El futuro de la mujer rural

El campo vive un momento de cambio y evolución en el que las mujeres luchan por dejar claro su lugar en el mundo rural

16 oct 2022 / 18:08 H.
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El campo, la agricultura, la ganadería. Sector y ocupaciones de los más antiguos que se conocen y sostén económico para las familias en el mundo rural. Sin embargo, cultural y socialmente, es un sector tradicionalmente con una imagen muy masculinizada, pese a que, en general, el papel de la mujer es clave. El hecho de que durante décadas se haya visto desde esta perspectiva no implica que sea real. De hecho, está muy lejos de la realidad, porque son muchas las mujeres que con sus propias manos y su esfuerzo logran que el mundo del campo se renueve, gane vida y prosiga en una evolución constante y necesaria.

No obstante, sobre la mujer en el mundo rural queda mucho camino por transitar y cuestiones que revisar y actualizar en torno a su figura. Este fin de semana se celebra el Día de la Mujer Rural, conmemoración instituida en octubre del 2007 gracias a la ONU, con el objetivo de reconocer a la mujer rural por su contribución en el desarrollo, la erradicación de la pobreza y la mejora en la seguridad alimentaria. En la declaración inicial, la organización hace un llamamiento a los estados miembros para mejorar la condición de las mujeres rurales, prestando atención a sus necesidades, y también para empoderarlas en el ámbito social, económico y político.

Todavía no se le da el lugar y reconocimiento merecido, pero es más por una situación cultural que por una realidad palpable, puesto que, lo cierto, es que el papel de la mujer rural es vital actualmente en el campo y, en muchos casos permiten que la evolución del campo sea la más adecuada y necesaria, a pesar de que no reciben los apoyos necesarios. Por fortuna, la situación está cambiando y hay acciones para que l a mujer rural tenga cada vez más oportunidades. Al mismo tiempo, se ha ido consolidando un movimiento asociativo de mujeres rurales, que está siendo clave en los procesos de participación social. En paralelo a estas transformaciones socioeconómicas, el concepto de género e igualdad entre mujeres y hombres ha ido evolucionando, reflejándose en las formas de actuar e intervenir en el proceso de trabajo. Estos cambios están permitiendo que la vida de la mujer rural en la provincia sea diferente, que se adapte a los tiempos actuales y que su legado y aportaciones se afiancen. Las políticas de género, en las últimas décadas, han ido calando también en la metodología participativa que caracteriza al modelo de desarrollo rural Leader, con medidas dirigidas, inicialmente, a las mujeres, hasta trabajar, sobre todo, en este nuevo marco, con un concepto más amplio: la igualdad de género. Una idea que es cada vez más relevante y que pretende poner en valor el poder y el esfuerzo de las mujeres y dejar en claro que también están igual de preparadas que los hombres para formar parte del mundo rural.

<i>Alicia Moya trabaja con su tractor. / Diario JAÉN.</i>
Alicia Moya trabaja con su tractor. / Diario JAÉN.

En el medio rural andaluz viven cerca de dos millones de mujeres, que suponen el 49,8% de la población rural total. Otro dato significativo es que en todos los tramos de edad, hay más hombres que mujeres, salvo a partir de los 65 años. Este dato confirma una tendencia que se observando desde hace unos años. En concreto, la existencia de una masculinización por parte de la población rural, que, junto al envejecimiento general y, especialmente de la población entre 30 y 45 años, obstaculiza el necesario relevo generacional. Por lo tanto, las situaciones sociodemográficas que tienen que ver con la falta de oportunidades que encuentran las mujeres para desarrollarse personal y profesionalmente son, en concreto, tres. Por un lado, el envejecimiento, por el otro, la masculinización y por último, el éxodo rural femenino. Y es que, los problemas y diatribas que vive el sector femenino en el mundo rural es una de las razones por las que las mujeres terminan por ser algunas de las causas que hacen que emigren a zonas urbanas.

