El fiscal pide 9 años de cárcel para un exconcursante de GH

Se sentará en el banquillo por estafa y falsedad junto a 22 personas más

02 may 2019 / 11:55 H.

En junio de 2016, la Guardia Civil de Jaén detuvo a Miguel Ángel Pulpillo, un vecino de Rus conocido por su participación en el programa de telerrealidad “Gran Hermano”. Presuntamente, dirigía una trama que consiguió pingües beneficios a través de la adquisición y la venta fraudulenta de terminales de telefonía móvil. La Guardia Civil bautizó la operación como “Krake”, “pulpo” en alemán, en honor al considerado cabecilla del grupo que, además de apellidarse Pulpillo, nació en el país germano. Hubo decenas de personas arrestadas e investigadas en varias provincias españolas. Tres años después, Pulpillo y las otras 22 personas que se sentarán con él en el banquillo de la Audiencia ya saben a lo que se enfrentan. La Fiscalía reclama para este vecino de Rus una condena de 9 años de cárcel por delitos continuados de estafa y falsedad. Hasta el momento, la defensa del exconcursante de “Gran Hermano” sostiene que no hay fraude, que no engañó a nadie y que todos sus negocios fueron legales. El Ministerio Público reclama tres años de prisión para otros 17 procesados por estafa, mientras que la petición de castigo para los cinco restantes es de un año de cárcel, únicamente por el delito de falsedad. El fiscal también cuantifica el perjuicio económico presuntamente causado a las compañías Orange y Vodafone: 69.000 euros.

El escrito de acusación sitúa a Miguel Ángel Pulpillo en la cúspide de la supuesta trama. Asegura que tenía relaciones con diversos comerciales que trabajaban en varios municipios por todo el país dedicados a captar clientes de telefonía. A continuación, a esos clientes se les ofrecía la posibilidad de reducir su factura de móvil y obtener terminales a buenos precios. Para tramitar el contrato, los vendedores tenían que conseguir sus datos personales, facturas y números de cuenta. Una vez dado este paso, otros miembros de la red, trabajadores de compañías que operan en el mercado, simulaban que eran clientes que querían darse de baja. Es lo que en el argot se conoce como “falsa portabilidad”. Entonces, para evitar su marcha, las operadores les ofrecían descuentos y teléfonos. Sin embargo, esos aparatos nunca llegaban realmente a los clientes sino que, según la Guardia Civil, iban a parar a la tienda del exconcursante de Gran Hermano en Rus. Celulares que ponía a la venta a través de dos páginas webs y de anuncios y por los que obtenía pingües beneficios.

Inicialmente, la operación “Krake” se saldó con decenas de detenidos. Finalmente, solo 23 se sentarán en el banquillo de los acusados de la Audiencia en un juicio para el que todavía no hay fecha. La Fiscalía ha llamado a declarar como testigos a 36 de las supuestas víctimas para acreditar que Pulpillo y los demás acusados realizaron maniobras ilícitas a su nombre y a sus espaldas para conseguir terminales que, posteriormente, revendían.

Ramificación en varias provincias

Las empresas de las que Miguel Ángel Pulpillo Herreros era administrador tenían su sede social en Vitoria. No obstante, las supuestas estafas se cometían en distintos puntos de España ya que, presuntamente, contaba con una red de comerciales asentados en diversas provincias (Almería y Jaén, fundamentalmente) que se dedicaban a la captación de clientes, a la petición de portabilidades falsas y a la recogida de los terminales fraudulentamente conseguidos.