Juan Francisco Serrano: “Estoy convencido de que, en los próximos cuatro años, habrá más proyectos para Jaén”
El diputado socialista jiennense y vocal adjunto a la Secretaría de Organización del PSOE formó parte de las negociaciones con Junts para lograr la investidura de Sánchez y asegura que el objetivo es recuperar las relaciones territoriales en España en el marco de la Constitución
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Llegar a la madrileña calle Ferraz en un momento histórico como el actual, allí donde se sitúa la sede del Partido Socialista, es todo un desafío. A las cinco de la tarde hay más policías que viandantes y, una hora después, no cabe un alma. Con ese telón de fondo trabaja cada día, en un complicado comienzo de legislatura, un jiennense que está en la primera línea de la política nacional. Juan Francisco Serrano Martínez (Bedmar, 1988) huye, sin embargo, de protagonismos y se centra en un trabajo desde el que confía ayudar al avance de su tierra.
—No tuvo buenos resultados Pedro Sánchez el pasado 23 de julio y, sin embargo, usted tenía la tranquilidad y la seguridad, desde el primer momento, de su continuidad como presidente del Gobierno. ¿Por qué?
—Bueno, con respecto a la cita electoral de 2019, Pedro Sánchez obtuvo un millón de votos más. Cierto es que no se trasladó en número de escaños, porque al dejar de ser la primera fuerza política en el conjunto de las provincias, ya sabemos todos lo que pasa con la Ley D’Hont. De todas formas, durante la campaña electoral, lo dijimos claro: que esto iba de bloques. El PP y Vox, la derecha, tenían el objetivo de alcanzar el Gobierno, no le dieron los números y, en este caso, el conjunto de la sociedad española, que es bloque progresista, sí consiguió sacar los escaños que dan una mayoría absoluta. Siempre se dice en España que no gana el más votado, sino el que es capaz de sacar la mayoría en el Parlamento en una democracia como la que tenemos. Lo hizo Juanma Moreno en 2018 y, en 2023, Extremadura.
—Más fragmentación y, sin embargo, mayor respaldo...
—Tendríamos que trasladarnos a 2004, efectivamente, para superar esos 179 escaños que han dado la investidura a Pedro Sánchez.
—¿Cómo ha vivido las negociaciones entre el PSOE y Junts?
—Sería injusto no decirlo, las he vivido de cerca, pero quiero hacer honor a la verdad. El Partido Socialista, nada más comenzar el curso político, configuró su equipo negociador y, en este caso, lo formaban siete personas que se encargaban de tener relación directa con los cinco partidos. El secretario de Organización, Santos Cerdán, tomó la responsabilidad de hablar con Junts y, lógicamente, estuve como parte que soy de su equipo. Sin embargo, los méritos son suyos, no me gusta ponerme medallas de nadie. Mi papel ha sido de segundo plano, el gran éxito corresponde a él.
—¿Qué directrices recibió su equipo por parte de Pedro Sánchez antes de negociar?
—Eso lo sabe el secretario de Organización, que es el protagonista principal de una negociación que acabó con éxito, porque todos confiamos en su buen hacer.
—¿Llegó a estar en las reuniones con Carles Puigdemont?
—Nunca. Además, no me quedo con la anécdota, sino con el éxito, insisto, de esa negociación.
—¿Qué significa este momento en su trayectoria política?
—Estamos en un momento histórico para nuestro país. Después del marco de convivencia que conseguimos en 1978, volvemos a estar en un punto de partida para que no se rompa España. Cuando el Partido Socialista gobierna, vela por la convivencia de nuestro país y por que nadie, absolutamente nadie, se sienta fuera de él. Todos vimos lo que pasó el 1 de octubre de 2017, todos vivimos la deriva que había cogido el Partido Popular en los últimos meses de Gobierno, esa confrontación entre territorios y esa ruptura de la convivencia, y todos somos conscientes de que hay que abrir un tiempo nuevo en lo que se refiere a las relaciones de convivencia entre Cataluña-España y España-Cataluña. Lo que sí podemos hacer es una afirmación: España no se va a romper con el Partido Socialista. Por lo tanto, como dirigente político en el ámbito en el que me encuentro, está siendo algo agradable formar parte de ese trabajo para arreglar algo que se rompió, que se trasladó a la Justicia y que nunca tenía que haber salido del ámbito de la política. Al mismo tiempo, está en nuestra mano reparar algún daño que sufrieron territorios como Cataluña.
