Europa apoya a Túnez frente al terrorismo comprándole aceite
La Unión le permite que venda 70.000 toneladas sin tener que pagar aduana

Túnez será un país más de la Unión Europea en materia de aceite de oliva. Sus olivareros podrán vender su producto de la misma manera que si lo hubieran elaborado en Jaén, en la Toscana italiana, en el sur de Portugal o en el campo griego. No obstante, a diferencia de lo que ocurre con Marruecos —que puede comercializar la cantidad que quiera dentro del mercado común del viejo continente—, los tunecinos sí que tienen un límite: 35.000 toneladas por año. Bruselas considera que su Gobierno realiza una firme labor para consolidar su democracia, pese a los atentados terroristas que sufre. Por eso, usará el aceite de oliva para darle una inyección económica.
El Parlamento Europeo respaldó ayer las medidas de emergencia que permiten a Túnez importar a la Unión Europea 35.000 toneladas anuales de aceite de oliva virgen sin aranceles durante dos años (70.000 toneladas en total), aunque eliminó la posibilidad de extenderlas más allá de 2017, como recogía la propuesta inicial de la Comisión Europea. No obstante, a nadie se le escapa que se trata de algo provisional y que seguro que se revisará más adelante, ya que, mientras que Europa registre cosechas bajas o medias, el aceite tunecino se busca con insistencia para mantener su precio en el mercado no muy alto y, a la par, mantener unos niveles de inflación controlados dentro de la cesta de la compra. Y todo ello, muy a pesar de los olivareros jiennenses, ya que se trata de un elemento que presiona el precio a la baja.
La resolución fue aprobada después del voto a favor de 475 europarlamentarios, mientras que 126 votaron en contra y 35 se abstuvieron. Además, los eurodiputados exigieron que Bruselas pueda evaluar los efectos de esta decisión tras el primer año de aplicación y la modifique si detecta un perjuicio a los productores europeos. En cualquier caso, este contingente adicional no incrementará el volumen total de importaciones, puesto que se descontarán los aranceles de aceite que el país norteafricano ya está vendiendo a la UE.
Además de la revisión de sus efectos, la Eurocámara incorporó a la propuesta de la Comisión Europea garantías para las regiones comunitarias productoras, como una cláusula de seguimiento para verificar que todo el aceite libre de aranceles se produzca en Túnez y se traslade directamente desde allí. El objetivo del Ejecutivo comunitario al poner en marcha esta propuesta era facilitar el acceso temporal de las importaciones a Túnez como muestra de apoyo de la UE al “difícil periodo” al que se enfrenta el país tras diversos ataques terroristas.
Precisamente, Bruselas defendió —el pasado martes— que el contingente adicional no provoca una alteración en la producción comunitaria y subrayó que los primeros datos sobre la evolución de este mercado respaldan la decisión. Desde Europa se entiende esta medida como una clara muestra de apoyo a su democracia, que tiene una dura pelea contra grupos terroristas.
Más aceite . El mercado contará con más partidas de zumo de aceituna, lo que hará que la grasa se popularice y no salga de la dieta de buena parte de los hogares a los que acaba de llegar.
Más asequible. El incremento de la cotización del producto beneficia a las familias que lo producen, pero puede hacer que sea inasumible para muchos hogares españoles y hacer que dejen de comprarlo.
Más estabilidad. Los compradores internacionales se sienten más seguros cuando el valor del producto no varía. Si cuenta con incrementos y caídas, retrae a operadores que no conocen bien cómo funciona el mercado.
Más mercado. Resulta más fácil llegar a nuevos países y a familias que nunca han comprado el producto con estabilidad y con un precio más barato. Si el producto es caro y no se conoce, es más complicado.
Más consumo. No hay que olvidar que la producción de aceite de oliva internacional tiende a crecer. Por eso, todos los esfuerzos se han de enfocar a elevar el consumo para vender lo que está por venir.
Buen lugar para invertir. La posibilidad de introducir 35.000 toneladas de aceite al año hace que Túnez sea un buen lugar para invertir en olivar. Allí la tierra y el trabajo es más barato y se llega a Europa.
Menos consideración. La presencia de más producto dentro del mercado español e internacional hará que muchos crean que se trata de un producto básico en la cesta de la compra y no lo valoren.
Menos precio. Si existe aceite de oliva tunecino, la tensión entre los operadores será mucho menor. Esto puede acarrear una devaluación de la remuneración que reciben los agricultores.
Menos rentabilidad. Los incrementos y las devaluaciones, en ocasiones, pueden beneficiar a los productores de la provincia. Ahora se intenta frenar una tendencia ascendente, que era positiva.
Mala costumbre. Si los consumidores se acostumbran a pagar un bajo precio por el aceite de oliva, luego costará mucho convencerlos de que han de abonar más dinero para valorar el esfuerzo en la producción.
Menos apego. La llegada de género de Túnez hace que este país enfoque sus cosechas al mercado europeo y, en ocasiones, olvide fomentar el consumo interno, que le será útil para vender sus cosechas.
Duro competidor. Túnez se muestra como un competidor complicado. Su Gobierno está volcado con el aceite y producirlo allí resulta mucho más barato gracias al bajo coste de la mano de obra.