El tranvía, un elemento clave en la necesaria lucha contra el cambio climático en la capital

La contaminación por tráfico es la más perjudicial en la ciudad

09 dic 2019 / 10:44 H.
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Virginia cano

Son muchas las personas que, cada vez, gritan con más fuerza, que se reivindican y que exigen, preocupadas no solo por su futuro, sino también por el de sus familiares, por el de las futuras generaciones y, en general, por el de la humanidad. Los efectos del cambio climático se ven, se notan y se sienten. Las olas de calor y de frío, las inundaciones, el deshielo, las sequías... Fenómenos que conllevan que se agraven los procesos de desertificación y erosión y que, por ende, también suponen una pérdida generalizada de la biodiversidad.

Conforme pasa el tiempo, son más y más los países, a lo largo y ancho del mundo, que se unen a esta lucha contra el cambio climático y, entre las diferentes ciudades que ponen su granito de arena, Jaén está presente y, de hecho, todavía tiene mucho que hacer. Tanto la capital como el resto de municipios de la provincia no son indiferentes a esta lacra medioambiental y social, producida principalmente por los diferentes tipos de contaminación, entre las que se encuentran la acústica, la lumínica, la térmica, del agua, del suelo y del aire. Precisamente, estas dos últimas son las que más repercusión tienen en el territorio jiennense. La primera de ellas se debe al “mar de olivos” que caracteriza a la provincia. El sector oleícola es uno de los principales motores económicos y no solo se reduce a la recogida, sino que, previo a ella, hay un cuidado de este árbol, que hace que se tenga que talar y curar, entre otras cosas. Esto conlleva que, en algunas ocasiones, se utilice tecnología agrícola nociva, es decir, uso de aguas de ríos contaminadas o la utilización indiscriminada de pesticidas, plaguicidas y fertilizantes peligrosos. De hecho, en 2018, la Fiscalía especializada en Medio Ambiente y Urbanismo investigó un total de 59 casos relacionados con estas materias en la provincia. Entre ellos, por ejemplo, se abrieron diligencias por diez delitos contra el medio ambiente y contra los recursos naturales por la existencia de vertederos o depósitos de residuos al margen de la legalidad vigente, que pudieron provocar una afección ambiental.

En cuanto a la contaminación en el aire, son tres las estaciones en la provincia que recogen los datos del índice de calidad, que refleja las cantidades de contaminantes presentes en el aire, Bailén, Villanueva del Arzobispo y Jaén capital, concretamente en Las Fuentezuelas y la Ronda del Valle. Generalmente, en el día a día, los niveles suelen ser buenos. No obstante, el año pasado, las dos últimas estaciones mencionadas obtuvieron los peores resultados con respecto a las superaciones del valor objetivo establecido por la normativa andaluza en ozono troposférico, que son de 120 microgramos por metro cúbico. Estas sobrepasadas se repitieron hasta 64 y 51 veces, según indicó Ecologistas en Acción en un informe sobre la calidad del aire.

Pero, ¿por qué se produce esta cantidad de este tipo de contaminación en la capital? Una de las respuestas es por el tráfico y por los gases que emiten los vehículos. Precisamente, ese es uno de los problemas que intentan paliar desde el Ayuntamiento y la Diputación de Jaén. El primero tiene como una de las columnas esenciales el DUSI, el programa de 18 millones de euros de la Unión Europea que le permitirá implementar medidas de sostenibilidad medioambiental. Entre ellas, el alcalde, Julio Millán, apuesta por un transporte público eficaz y más limpio. Es por eso que el Ayuntamiento trabaja en la actualización del antiguo Plan de Movilidad, con la intención de conseguir la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, de calidad del aire, la eficiencia energética y la transición a una economía baja en carbono. Y en este proyecto, el tranvía juega un papel esencial como eje vertebrador de la movilidad de Jaén. Peatonalizar o poner en marcha aparcamientos disuasorios a las afueras son otras de las medidas del Ayuntamiento.

Por su parte, la Diputación lleva mucho tiempo en la lucha contra el cambio climático y la apuesta por una movilidad sostenible a través de intervenciones que ayuden a reducir la contaminación. En concreto, desarrollan tres proyectos: el Juego de la Serpiente, Caminos Escolares Seguros y Proyecto Stars. Todos ellos tienen el objetivo de captar la atención de los escolares y de concienciarles, desde pequeños, sobre la importancia del medio ambiente. Por ejemplo, el segundo de ellos, consiste en un itinerario seguro que pueden seguir los niños, que viven en la misma zona, ya sea a pie, en bicicleta o en coche compartido, en dirección al centro escolar. Con esto se consigue, entre otras cosas, que haya un ahorro de combustible y que hagan deporte.

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