La calle y los elementos como hábitat de vida

El neerlandés Gerard Van Beek, de 64 años, “reside” en la antigua oficina de Caja Granada del Gran Eje

29 dic 2021 / 17:18 H.
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Una persona cuyo hogar no tiene más allá de una rampa cubierta con cartones, protegida por tres cristaleras de una antigua oficina de banco. A merced, ahora en estas fechas navideñas, del intenso frío y, en otras ocasiones, de las malas obras del ser humano.

Esta es la vida que lleva un hombre neerlandés de 64 años llamado Gerard Van Beek. Natural de la ciudad de Breda, trabajó en el Puerto de Rotterdam en la descarga de los millones de contenedores que transportaban los miles de barcos que el puerto suele recibir. Pero después, decidió llevar una vida solitaria. Así, durante treinta años ha estado tocando la guitarra en la calle y, en los últimos dos años, se encuentra en Jaén viviendo en la puerta de la antigua oficina de Caja Granada, junto a la UPM. “Yo he recorrido andando muchos rincones de España, como Valencia o Granada”, señala el propio Van Beek, que a pesar de su difícil situación siempre muestra un carácter afable y pacífico. Además, son muchas las personas que ya le conocen en la zona de Gran Eje, como una vecina que prefiere mantenerse en el anonimato: “De vez en cuando, siempre intento traerle un bocadillo de queso, que sé que le gusta, y un café”.

Van Beek reconoce, por otro lado, que quiere retomar ese hábito de tocar música en la calle: “Quiero ganar dinero tocando la guitarra”. Ahora se encuentra en esta esquina de la Avenida de Andalucía, pero anteriormente también señala que ha estado en “cuatro parques”. A pesar de ello, este neerlandés destaca la generosidad de los jiennenses: “La gente aquí es muy generosa”. En este sentido, añade: “El viernes, por Nochebuena, me trajeron esta cesta de comida y estas mantas que tengo, me las han dado aquí”. Se refiere a la bolsa de alimentos que repartieron los voluntarios de Corazón y Manos en Jaén. Además, a través de Cáritas Jaén se enteró de la muerte de su madre y también tiene seguimiento de los Servicios Sociales de Peñamefécit. Son muchas las personas que le dan dinero, pero en otras ocasiones se encuentra con el lado cruel del ser humano. Así lo atestigua Pedro Pajares, miembro del Centro de Día Santa Clara: “Muchas veces me cuentan los taxistas que le roban las pocas monedas que le dan mientras duerme”. Pajares le ayuda cada día usando sus propios medios : “Una vez o dos a la semana lo llevo en mi coche hasta el centro para poder ducharlo y afeitarlo, además de que poco a poco me he tenido que ganar su confianza para que pase unas horas en el centro en cada visita”. Pajares señala también que, sin tener ningún tipo de documentación, está vacunado frente a la covid: “Nos ayudó el distrito sanitario y pusieron muchas facilidades”. En definitiva, Van Beek, pese a que no puede andar, trata de hacer su vida a la espera de una solución adecuada.

Jaén