La otra realidad del confinamiento

Las personas con Trastorno del Espectro Autista (TEA) sí pueden salir a la calle en lo que dure la cuarentena decretada por el Gobierno. No lo hacen todos, solo los que verdaderamente lo necesitan, por lo que desde la Asociación Provincial de Autismo Juan Martos Pérez, piden a los jiennenses que cesen de increpar desde el balcón a toda persona que vean en la calle.

Belén Pérez es coordinadora y psicóloga de la asociación y, aunque hace hincapié en que los casos de este tipo no son muchos, deja claro que no todo el mundo sale.

“Solo son los casos que peor llevan la situación, son personas en las que hay una mayor dificultad de comprensión o que tienen una rutina fijada en la que salir formaba parte de la relación de actividades diarias”, explica Pérez, acerca de unas salidas a la calle que sirven a las personas con autismo para “relajarse y autorregularse”. “Sale un porcentaje muy pequeño, el que realmente lo necesita”, dice.

¿Por qué una persona con autismo necesita de la rutina? La coordinadora de la asociación explica que les cuesta muchísimo “anticipar lo que va a ocurrir” y que por eso se hace “muy necesario”.

En la provincia, según los números que echa la asociación, hay en torno a 6.400 personas con TEA en la provincia, por lo que piden a la sociedad jiennense que respeten las necesidades del colectivo, que se enfrenta a una situación “sobrevenida”. “Esto llegó de golpe y les rompió por completo la rutina, puesto que no van a clase y nuestras terapias se suspendieron”, explica la psicóloga, que afirma que, a pesar de que las instalaciones de la asociación están cerradas, están ahí para prestar sus servicios a quien lo necesite. “Esto ha llegado de golpe y se les ha roto la rutina, no van a clase y tampoco a nuestras terapias... Lo que más les afecta del confinamiento no es el hecho de no poder salir, sino el no seguir la rutina”, afirma Pérez.

Afecta tanto a niños como a adultos, e incluso el nivel de comprensión, que según explica es independiente de la edad, puede haber personas adultas con más dificultades que los propios pequeños. Para ellos, desde la asociación ofrecen una serie de pautas a los padres.

“Deben intentar construir una rutina diaria porque desconocemos cuánto va a durar esta situación, por lo que desaconsejamos anticipar. Les hemos dicho a los padres que no hagan un calendario de anticipación”, asegura la coordinadora de la asociación. Acerca de esta rutina, expone algunos ejemplos tales como, por las mañanas, intentar actuar como si estuvieran en el colegio, mientras que las tardes se estructuren con actividades de ocio, de cocina o tareas del hogar, que tengan más autonomía. “Deben intentar organizar todo el día porque ellos no comprenden la existencia de tiempos muertos”, indica la psicóloga.

Además, desde la asociación, por el Día Mundial de Concienciación sobre el Autismo, se adhirieron a una campaña que tiene por objetivo reivindicar más derechos laborales y en materia de educación para personas con autismo.