Actualmente, son muchas las mujeres que trabajan en la provincia para que el sector primario, la agricultura, la ganadería y el campo en general evolucionen y lleguen nuevas formas de trabajo que permitan el avance social de la mujer en el campo. Ahora prácticamente no se cuestiona que la mujer forme parte vital del campo y su posición dentro de él, pero todavía, en términos de cargos de responsabilidad, gestión y toma de decisiones hay brecha abierta. Por ello, sigue siendo relevante recordar esta fecha tan necesaria y que visibiliza que el papel de la mujer es muy relevante en el mundo del campo. Prueba de ello es, por ejemplo, que hace tan solo unos días, una mujer agricultora de Alcaudete recibió un homenaje por su buen labor. Y es que, la innovación también es otro punto relevante que permite el desarrollo en el mundo rural y la agricultura y en este caso, María José Serrano Arnau es una de las premiadas por el Ministerio de Agricultura. En este caso, esta alcaudetense utiliza en su explotación agraria varias innovaciones tecnológicas destinadas a combatir los efectos de la sequía en el olivar, así como transferir a otras fincas los conocimientos adquiridos durante estos procesos. En concreto, ha sido distinguida con el primer premio en la categoría a la Excelencia a la Innovación Agraria. En esta edición de 2022 se han distinguido los trabajos de 13 iniciativas para la puesta en valor de las mujeres en el medio rural y se han concedido tres premios por cada una de las cuatro categorías convocadas. Mujeres que, desde hace décadas, dejan su huella en el mundo del campo y disipan y muestran un papel relevante en la nueva agricultura y en la nueva visión de la sociedad rural.

Testimonios de agricultoras

El futuro de la mujer rural

MARÍA TERESA MOYA. Agricultora. “Trabajo en el campo desde que tan solo era una niña”

Se crió en un mundo en el que el campo siempre es una opción de vida eficaz. Desde hace años, María Teresa Mora siempre ha dedicado su trabajo y esfuerzo al olivar, a ser agricultora y a sacar a su familia adelante desde que era niña. Sin embargo, hace unos años le tocó coger las riendas al completo tras el fallecimiento de su marido. “Siempre me he dedicado al campo, es mi sustento desde que recuerdo porque así ha sido también para la mayoría de los vecinos de alrededor, pero hace siete años tomé las riendas al completo de mi olivar tras el fallecimiento de mi marido”, explica María Teresa Mora. Desde entonces no ha dejado de trabajar en ningún momento, siempre con la mejor de las ayudas, la de su hijo Juanje que es su mayor apoyo. Este es un trabajo que reconoce que es duro, complicado en según que ocasiones, pero en el que nunca ha encontrado problemas por ser mujer. “Siempre he trabajado en este mundo y sabía de que iba la cosa, no es algo en lo que haya empezado de cero y realmente no he notado discriminación por ser mujer, ni he vivido alguna experiencia desagradable”, sostiene esta agricultora que siempre ha sabido lo que implica trabajar en una profesión sacrificada y muchas veces dura, pero que le llena de ilusión y que es con la que se gana su sustento y su esfuerzo. Un trabajo en el que se siente cómoda y feliz y en el que no dudó ni un solo segundo en coger las riendas en el momento en el que fue necesario con el simple objetivo de salir adelante y tener una vida más que digna para ella y el resto de su familia.

El futuro de la mujer rural

LAURA OLMO. Agricultora. “A veces, sentía que se me descartaba sistemáticamente”

El mundo del campo y el aceite no es ningún secreto para Laura Olmo que siempre se ha criado entre olivares y conociendo todos los secretos del Aove puesto que su familia cuenta con una empresa de aceite desde hace muchos años. Lo que sí que en muchas ocasiones no ha sido fácil para ella ha sido moverse en un mundo de hombres en el que, sobre todo, las generaciones más mayores no siempre han entendido que ella pueda y lleve las riendas de un negocio familiar en el que ha tenido que, por fuerza, mostrar su valía y ganarse un reconocimiento que era suyo desde el primer momento y que no tuvo por qué cuestionarse nunca. “El papel de la mujer a veces es un poco complicado porque la maquinaria que existe está hecha por hombres y pensada para hombres. Y por si eso fuera poco, la mentalidad muchas veces no ayuda a que la mujer progrese en el mundo rural. Cuesta aceptar en muchas ocasiones que eres capaz y cuando tratas con muchos clientes o de precios, hay una cultura en la que parece que es el hombre quien tiene que hacerlo. Cuando eso te pasa al principio choca mucho. De hecho, recién puesto el molino, cuando se pedía asesoramiento de la aceituna yo tenía la misma formación que otros hombres, pero siempre me preguntaban por el dueño, por quién mandaba y se me descartaba sistemáticamente. Me ha tocado ponerme en mi sitio y que la gente me valore para tener mi sitio. Eso es complicado vivirlo. Al principio nadie quería mi opinión, pero ahora acuden a mí”, añade sobre su experiencia en el mundo rural.

