Inquietud por el caso Vitaldent
Pacientes exponen sus miedos a colectivos de consumidores y profesionales

Los pacientes de Vitaldent en la provincia no ocultan su inquietud después de destaparse la operación Topolino, que investiga una trama ideada para el blanqueo de capitales en las franquicias de la cadena. A pesar de que en las línicas de Linares, Úbeda, Jaén y Andújar se trabaja “con normalidad”, el teléfono de los colectivos de consumidores no deja de sonar. El portavoz de la federación Facua en Jaén, Felipe Serrano, señala que se reciben numerosas consultas por este caso. “Nos llaman mucho y transmitimos a los pacientes el mensaje de que guarden el contrato y el presupuesto, por si tienen que hacer una reclamación”, dice, y añade: “También les explicamos que se trata de franquicias, propiedad de empresarios ajenos a la cúpula de la empresa, y que no tiene por qué haber problema”.
Otra de las preocupaciones de los clientes tiene que ver con los préstamos que solicitaron para un servicio determinado. Si este se paraliza, como señala Felipe Serrano, el paciente tiene derecho a dejar de pagar el crédito y exigir a la entidad financiera la devolución total o parcial, según los casos, de las cantidades que se abonasen. “Para ello tienen que notificar a la clínica y a la financiera, previamente, de manera fehaciente, que la interrupción del servicio provoca que se cancelen las obligaciones contractuales”, expresa. De igual modo, desde la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) exigen “seguridad e información” para los clientes. “Aunque fuentes de la investigación indican que el funcionamiento de las franquicias no debería verse afectado, queremos que se garantice el normal cumplimiento de sus obligaciones”, recalcan.
Por su parte, el presidente del Colegio de Dentistas de Jaén, Miguel Ángel López-Andrade, señala que las policlínicas copan la mayor parte de las reclamaciones que atiende el colectivo. “En 2014 tuvieron 21, y 20 fueron de policlínicas o macroclínicas. En 2015 fue un 75%, aproximadamente, y en lo que llevamos de año, prácticamente todas. La mayoría vienen por tratamientos que no se han terminado y están pagando el crédito”, explica. Detalla que el primer día que se conoció el caso Vitaldent, hubo numerosas llamadas, al colegio, de personas que querían saber qué ocurría con sus tratamientos. “También hay inquietud entre compañeros colegiados que trabajan en este tipo de clínicas, porque hay cierta desconfianza de lo que será su futuro como trabajadores”, concluye.