—En su tierra, para bien y para mal, está señalado con el dedo por haber participado directamente en las negociaciones. ¿Le afectan las críticas?
—No, porque tengo la conciencia muy tranquila y estoy convencido de que el paso que da el Partido Socialista con este acuerdo es un punto de inflexión para el marco de convivencia de nuestro país. Por lo tanto, no me afecta la crítica de aquellos que ven con acritud llegar a acuerdos con otras fuerzas políticas siempre y cuando nosotros velamos por el marco constitucional que algunos dicen defender, pero que nunca acatan ni cumplen.
“Esté quien esté en el equipo de Gobierno, brilla el sentimiento de ayudar a la provincia de Jaén y presentaremos más proyectos”
—¿Cómo lleva las protestas en la puerta de la sede del Partido Socialista, en la calle Ferraz, su segunda casa ahora?
—Casi la primera (ríe). Bueno, lo llevamos con respeto, aunque no nos respetan. En la puerta de Ferraz vemos gente cantando el “Cara al sol”, o gente que saca simbología nazi, que hace apología de este tipo de ideologías y, además, insulta y agrede. Estamos llamados, eso sí, a pedir responsabilidad a esas fuerzas políticas. No me preocupa la actitud de Vox, pero sí la del Partido Popular, que se haya echado en brazos de la extrema derecha, porque es el principal grupo de la oposición... La salida de tono, esa radicalización y, por supuesto, esa confrontación que quiere tener con el Gobierno y con nuestro partido. Con su silencio, implícitamente, no denuncian la simbología que acabo de señalar. Nosotros sí sabemos lo que tenemos que hacer y, desde la máxima responsabilidad, trabajaremos por esa convivencia.
—En toda negociación, uno da y recibe. ¿Qué da el Partido Socialista y qué recibe en el acuerdo alcanzado con Junts?
—Yo creo que lo que estamos haciendo es abrir los brazos para lo que digo e insisto, convivencia, convivencia y convivencia, sobre todo para frenar que la gente se quiera ir de nuestro país. Nos diferencia un abismo, pero sabemos que podemos tener puntos en común que nos permitan dar pasos en beneficio de que España esté dentro de Cataluña, porque hay muchos catalanes que no quieren esa confrontación. Veremos qué damos y qué recibimos a lo largo de la legislatura. Lo que sí está claro es que no vamos a romper nuestro país ni la Constitución Española.
—Se puede deducir que el Partido Socialista gana pasos para la convivencia. ¿Y Junts?
—No sé, ya veremos...
—¿La Ley de Amnistía?
—Bueno, eso hay que repasarlo también, qué es la Ley de Amnistía y quiénes son los afectados por una sentencia del “procés”, porque ahí, más allá de los líderes políticos, hay funcionarios de la Generalitat, Mossos d’Esquadra, trabajadores de colegios e institutos que ese día, arrastrados por la efervescencia del 1 de octubre, fueron a abrir esos colegios electorales.
—¿Por qué antes se mostró su partido en contra de la amnistía y ahora no? ¿Qué ha cambiado?
—No ha cambiado nada, simplemente estamos viendo gestos de la otra parte.
—¿Cuál es la otra parte?
—Aquellos que en su día hicieron el “procés”. Cada momento abre unas circunstancias, y el de ahora nos ha abierto el camino de poder reencontrar a cientos de personas que estaban en esa deriva y, a partir de ahí, plantear soluciones.
—¿Ve normal que el socialista que no votó la amnistía se sienta defraudado ahora?
—Los programas electorales no contienen nunca las negociaciones con partidos. Hay que renunciar para llegar a acuerdos y para que la democracia parlamentaria se abra camino. Nuestra hoja de ruta está marcada con Sumar.
—Los estatutos de su partido obligan a que sea el comité federal el que apruebe cualquier política de alianza. ¿Por qué no se ha hecho en este caso así?
—Se ha hecho. Los estatutos del partido vienen a decir que la militancia tiene que refrendar los acuerdos políticos de Gobierno, y nosotros con la única fuerza política con la que hemos configurado un pacto de Gobierno es con Sumar. Cumplimos a rajatabla con una consulta amplia.
—Se ocultó la palabra amnistía en esa consulta amplia...
—Nosotros preguntamos sobre el acuerdo con Sumar, no preguntamos por la amnistía, lo mismo que tampoco lo hicimos con respecto a la jornada laboral. No hemos ocultado nada, nunca lo hemos hecho.
—¿Qué tiene que decir a las críticas de militantes históricos como el caso del jiennense Cristóbal López Carvajal?
