El consumo de aceite de palma sigue en pleno auge

La industria alimentaria dispara la importación, mientras que el aceite de oliva busca mercado en el extranjero

26 dic 2018 / 09:44 H.

Mientras que los agricultores buscan en el extranjero mercados para vender sus cosechas, el consumo de aceite de palma sigue disparado en España. Y solo hay que mirar cualquier estudio nutricional para constatar que dicen los científicos de las cualidades saludables de una grasa y de otra. En cambio, la industria alimentaria hace que el consumo del aceite de palma siga imparable. Detrás de esas “grasas vegetales” que se leen en los ingredientes de algunos productos, como magdalenas, galletas, bizcochos, snacks o chocolates suele estar escondido. Un estudio indica que ya se importan más de 190.000 toneladas para uso alimentario dentro del país. Precisamente, España consumió 471.100 toneladas de oliva durante la última campaña La Fundación Española del Aceite de Palma Sostenible que ha presentado el “Informe Económico del Aceite de Palma en España 2018 indica que la principal aplicación del aceite de palma en España es industrial (biocombustible), donde se destinan 1.535.501,9 toneladas, que equivalen al 83% del total de importaciones.

No obstante, la segunda es para la industria alimentaria, con 190.302 toneladas, es decir, el 10,3%. De esta cifra de uso alimentario, 169.325.55 toneladas se imputan al aceite de palma y el resto, 20.976,35 toneladas, al de palmiste. Por último, el uso de la industria oleo química y para alimentación animal es de 123.788,7 toneladas, el 6,7% restante. Las principales conclusiones del informe económico se centran en el incremento del aceite de palma certificado como sostenible en alimentación.

Este porcentaje ascendió al 29,9% en 2017 y lleva ritmo del 43,7% en 2018. En cuanto al aceite de palmiste, los porcentajes fueron 14,9% en 2016, manteniéndose estable en 2017 y que lleva camino de alcanzar el 18% este año. “La razón por la que el palmiste va un poco más retrasado es porque la prima de sostenibilidad tiene un mayor coste que la de la palma”, señala el informe, que indica que esto no significa que el resto de aceite de palma o de palmiste no sea sostenible.

La industria alimentaria es clave para el incremento de este tipo de grasa vegetal, simplemente, porque resulta más barato para las empresas, lo que redunda en la competitividad del producto que lanzan al mercado. No obstante, también copa el segmento de los biocombustibles, que bien podría valer para los peores aceites de oliva.