Jaén prepara la temporada de las ovejas bombero

El Ayuntamiento de la capital licita tres lotes para limpiar los montes con el ganado

31 ene 2023 / 09:30 H.
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Pastan, se alimentan, pero a la vez limpian el monte y palían el riesgo de incendios forestales. Por eso se les llama ovejas bombero. Y se las busca para la capital. El Ayuntamiento de Jaén publicó el pasado viernes una nueva licitación para cubrir la necesidad de controlar los pastos de los montes públicos municipales para prevenir los incendios forestales. El pastoreo por ganado lanar es el medio tradicionalmente utilizado para aprovechar el pasto, ecológico y sostenible. El anterior contrato, licitado en 2019 y adjudicado a principios de 2020, expiró el pasado año, por lo que pastores de toda la vida, como Manuel Torres Guerrero, estaban esperando que saliese esta nueva licitación para poder seguir aprovechando estos campos que, de otra forma, se llenarían de pasto seco en los meses más calurosos, aumentando mucho las probabilidades de que un incendio se propague a mayor velocidad, suponiendo con ello una pérdida medioambiental catastrófica. Aunque es la Delegación de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía es la encargada de supervisar la prevención de incendios, la titularidad de las tierras pertenece al Ayuntamiento, por lo que la prevención —que no es cuestión de acciones concretas, sino de un mantenimiento constante a lo largo del año— en estos casos se lleva a cabo por el propio adjudicatario de esta licitación.

Concretamente, la publicada el pasado viernes consta de tres lotes, siendo posible adjudicarlos a tres destinatarios diferentes, cuyo presupuesto total (sin impuestos) asciende a 58.984 euros. El plazo de ejecución es de 3 años, abarcando el aprovechamiento de pastos a desde el día siguiente a la firma del contrato hasta el 31 de diciembre de 2025 y el aprovechamiento de las plantas ornamentales desde el día siguiente a la firma de contrato hasta el 31 de diciembre del año 2024. Concretamente, el primer lote de terreno se sitúa en la Sierra de Jaén, al este del río Quiebrajano, con un presupuesto de 23.608 euros. Mediante este contrato se aprovecharán 800 hectáreas por 300 cabezas de ganado lanar.

El segundo lote de esta licitación nos lleva también hasta la Sierra de Jaén, pero esta vez al oeste del río Quiebrajano, en la zona conocida como La Nava. Al igual que en el anterior lote, se aprovecharán 800 hectáreas por 300 cabezas de ganado lanar, en el mismo plazo de ejecución, y con un presupuesto de 23.608 euros

<i>Manuel Torres pastorea su ganado.</i>
Manuel Torres pastorea su ganado.

Por último, para el tercer lote se licita el aprovechamiento de los pastos del Monte Santa Catalina, El Neveral y La Imora. Mediante este contrato se aprovecharán 400 hectáreas por 200 cabezas de ganado lanar. De todo este terreno, se excluye la superficie afectada por incendios en los últimos años. La licitación, en este caso, consta de un presupuesto de 8.640 euros para su cumplimiento durante todo el año hasta 2025. Asimismo, aparte de estos tres lotes, se licita un contrato para el aprovechamiento de plantas ornamentales del monte Sierra de Jaén. Concretamente, se trata de aprovechar los arbustos y matorrales silvestres (lentisco y acebuche) del monte público titularidad del Ayuntamiento de Jaén “La Sierra” para su comercialización y para uso ornamental, medicinal o alimentario. Mediante este contrato se aprovecharán 500 hectáreas bajo un presupuesto de 3.126 euros.

Las ovejas bombero ya han demostrado en el monte de Santa Catalina de Jaén la eficacia del pastoreo en la prevención de incendios forestales en los montes. La Junta de Andalucía lleva a cabo el programa Red de Áreas de Pasto Cortafuegos de Andalucía (Rapca), consistente en el uso del ganado ovino para ayudar a desbrozar y limpiar la zona, y disminuyendo por tanto el riesgo de incendios forestales. Así, la acción del ganado, siempre ordenada y controlada por el pastor, mantiene las áreas cortafuegos, provocando así discontinuidades en las masas forestales que impiden la propagación del fuego. A su vez, la presencia de estos rebaños supone una vigilancia de los pastores en el territorio, y desempeña una función clave para la selvicultura preventiva en zonas de difícil acceso. Otras ventajas son el aumento la biodiversidad, la contribución a la dispersión de las semillas, la mejora de la estructura del suelo y la reducción la erosión y la desertización.

