y menores acompañados

Cáritas plantea el problema y pide ayuda para la acogida en pisos tutelados

13 nov 2019 / 11:10 H.

En Jaén faltan recursos, especialmente casas tuteladas para los niños y jóvenes inmigrantes acompañados. El Proyecto Don Bosco tiene dos pisos conveniados con la Junta de Andalucía, pero el número creciente, en este caso de jóvenes de entre 18 y 20 años que se quedan literalmente en la calle tras terminar su acogida cuando cumplen la mayoría de edad, plantea un problema social de calado. En una reunión con la subdelegada del Gobierno de España en funciones, Catalina Madueño, con el director de Cáritas Jaén, Rafael López-Sidro, y el capellán de la Prisión de Jaén y miembro del Proyecto Don Bosco, José González, se ha abordado esta falta de recursos. “Le hemos trasladado a la subdelegada la necesidad de contar con un piso para atender a los que ahora están viviendo en la calle y duermen donde pueden”, explica José González.

Estigmatizados en el debate público tras la reciente protesta de miembros de Vox en un centro andaluz vinculándolos con la delincuencia, los conocidos como “menas” se ven abocados a una vida de privaciones e incierto futuro, sin vivienda ni perspectivas de formación. “Salen del periodo de acogida y no tienen dónde ir; se buscan la vida como pueden y duermen en cualquier sitio. ¿Qué es lo que podemos esperan entonces”, se pregunta el sacerdote salesiano. La subdelegada “nos ha escuchado con interés y creemos que puede hacer algo para ayudarnos”, dice. “Pedimos un piso para poder acoger a más niños y jóvenes; en los dos conveniados tenemos un grupo y todos vienen de terminar su acogida tras cumplir los dieciocho”, afirma. Los jóvenes que se acogen a estas pisos pasan obligatoriamente por un proyecto formativo, o bien una enseñanza profesional que les oriente y capacite para trabajar.

INTERNOS. Otro problema, entre los tratados en la reunión, afecta a internos de la prisión provincial que no pueden acogerse a los permisos preceptivos previos a la consecución del tercer grado penitenciario, porque carecen de residencia para notificarla y estar localizados. Un requisito que es imprescindible, explica José González. Hay algo menos de una decena actualmente en esta situación, “bien porque tienen alejamiento de sus familias o bien porque no tienen familia ni residencia. “Hace ya años que no hay este tipo de recursos. Cáritas tuvo un inmueble y no pudo continuar con él por falta de medios y Cruz Roja tiene uno pero para internos de tercer grado”. También confía en las gestiones que Catalina Madueño pueda hacer ante Instituciones Penitenciarias para paliar esta situación. “Estaríamos dispuestos a hacernos cargo del piso”, pero “no tenemos medios porque hay que hacer frente al inmueble y, sobre todo, al personal que tiene que atenderlos, porque así está establecido”. Lamenta que se haya llegado a esta situación, que les impide poder disfrutar de los permisos y acceder a un grado penitenciario, hitos establecidos en el itinerario de la reinserción.

Pintura solidaria en La Económica
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El pintor Pedro Castro expone una selección de sus obras en la sala de la Real Sociedad Económica de Amigos del País. Su objetivo es recaudar fondos para Cáritas en el marco de la Semana de la Pobreza. La exposición permanecerá abierta hasta el martes, 19 de noviembre, en horario de 10:00 a 21:00 horas. Este jueves, familiares del pintor, ya fallecido, darán a conocer su figura y su obra en la misma sala.

Contra el hambre en Camboya
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La delegada diocesana de Manos Unidas en Jaén, Lola González, compartió, en un acto organizado por Cáritas, su experiencia vivida en Camboya, donde desarrollan proyectos contra el hambre. Se ha recuperado un bosque para una comunidad campesina; se ha construido un canal que beneficia a 21 pueblos y creado un banco de vacas y de pollos, además de un proyecto educativo para niños, entre otras acciones.

En detalle

Los menores extranjeros no acompañados llegan habitualmente por el sur, por nuestra comunidad. Analistas y expertos recomiendan sumo cuidado al utilizar expresiones como emergencia, colapso o delincuencia, para evitar reacciones xenófobas. Su número ha aumentado en los últimos años, pero no se pueden manejar alegremente. Y cuando llegan, están bajo la tutela del Estado.