La banda que movía droga por kilos

La investigación permite arrestar a 23 personas, que forman un “grupo criminal”, y decomisar 4 kilos de cocaína

22 dic 2016 / 10:01 H.

Veintitrés detenidos —de los que dieciocho están en prisión— y cuatro kilos de cocaína intervenidos. Son los resultados de la operación “Copernicus”, en la que la Guardia Civil de Jaén ha desarticulado una “organización criminal” con capacidad para mover la droga por kilos. El Juzgado número 3 de Andújar acaba de levantar el secreto de sumario del caso. La investigación de la Comandancia pone al descubierto que los tentáculos de la banda llegaban a varias provincias, como Jaén, Madrid, Ciudad Real, Sevilla, Cádiz y Toledo. Lugares donde el grupo tenía su propio distribuidor intermedio que era, a su vez, el que vendía a los camellos para el posterior menudeo entre los consumidores.

La operación “Copernicus” llevaba meses fraguándose. Comenzó en Andújar. De allí es Manuel C. M., alias “El Chispa”. Presuntamente, se trata de la cabeza visible de la organización en la provincia. El juez instructor asegura que tiene los “contactos oportunos” y que cuenta “con diferentes proveedores” de droga. Su lugarteniente es su primo, Juan M. G., conocido como “El Pelele”, y el que dirigía el negocio en la capital jiennense con un gimnasio como tapadera. Fue el que registraron los agentes de la Guardia Civil en la mañana del pasado 8 de diciembre, cuando estalló la redada. También entraron en la vivienda de Jacob T. A. Dicen los investigadores que en ese piso de la Avenida Antonio Pascual Acosta de Jaén se recibía la mercancía, se almacenaba y se guardaba el dinero. De hecho, los agentes encontraron en ese inmueble 39.000 euros, dos básculas de precisión e, incluso, una prensa hidráulica y moldes para la compactación de la cocaína.

La cédula jiennense fue el hilo del que tiró la Guardia Civil para llegar al resto de la organización, es decir, a los “capos” que disponían de la mercancía. Los investigadores explican que “El Chispa” tenía varios proveedores. Uno de ellos le manda un 1,3 kilos de cocaína. Fue el pasado 28 de octubre. Los investigadores ya sabían que el porte estaba de camino y que el destino era el piso de la Avenida Antonio Pascual Acosta. “Donde siempre”, llega a decir uno de los detenidos en las grabaciones efectuadas de sus conversaciones. La “farlopa”, que iba oculta en el salpicadero de un coche, es interceptada y el conductor del vehículo, detenido. Fue en un control realizado a tal efecto en una de las entradas de la capital.

La Guardia Civil no se quedó ahí. Sabía que “El Chispa” tenía otros proveedores con capacidad para suministrarle el kilo de cocaína que solía necesitar cada mes. El siguiente objetivo fue Carlos C. G., alias “El Rubio”. Dice el juez instructor en el auto de prisión que este vecino de Madrid es la “cabeza visible de la organización” que vende la droga a la gente de Jaén y también abastece a grupos en Toledo y Ciudad Real. Durante el mes de noviembre, “El Chispa” y “El Rubio” están de tratos, siempre con un vecino de Ciudad Real como intermediario. Hablan en clave y se refieren al kilo de cocaína como “un cubierto”. Todas las conversaciones están grabadas. Cierran el negocio y preparan el envío para el 7 de diciembre. Ese día, Carlos C. G. da la orden y su “mulero” parte desde Madrid con un coche en dirección hacia la capital jiennense. Es interceptado en Ciudad Real cuando transportaba 1.100 gramos de “farlopa”. Al día siguiente, estalló la operación “Copernicus”, con los registros simultáneos y las detenciones. Se decomisaron casi 4 kilos de cocaína y, entre los 23 arrestados, están todos los eslabones de la cadena: desde el capo hasta los intermediarios de las provincias.

Delito de blanqueo de capitales

Los 23 detenidos en el marco de la operación “Copernicus” están acusados de delitos de pertenencia a organización criminal y contra la salud pública. No obstante a Manuel C. M., alias “El Chispa”, y a su primo, Juan M. G., “El Pelele”, también se les imputa blanqueo de capitales. Presuntamente, ocultaban las ganancias del negocio de las drogas con la compra de inmuebles y vehículos que ponían a nombres de terceras personas.

Desde pastillas hasta setas

Dice el juez instructor, el magistrado José María Capilla, que los detenidos forman parte de “un entramado de personas dedicadas al suministro de sustancias estupefacientes, principalmente, cocaína”. Sin embargo, el negocio abarcaba más productos. Así, la Guardia Civil marihuana, hachís, pastillas de drogas de diseño e, incluso, setas alucinógenas. También se decomisaron varias balanzas de precisión y hasta una prensa.