación. Además, donó a la parroquia de La Magdalena la imagen de Santa Rita, obra de Jacinto Higueras, una talla muy venerada, tanto en el barrio como, en general, en la ciudad. Hay que recordar que el convento de Santa Úrsula fue prisión durante la Guerra Civil y hasta 1943, cuando fue entregado a las monjas, quienes optaron por crear un colegio de niñas para poder mantener las instalaciones. Más tarde, se entregaron a la clausura de la orden contemplativa de San Agustín y, con esfuerzo, reconstruyeron un caserón compuesto por diez dormitorios y seis cuartos de baño, ideal para un hotel en pleno casco histórico de la capital.

Se trata de un monasterio del siglo XVI. Fundado por el obispo Diego Tavera, conserva su artesanado mudéjar y tres patios de recogimiento, junto con las estancias de clausura, lavandería, tintorería... El convento cuenta con una superficie de solar de 1.543 metros cuadrados y una superficie construida de 2.250. En la Guía Digital del Patrimonio Cultural de Andalucía aparece descrito de esta forma: “La iglesia, muy pobre, se dispone paralela a la de la Magdalena y tiene entrada lateral por el patio reglar mediante una sencillísima portada de medio punto. El interior, de una sola nave con bastantes restauraciones, conserva como elemento más valioso su armadura de tipo mudéjar, que se prolonga en el coro alto. La media naranja del presbiterio es obra posterior, del siglo XVIII. El retablo es sencillo, de dos cuerpos, con imágenes modernas”.

La fachada es muy sencilla, con pequeña portada de medio punto. Tras ella, el patio con galería lateral de arcadas en medio punto y arriba espadaña en ladrillo. La clausura es obra moderna rehecha de un siglo a esta parte. Una joya con la que las termitas no tienen compasión.

Jaén