Cabe destacar que durante el último periodo de control la Junta de Andalucía actuó, mediante el trabajo de hasta 45 pastores de la provincia, sobre unas 1.340 hectáreas con la implicación de hasta 30.000 cabezas de ganado. Con esta acción, además de ser beneficiosa para el medio ambiente, también se contribuye a a recuperar una labor tradicional, que produce productos de calidad y genera empleo, que impulsa un desarrollo sostenible. Se trata, por tanto, de una licitación de vital importancia para que nuestros montes se mantengan sanos y el fuego no suponga una amenaza constante en los meses de más calor.

Jaén prepara la temporada de las ovejas bombero

MANUEL TORRES GUERRERO. Pastor: “Quedamos pocos, y el día que yo me vaya vamos a encontrarnos con un problema”

Los montes de titularidad pública se licitan cada periodo de 3 a 5 años. Manuel Torres Guerrero es uno de los pocos pastores que se dedican exclusivamente a este oficio, por lo que ha sido adjudicatario en varias ocasiones de los contratos que conciernen a Santa Catalina, El Neveral y La Imora. Suya es, por tanto, la responsabilidad de que estos terrenos queden limpios de pasto para que en los meses más calurosos del año el riesgo de incendio sea mínimo.

—¿Cómo es el trabajo de aprovechamiento de estos montes?

—Es el día a día normal de un pastor. Saco a los animales todos los días y limpiamos el campo. Lo que ocurre es que ya a principios de verano intensifico el trabajo, sobre todo, en las faldas del Castillo de Santa Catalina, bajo el Parador, para quitar las brozas, los pastos y las hierbas lo antes posible. Se hace para que no arda, porque ahí hubo muchos problemas hace años, y ahora ya parece que se está consiguiendo arreglar.

—¿Antes no se usaba el pastoreo para prevenir?

—Parece que lo han descubierto ahora, pero eso lleva usándose toda la vida. Parece que durante algunos años hubo ahí unas reglas básicas que olvidaron las administraciones, lo dejaron estar. Es el método más eficaz, y creo que a partir del 2007 Medio Ambiente atinó, que fue cuando me llamaron a mí después de que hubiese un gran incendio en el pinar del Castillo. En ese momento se lo tomaron en serio, crearon un cortafuegos y se puso mucho control de retenes, vigilancias y metieron ganado. Con todo esto parece que ya se ha acabado el problema.

—¿Cuanto tarda su ganado en pastar toda la zona?

—Eso depende mucho del año. Si es un año de agua, un año lluvioso, hay mucho más pasto, por lo que se tarda mucho más. Si es un año seco, como se están viendo últimamente, se tarda bastante menos. En estos tiempos cuando llega el verano, después de estar todos los meses pasando, ya queda poco pasto seco. Normalmente las faldas del Castillo en 15 días, o un mes, dependiendo de como haya caído el año. Pero es un trabajo constante. Lo que pasa es que cuando se seca el pasto, dejo a las ovejas que continúen allí hasta eliminar eso lo antes posible, para eliminar el riesgo de incendio. No es trabajo de un día, ni de una semana, es de todo el año.

—Los campos son de titularidad municipal, pero la prevención corre a cargo de la Junta. ¿Cómo funciona?

—Sí, es curioso, la verdad. El Ayuntamiento digamos que lo que hace es arrendarme los terrenos, pero después es la Junta la que me llama para ir supervisando que no haya riesgo de incendio. Pero claro, sin la adjudicación no sería yo el responsable de limpiar esa zona, por lo que al final el adjudicatario tiene la finalidad de prevenir el fuego.

—Es entonces un oficio que siempre será necesario, ¿no?

—Sí, pero creo que ahora mismo no hay futuro. Quedamos pocos pastores, y el día que yo me vaya creo que vamos a encontrarnos un problema y no van a encontrar adjudicatarios. Ya hay muchas licitaciones que se quedan desiertas. No hay un negocio rentable, no existen las infraestructuras necesarias. En Jaén la situación es muy complicada.

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