Juicio a la mujer acusada de prostituir a sus hijas menores
El ministerio fiscal pide 52 años de cárcel para la madre y 33 para su pareja

Los vecinos de Arquillos todavía guardan en su memoria una fecha: julio de 2014. Fue cuando salió a la luz un caso que sobrecogió a buena parte de la provincia. Una joven de diecinueve años, Benita, huyó de casa. Poco después, se descubrió la razón: para no seguir sufriendo los abusos sexuales a los que ella, desde los trece años, y su hermana mayor, desde los quince, eran supuestamente sometidas por parte de la pareja sentimental de la madre.
El espeluznante caso vuelve, ahora, a ser de actualidad. Y es que esta vecina de Arquillos, María del Carmen O. E., de cuarenta y cuatro años, se sienta en el banquillo. La Sección Tercera de la Audiencia de Jaén juzga desde hoy a la mujer. Está acusada, entre otros delitos, de maltratar y prostituir a sus dos hijas, entonces menores de edad. El ministerio fiscal solicitó cincuenta y dos años de cárcel. Pero no es la única que se enfrenta al juicio. Su pareja sentimental, Pedro Antonio F. O., de treinta y seis años, también le acompaña, acusado de dos delitos continuados de agresión sexual, malos tratos y provocación sexual, por lo que, en principio, el fiscal pide treinta y tres años entre rejas. También se sienta en el banquillo de los acusados un vecino de este municipio jiennense, S. L. C., para el que se pide veinte años de prisión por el delito de abusos sexuales continuado y el de agresión sexual, cometido sobre la menor de las víctimas, a pesar de saber que era menor de edad. Otros dos vecinos que ya han fallecido, según recoge Europa Press, aparecen en la causa. Se les acusaba de pagar a la madre entre cien y doscientos euros para mantener relaciones con una de las hijas.
Los abusos, según la Fiscalía, se produjeron con el conocimiento y el consentimiento de la madre. Que llegó a decir a su pareja sentimental que “si alguna vez tenía falta que lo podía hacer con ella o con alguna de sus hijas, que para eso había tres mujeres en casa”. Otra de las pruebas en el procedimiento es la carta que la hermana menor escribió a sus abuelos para contar los abusos y los malos tratos físicos que ambas sufrían. De hecho, la joven que se fugó denunció que recibía habitualmente golpes de su madre y del compañero de esta con “gomas de mangueras, botellas o palos de fregona y escobas”. Según recuerda el escrito de acusación, al que accedió Europa Press, cuatro día después de que la joven huyera se presentó voluntariamente en el cuartel de la Guardia Civil para “relatar los atroces sucesos”, algo que el ministerio fiscal califica de “infierno” por “las múltiples agresiones verbales y físicas durante toda su vida, así como los servicios sexuales” a los que se le sometió.
Junto con las penas de prisión, el alejamiento y la prohibición de comunicarse, la Fiscalía también reclama en concepto de responsabilidad civil en sesenta mil euros a las dos hijas, que en la actualidad tienen veintiún y veinticinco años. Al tercero el pide diez mil euros para la menor de las hijas. La madre y la pareja sentimental, además, tienen otros tres hijos —de nueve, siete y seis años— que la Junta de Andalucía decretó en desamparo desde que se destaparon los hechos.
En cuanto a la acusación particular, detalla Europa Press, la ejercerá la Asociación de Mujeres Víctimas de Agresiones Sexuales (Amuvi), pero solo representará a la mayor, ya que la otra declinó seguir adelante con la denuncia. Eso sí, el ministerio fiscal ejerce la acusación para las dos. Por su parte, la Amuvi solicita veinticinco años y seis meses para la madre, dieciocho y medio para la pareja sentimental y veinte para el vecino de Arquillos. Se prevé que el juicio dure dos días.

Todo comenzó el 7 de julio de 2014. María del Carmen O. E. denunció la desaparición de su hija, Benita, en el cuartel de la Guardia Civil. Dijo que habían discutido y que la joven se marchó de casa. Comenzó la búsqueda. El día 10, por la mañana, se buscó a Benita incluso en el Guadalén. Se temía lo peor pero, esa misma noche, guardias civiles la encontraron. Se ocultaba en casa de un amigo. Dos días después, fue voluntariamente al cuartel y contó a los agentes el “infierno” que, al parecer, vivía en su casa. Su hermana Isabel lo ratificó, y los agentes detuvieron a la madre y al padrastro. A la jornada siguiente y tras declarar en el Juzgado, la mujer y su pareja fueron enviados a prisión y los tres hijos menores quedaron bajo tutela de la Junta.
Un mes después, el 7 de agosto del mismo año, Diario JAÉN desveló una de las nuevas líneas de investigación, con la ampliación de las pesquisas a otros vecinos de Arquillos que, presuntamente, también abusaron de las dos hermanas. En marzo de 2015, la Audiencia Provincial dejó en libertad provisional a la progenitora y al padrastro, en contra del criterio del juez instructor y de la Fiscalía.