El centro de Jaén rebosa de felicidad en Navidad
La Carrera se llena de familias y amigos para dar la bienvenida a las fiestas

Las escasas plazas libres que quedan en el parking de la plaza de la Constitución anticipan lo que uno puede encontrarse en el centro de la capital. Son fechas entrañables para celebrar, y como tal, los jiennenses se echan a las calles para llenarlas de calidez humana. La popularmente conocida como “plaza de los Botijos” se encuentra repleta de familias que curiosean la variada oferta que ofrece el mercadillo navideño. Allí, los padres satisfacen los deseos de sus pequeños en atracciones o en los comercios que venden chucherías.
Sin embargo, la gran masa de personas se encuentra en la calle Bernabé Soriano —La Carrera—, donde apenas se distingue un espacio vacío. A pesar del frío propio de esta época, los grupos de amigos y familiares llenaron los establecimientos hoteleros de la zona, rebosantes por completo de alegría y felicidad navideña. Al cruzar la calle era prácticamente imposible no encontrar a viejos conocidos fundidos en un abrazo, así como a amistades que quisieron inmortalizar, con sus móviles, este momento mágico en un lugar emblemático de la capital.
A pesar de que las luces navideñas semi ocultan la vista de la imponente Catedral, también dotan a la calle de una iluminación mágica que casa a la perfección con las fechas venideras. Las terrazas, bien preparadas con calefactores y demás aparatos para combatir el frío, se muestran completamente llenas. El interior de los bares y pubs, donde tampoco cabe un alma, se convierte en el refugio de aquellos que salieron a la hora de la comida y postergan su hora de regreso a sus domicilios, atraídos por esas extensas conversaciones de sobremesa. Los trabajadores de la hostelería apenas dan a a basto con la faena, y algunos, ajenos a la llegada del invierno, se mueven de aquí para allá con camisetas de manga corta y una bandeja de refrigerios en la mano. En sus clientes se encuentran desde compañeros de trabajo a grupos de amigos, pasando por familias completas.
Si uno consigue avanzar hasta el centro de la calle —es casi misión imposible— , la marabunta de gente es aún mayor. ¿El motivo? Los animados conciertos que se ofrecen para los viandantes, que mueven el esqueleto para celebrar la llegada de estas fechas entrañables. Solo hay un momento en el que la gran masa se abre, para dejar paso al pasacalles de la tuna de la Universidad de Jaén, que alegra todavía más el ambiente con tradicionales villancicos.
Los aledaños de la céntrica calle están repletos de jaeneros, pero también de vecinos de toda la provincia y distintos puntos del territorio nacional, que acuden al lugar engatusados por el gran ambiente. Entre ellos se encuentran algunos turistas extranjeros, que enfilan el empinado camino para contemplar la Catedral. El gran ambiente que se vive durante la Navidad en el corazón de la capital es una auténtica inyección para el tejido socio-económico de la ciudad, que vive una de sus épocas doradas del año. Previsiblemente, el centro de la ciudad presentará durante todas las fiestas navideñas un aspecto muy similar al vivido durante este fin de semana, en el que reinó un ambiente espectacular.