Condenas de prisión a los tres narcos de las “chuches”

Los procesados reconocen que traficaban con todo tipo de drogas

16 ene 2019 / 11:49 H.

David M. P., su pareja Patricia C. N. y Jorge G. A. tenían muy poco margen para defenderse. Prácticamente ninguno. Por ello, estos tres “camellos” de Andújar optaron por aceptar el acuerdo de conformidad que les propuso la Fiscalía para declararse culpables. Reconocieron que traficaron con todo tipo de sustancias estupefacientes y apechugaron con un delito contra la salud pública. A David M. P. le cayeron cuatro años y medio de cárcel y una multa de 22.000 euros, ya que se le aplica la agravante de reincidencia. Ya fue condenado en 2014 por hechos similares, aunque no llegó a ingresar entonces, ya que el castigo le fue suspendido. Para sus dos compañeros de banquillo la pena fue de tres años de cárcel para cada uno, más una sanción de 11.000 euros por cabeza. Los tres son los “narcos de las chuches”, porque así se referían a la droga los consumidores cuando hacían los pedidos a través del teléfono de David M. P.

Fueron detenidos por la Policía Nacional el pasado mes de marzo, en el marco de la conocida como operación “Avioneta”. Las investigaciones policiales comenzaron a raíz de una información anónima que alertaba de que varias personas se dedicaban al menudeo de droga en una vivienda del centro de Andújar. Entre el 18 de diciembre de 2017 y el 1 de febrero de 2018, los agentes realizaron varias vigilancias en el domicilio, que estaba ocupado por tres jóvenes. Uno de ellos, David M. P., ya contaba con antecedentes penales por tráfico de cocaína. Los policías comprobaron que distintas personas visitaban la vivienda, en la que había “un enorme trasiego”. Y también certificaron que se vendían sustancias estupefacientes. A partir de ahí, el Juzgado de Instrucción número 2 de Andújar les concedió un permiso para “pinchar” el teléfono que, normalmente, utilizaba David M. P. A partir de ahí, un policía escuchó todas las conversaciones de los negocios. En los tratos se utilizaba “un lenguaje velado y previamente convenido”. Así, el comprador pedía “chuches”, “toallitas” o “camisetas” para encargar la droga. Normalmente, era David M. P. el que contestaba las llamadas y el que hacía los intercambios. Sus dos compañeros de piso, Patricia C. N. y Jorge G. A., también realizaban estas tareas. También se encargaban de reclamar las deudas impagadas e, incluso, facilitaban un número de cuenta a los compradores.

Con todo, la Policía registró la vivienda el 27 de marzo. Fue el punto y final de la bautizada como operación “Avioneta”. Encontró 160 gramos de cocaína, 46 gramos de hachís, 2,6 gramos de éxtasis y 2,7 gramos de cannabis. En total, droga valorada en 10.012 euros. También había básculas de precisión y una caja fuerte donde se guardaba el dinero y también la mercancía.

Además de la droga incautada, en el procedimiento había horas y horas de grabaciones de las conversaciones que los clientes mantenían con sus proveedores habituales. Material probatorio más que suficiente para no jugársela. Así que los tres condenados admitieron su culpa para que la Fiscalía rebajara sus peticiones iniciales de castigo: de catorce años para los tres se pasó a diez años y medio de cárcel.