—El único de siete mil setecientos militantes del PSOE... Eso dice mucho, que sea sólo uno quien haya firmado ese escrito... Yo lo que le pido al conjunto de la militancia de Jaén, que aún refrendando este acuerdo de Gobierno y sin creer en el gesto de devolver a la política lo que nunca debió de salir de la política, como es la Ley de Amnistía, que nos den un voto de confianza para ver si ese punto de encuentro empieza en Cataluña. A partir de ahí, el tiempo dirá si se ha equivocado el Partido Socialista. Lo digo con humildad. Lo cierto es que la situación con respecto a 2017 ha mejorado, que el presidente del Gobierno, siendo muy responsable y muy consciente de la crisis territorial que heredó, da pasos, con la máxima responsabilidad, con seriedad y con rigor, para que el conjunto de la mayoría de los catalanes nunca se sientan lejos de España.

—¿Se barajó segunda vuelta electoral en algún momento?
—Siempre ha estado la puerta abierta. Estamos muy satisfechos con el horizonte que se nos abre con una investidura que no fue fallida como la del Partido Popular. El señor Feijóo negoció por la puerta de atrás con Junts, hubo conversaciones, intercambiaron documentos e, incluso, el PNV ya dijo públicamente que algún día hablará de lo que le prometió el Partido Popular, que parece ser que fue el Ministerio de Industria. ¿Por qué lo hizo en secreto? Porque va de aliado con la extrema derecha, que quiere ilegalizar los partidos nacionalistas y acabar con un modelo autonómico. La situación del Partido Popular es oscura y delicada.
—¿Por qué hay que temer a la derecha en España?
—Porque traen un plan de retroceso que España dejó atrás con el comienzo de la democracia. Lo estamos viendo en cámaras autonómicas como Valencia o Extremadura. Andalucía, por ejemplo, con el Gobierno de Juanma Moreno ha perdido hasta el acento.
—Hay quienes piensan que una de las consecuencias de la negociación será un Estado Federal.
—Nosotros tenemos un modelo de estado autonómico, quienes quieran entrar en ese debate, allá ellos.
—¿Cómo está su militancia?
—Fuerte, con ganas y entusiasmada ante un Gobierno que empieza a andar para dar otros cuatro años de esperanza en políticas que nos hagan mejor como país, una España más digna, con trabajadores con más derechos, con liderazgo en Europa... Estoy en el día a día de esta gran organización política y veo que está ilusionada, comprometida y, al mismo tiempo, con el espíritu reivindicativo de apoyar a un Gobierno en coalición que nos permitirá una legislatura de avances.
—¿Cómo espera la legislatura?
—Movida, aunque menos de lo que se prevé, porque tenemos un Gobierno con capacidad de diálogo y, aunque haya fragmentación en el Congreso de los Diputados, tenemos experiencia. Será un mandato interesante para quienes nos gusta ver la política desde el punto de vista de la negociación. El acuerdo con Sumar es muy bueno para seguir avanzando y espero y deseo poder cumplir con los objetivos.
—Su partido es, en este momento, contrario a un referéndum en Cataluña. ¿Qué pasa si en un futuro hay que hacer de nuevo de la necesidad virtud?
—Nunca haremos de la necesidad virtud con algo que es totalmente inconstitucional.
—Hay muchos puntos de desencuentro entre PSOE y Junts...
—(Interrumpe). Un abismo.
—... Por ejemplo, con la cesión del cien por cien de los tributos a la Generalitat. ¿Cómo se resolverá este problema?
—Vamos a ver qué nos arrojan acuerdos que son entre partidos, no entre gobiernos. Soy prudente, no me gusta ver más allá de lo que nos regala el día a día. Me quedo con el presente, hay una mesa abierta de diálogo y lo veremos todo.
—Jueces y fiscales ven roto el marco de convivencia y protestan por las injerencias en la Justicia. ¿Hay motivos para el enfado?
—El Partido Socialista siempre velará por la separación de poderes. La Ley de Amnistía, que tendrá su trámite parlamentario, acata la Constitución y respeta la separación de poderes.
—¿Entiende el descontento?
—Yo puedo entender el descontento de una parte de la sociedad, fundamentalmente el electorado de derechas, a quienes le cuentan el relato de que hay que echar al señor Sánchez porque ha dado un golpe de Estado, algo que me pone los pelos de punta, pero les pido un voto de confianza para que comprueben que los pasos que se están dando siempre van en la misma dirección: respetar la Constitución y velar por la convivencia en nuestro país. Arreglar lo que un día se rompió en Cataluña es el objetivo del Partido Socialista, con un caldo de cultivo entre 2013 y 2017.
