El precio del aceite oculta el problema del orujillo

Las extractoras pierden mercado en Gran Bretaña y los países nórdicos y acumulan biomasa en sus fábricas

08 may 2017 / 11:06 H.

Las empresas extractoras de aceite de orujo tienen un gran problema con la biomasa. En cambio, el precio del zumo de la aceituna hace que esté oculto este año. La grasa comestible que generan estas fábricas —catalogada como la mejor para la salud después del aceite de oliva— gana precio a la par que el “oro líquido”, por lo que existe margen para la rentabilidad. En cambio, las extractoras, además de grasa comestible, generan biomasa en forma de orujillo, que es un producto que ha dado un enorme paso atrás que le puede ocasionar serios problemas.

Ante de que comenzara la campaña de producción, la Asociación Nacional de Empresas Extractoras de Aceite de Oliva de Orujo (ANEO) ya avisaba del importante “stock” que acumulaban las fábricas en sus patios. La pérdida de mercados en Gran Bretaña y en los países nórdicos —debido a la sustitución de las calderas— y los inviernos más cálidos han dañado la venta de biomasa. “No todo en el sector va viento en popa. Encontramos serios problemas en la comercialización de la biomasa. El orujillo no responde como se esperaba y sus ingresos son gran parte de nuestra rentabilidad. Este año, se compensa con el precio del orujo gracias a la subida de la cotización del aceite, pero no en el futuro. Aquí tenemos una tremenda incertidumbre”, afirma Joaquín López, director general de ANEO.

la evolución. “Todos conocen el sector del oliva, pero parece que después de la almazara no hay nada. Valorizamos el orujo graso húmedo para lograr aceite de orujo de olivo. Además, generamos empleo o a largo plazo, que destaca por la estabilidad. Se mantiene durante mucho tiempo porque en nuestra actividad prácticamente unimos una campaña con la otra”, afirma Joaquín López.

Por otro lado, los restos de poda sembraron una esperanza tremenda en buena parte del sector olivarero. Se hicieron estudios sobre la rentabilidad y los expertos abogaban por gestar una red de pequeñas plantas en las que se pudiera quemar el ramón para generar energía de manera sostenible. El principal escollo era el gasto logístico, por lo que la estructura era rentable con plantas pequeñas distribuidas a lo largo de la provincia. Sin embargo, la depresión económica y las variaciones en la legislación energética, que recortó los incentivos y mermó las posibilidades de funcionamiento han dejado esta alternativa económica como un asunto pendiente para la provincia. De hecho, las orujeras encuentran el mismo problema, ya que sus sistemas para quemar orujillo y generar electricidad están limitados. De ahí que no paren de reclamar que se les amplíe el horario. De esta manera, la poda —uno de los grandes subproductos— se suele aprovechar para abonar los campos. Cada vez existen más agricultores que incorporan sistemas de picado para incorporar el ramón al cultivo. Genera una interesante superficie que vale para enriquecer el suelo que, en realidad, representa el abono del que tienen que alimentarse los árboles. Por eso, hogueras todavía se ven en las fincas, pero muchas menos que antes.