El futuro de la mujer rural

NURIA FUENTES. Agricultora. “En ocasiones es duro ser la única en un mundo de hombres”

La familia de Nuria Fuentes siempre ha vivido del campo y, desde que era niña, recuerda lo que significa trabajar en el campo. Así que una vez se le presentó la oportunidad, Nuria Fuentes quiso mantener el legado familiar y dedicarse a mantener las tierras de sus padres. Le reconoce que al ser un negocio familiar siempre ha sabido como funcionaba, pero sabe que en ciertas ocasiones hay más reacio a que sea una mujer la que lleve las riendas en el mundo rural. “Hay momentos complicados en ese sentido, pero cada vez hay más conciencia de que las mujeres pueden llevar un olivar. A nadie le extraña tanto que una mujer este trabajando en el campo porque eso ha sido así siempre, lo que cuesta más es ver la posición de liderazgo de la mujer, sobre todo con personas más mayores. Cuando la mujer está al lado del marido parece que la voz cantante es de él. A mi me ha pasado. Tener trabajadores que no me han hecho caso y es muy duro y difícil ese momento porque muchas veces eres la única en medio de un mundo de hombres, pero toca tirar hacia adelante”, reconoce sobre su posición como mujer que lleva su propia empresa en el sector de la agricultura. A pesar de ello, reconoce que no todas las experiencias son malas y que, por suerte, la situación cada vez se normaliza más. A pesar de que a veces no han creído en ella y no la han valorado por ser mujer, se queda con las mejores experiencias, con el hecho de llevar las riendas y ver como crece y el legado familiar de sus padres se mantiene vivo y con mirada al futuro.

El futuro de la mujer rural

ALICIA MOYA. Agricultora. “Muchas veces extraña que la mujer esté en primera línea”

Lleva toda su vida trabajando en el campo porque le viene de familia, aunque tan solo desde hace unos años, concretamente desde comienzos de 2020, es la propietaria y dueñas de las tierras que, durante años, llevaron sus padres. Desde entonces le toca trabajar como nunca y llevar con pasión una profesión que le ha dado muchas alegrías, aunque recientemente es más complicado porque no siempre ha sido fácil ser la jefa y ser mujer. “Siempre he formado parte de este mundo y he trabajado en esto, pero era como ver los toros desde la barrera en muchas ocasiones, ahora soy yo la jefa y la responsabilidad es mía. Tanto en lo bueno como en lo malo soy yo quien da la cara”, reconoce. Sin embargo, también apunta a que no siempre ha tenido buenas experiencias en el mundo rural porque es, en ocasiones, complicado ser jefa cuando se es mujer, puesto que no todo el mundo está preparado o comprende lo que implica esto. “Que la mujer forme parte del campo nunca ha sido un problema, eso se ve de siempre, la mujer siempre ha trabajado en el campo y yo misma lo he visto en mi casa porque tanto mi madre como mi abuela trabajaban, eso no es problema. Es un hecho. El problema es que la mujer siempre ha trabajado, pero no en primera línea, llevaban la casa y en el campo estaban como si ‘ayudaran’ a sus maridos. Entonces, cuando la mujer es la que manda, choca en el entorno. No hay problemas como tal, pero hay comentarios de gente sorprendida con que yo lleve las riendas o que me suba a un remolque sola”, explica sobre su experiencia como mujer en el campo.

Jaén
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