La Virgen de la Antigua destella con su elegante discurrir por la Catedral

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La Seo capitalina celebró el día de su titular, la Asunción de la Bienaventurada Virgen María. Un acontecimiento que está marcado en rojo en el calendario de muchos jiennenses por el hermoso cortejo procesional que la Virgen de la Antigua, patrona del Cabildo, realiza por el claustro de la Catedral. La procesión claustral daba inicio a la celebración, desde la capilla del Santo Rostro hasta el presbiterio, siendo la Virgen portada por miembros de la Cofradía de la Buena Muerte. La celebración contó, además, con la colaboración de seminaristas y de acólitos del primer templo diocesano, siendo precedida por un cortejo de niños con numerosas flores. La festividad, que cada año reúne a un mayor número de fieles, dio paso a la eucaristía en honor a la titular de la Catedral. La misa fue presidida por el deán de las Catedrales, Francisco Juan Martínez Rojas, y estuvo concelebrada por un nutrido grupo de miembros del Cabildo Catedral.

Después de la profesión de fe, el presbiterio se llenó de bebés y niños que fueron presentados ante la patrona del Cabildo. Al concluir la celebración eucarística, se llevó a cabo la bendición secular con el Santo Rostro por los balcones de la Catedral. Una bendición por cada uno de los puntos cardinales. En la plaza de Santa María, los fieles quisieron cumplir con la tradición y ser bendecidos por el Rostro del Salvador, bendición que también se imparte cada Viernes Santo por los balcones del relicario del Santo Rostro. La talla de la Virgen de la Antigua es una obra anónima de estilo gótico, datada a principios del siglo XVI. La imagen representa a la Virgen amamantando a su Niño y se caracteriza por su rica policromía. Según la tradición oral, esta talla de la Virgen llegó a Jaén tras la reconquista de la ciudad por Fernando III el Santo. Ubicada en la Capilla Mayor del templo de Vandelvira, justo encima del Santo Rostro, es patrona del Cabildo Catedral. El dogma asuncionista, proclamado por el Papa Pío XII en 1950, establece que la Virgen María, al finalizar su vida terrenal, fue asunta (llevada) en cuerpo y alma a la gloria celestial.

“Vengo a la capital siempre que puedo y una de las visitas obligadas es la Catedral. Nunca he visto la procesión claustral y tengo muchas ganas”, aseguró Juan José Palomino. Paqui Paredes afirmó que “la ceremonia, al igual que la procesión, es una maravilla”. “Me encanta visitar la Catedral y hoy, afortunadamente, tengo la suerte de que coincide con la procesión de la Virgen la Antigua. Nunca la he visto”, manifestó Rocío Delgado. Hacía años que Antonio Gómez que no revivía este acontecimiento, del cual destacó que “transmite una paz interior muy grande”. “Esta procesión significa recuperar una tradición muy antigua secular. Se trata de un cortejo singular al ser claustral, tiene mucho encanto”, indicó María Dolores Rincón.