“Nosotros, desde el Partido Socialista, hemos abierto una reconciliación para devolver a Cataluña lo que nunca debió de salir de la política”
—¿Cree, en el fondo, que tiene fecha de caducidad el mandato?
—Sólo lo sabremos conforme avance la legislatura. Nosotros somos conscientes de que hemos llegado a acuerdos con fuerzas políticas para garantizar la estabilidad en nuestro país. Sabemos la dificultad que tiene la fragmentación política, que nos lleva a un mayor empeño de trabajo en capacidad de diálogo y compromiso con el resto de la actividad parlamentaria, pero hablar de fecha de caducidad cuando el Gobierno tiene dos días y la semana próxima dará el inicio solemne el Rey, es demasiado pronto para decirlo.
—¿En qué beneficia a Jaén el nuevo Gobierno central?
—Los datos están ahí. Desde 2019 hasta 2023, hemos visto cómo los grandes proyectos de nuestra provincia no sólo avanzan, sino que se aceleran. Podemos hablar de la A-32, donde el Partido Popular la dejó sin llegar a Úbeda y hoy estamos en los niveles en los que estamos. Por cierto, en los próximos meses se licitarán dos tramos más hacia Albacete. Hay más iniciativas extraordinarias, como el Cetedex, que traerán oportunidades y estoy convencido de que, en los próximos cuatro años, habrá más proyectos de este tipo para Jaén. Estamos en una hoja de ruta para solucionar una asignatura pendiente: el ferrocarril. El Partido Socialista ha puesto sobre la mesa una propuesta para conectar con velocidad alta a Jaén con Madrid a través de un bypass en Córdoba y podría mencionar otras más que se han acelerado con nosotros y ralentizado con la derecha. Nos prometieron muchos proyectos en la legislatura autonómica y nada se ha hecho. Pongo como ejemplos la autovía de Córdoba, la Ciudad Sanitaria, la Ciudad de la Justicia, la Autovía del Olivar, sin un solo kilómetro... El Partido Popular gobierna en Andalucía desde 2018. ¿Qué ha hecho?
—La Junta se ha subido al carro del Cetedex. ¿Cómo lo ve?
—Me alegro, porque un proyecto bueno no tiene que ser discutido, sino defendido. El Partido Socialista reconoció que el Plan Colce debería haber ido para Jaén, damos la cara y dijimos que repararíamos el daño. Aprovecho para sacar mi vena joven y decir que me gusta más el Cetedex, por la oportunidad que abre para un mundo apasionante como es la robotización, digitalización, drones.
—¿Espera recompensa al trabajo realizado entre bambalinas?
—Tengo la mayor recompensa: trabajar en esta casa. Agradezco a mi tierra que me haya dado la oportunidad de representarla en el Congreso, algo que es un orgullo para mí, lo mismo que lo es mi tarea orgánica en un partido que tiene más de 140 años de historia. Creo más en las políticas que tengan que venir que en mi trayectoria. Me queda mucho camino por recorrer y siempre me dejaré la piel desde el lugar en el que esté.
—No hay ministros jiennenses en el nuevo Gobierno. ¿Habrá representación de Jaén en algún otro escalafón?
—Jaén está perfectamente representada en el Gobierno, porque todos los dirigentes que estuvieron, están y estarán siempre han mirado con cariño a la provincia. Puede ser que haya alguien, ahí lo dejo, pero no sé qué pasará en los próximos días. Esté quien esté, sí puedo decir que brilla el sentimiento de ayudar a Jaén.
—¿Jaén tendrá que esperar el regreso de Juan Francisco Serrano?
—Jaén no tiene que esperar a nadie, es una provincia en la que nadie es imprescindible. No sé qué pasará, lo digo con honestidad, no sé hacia dónde irá mi trayectoria política, porque me gusta pensar en el presente y vivimos un momento apasionante en un comienzo de legislatura en la que nos dejaremos la piel por los jiennenses.
—¿Se siente en el punto de mira?
—Sí, pero no ahora, sino hace meses. Algunos ponen el ventilador, agitan y no se dan cuenta de que hacen daño a quienes trabajamos con humildad y con la mejor actitud. Me entristece que haya partidos que utilicen ese punto de mira. Yo siempre digo que debemos discutir de la acción política, pero no de la mentira. Estoy tranquilo y sereno, pero con contundencia. Mi punto de mira está en Jaén.