El detenido por atacar a una mujer niega la agresión sexual

Alega ante la juez que trató de ayudarla para llegar a casa y que ella se cayó

23 may 2019 / 10:54 H.

Juan Jesús Garzón, el abogado del turno de oficio que ha asistido al sospechoso de agredir sexualmente a una mujer en el portal de su casa, se esforzaba en vocalizar para que su cliente lo entendiera: “No puedes estar cerca de ella. En cuanto que la veas, te vas de allí”, le decía, muy despacio, el letrado, a las puertas del Juzgado de Instrucción número 4. El pakistaní W. A. acababa de quedar en libertad provisional tras pasar dos noches en los calabozos y ser interrogado por la juez Carmen Ballesteros. Eso sí, con cargos y con una orden de alejamiento con respecto a la mujer que lo denunció: se le prohibe acercarse a ella a menos de cincuenta metros.

El sospechoso, que declaró durante más de una hora con la ayuda de un intérprete, negó todos los cargos. Admitió que trató de ayudar a la víctima, porque vio que necesitaba auxilio y que se ofreció para acompañarla desde la calle hasta su casa. Sin embargo, negó que la manoseara, ni que tratara de quitarle la ropa, ni que la golpeara contra el suelo en el portal. Cuando le preguntaron por las heridas en la cara que presentaba la víctima, aseguró que se las había hecho en una caída, tal y como confirman fuentes de su defensa. Esa fue, a grandes rasgos, la declaración de W. A. ante su señoría.

En su contra tiene la declaración de dos testigos que vieron en él una actitud sospechosa en la madrugada del pasado 12 de mayo, cuando ocurrieron los hechos a las puertas de un residencial de la avenida Ejército Español, donde vive la víctima. Esa madrugada, la mujer llegó a su domicilio en un taxi. Inmediatamente después se presentó un motorista que comenzó a hablar con ella. Toda la escena fue presenciada por los dos jóvenes, que vieron cómo el hombre, que llevaba el rostro tapado con el casco, entró con ella en portal. A continuación, escucharon fuertes gritos. Inmediatamente, avisaron a la Policía y tuvieron la sangre fría para fotografiar la motocicleta. Esa imagen sirvió a los investigadores para identificar al propietario del vehículo: era también el dueño de un establecimiento de comida rápida. La noche en que ocurrieron los hechos, conducía esa moto uno de sus repartidores, el pakistaní W. A. El hombre fue detenido tras nueve días de intensa búsqueda. Los policías llegaron a pensar, incluso, en que había logrado eludir el cerco y se había marchado de la provincia. No obstante, lo localizaron en su puesto de trabajo el pasado lunes. La Comisaría sospecha que persiguió a la víctima, a la que vio salir de un local de copas y esperar un taxi. El hombre no niega esta circunstancia. Sin embargo, ante la juez aseguró que lo hizo con buenas intenciones, con el único objetivo de ayudarla. Además, en todo momento negó la agresión sexual, tal y como puso de manifiesto la víctima en su denuncia, presentada en la misma madrugada de los hechos. El proceso judicial sigue ahora su curso.

Comienzan las pesquisas judiciales

La causa pasará ahora al Juzgado de Instrucción número 2, que estaba de guardia cuando ocurrieron los hechos. Será el magistrado Antonio Valdivia el que se haga cargo de la investigación de unos hechos en los que hay dos versiones claramente contradictorias. La denunciante, por un lado, que explica que sufrió un ataque sexual. El denunciado, por otro, que alega que solo trató de ayudarla.