Carritos llenos, colas largas y estanterías vacías en las tiendas en un día sin precedentes

Los ciudadanía se echó a la calle para conseguir el mayor número de productos ante la incertidumbre de la situación

29 abr 2025 / 11:21 H.
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Una vez más, la ciudadanía volvió a sentir miedo ante lo que podría avecinarse. Como en la pandemia de la covid-19, el primer impulso fue reunir el mayor número de enseres posibles. Los supermercados se llenaron en un abrir y cerrar de ojos. A medida que pasaban las horas, los carritos de la compra se aproximaban a las cajas de cobro a rebosar de productos y en las estanterías apenas quedaban existencias. En algunos comercios con espacios dedicados al autoservicio no cabía ni un alfiler. De hecho, hubo quienes tuvieron que marcharse a otros lugares de descanso para poder comer. Este fue tan solo el punto de inicio, puesto que a lo largo de la tarde la ciudadanía volvió a los establecimientos para reponer sus despensas y neveras por lo que pudiera pasar.

En muchos casos, los productos requeridos fueron velas, pilas y radios. Ya habían caído los últimos rayos del sol del día y no parecía que la electricidad fuera a volver, por lo que la urgencia de estos artilugios era máxima.

Asimismo, los supermercados veinticuatro horas o bazares agotaron casi todas sus existencias. Felipe Romero Cárdenas, dueño de una tienda con horario de apertura durante todo el día que se sitúa en la zona del Bulevar, contó a Diario JAÉN que el día fue un “caos” porque la gente “se alarmó mucho”. “Han sido compras masivas de latas, fiambre, pan, agua... He hecho la caja de mi vida”, resaltó Romero, para hacer hincapié en que incluso hay otras tiendas que se están aprovechando de la situación de emergencia para vender los productos a un precio superior al normal.

Por otro lado, Sergio Fernández Peralta, de la tienda “Sureños de Jaén”, afirmó que desde el primer momento metió todo el género en las cámaras frigoríficas debido a la delicadeza de los alimentos. Además, resaltó que lo primero que se vendió fue el pan, que se agotó en cinco minutos. “Trabajamos con productos naturales y aguantan mucho menos tiempo que otros tipos fuera del frío”, agregó. Durante la tarde también recibieron un importante número de clientela y que, por supuesto, tuvo que pagar su compra en efectivo.

Las colas cada vez eran más y más largas a medida que avanzaba el día. Además, cabe destacar que muchos establecimientos decidieron que la solución más acertada era la de cerrar y esperar que llegara el nuevo día. En algunos municipios de la provincia, hubo algunos que no pudieron, ya que el apagón impidió que las puertas pudieran cerrarse. La situación era cada vez más complicada. Aún así los trabajadores se dirigieron a su puesto de trabajo para atender a todo aquel ciudadano que necesitara algo.

Carritos llenos, colas largas y estanterías vacías en las tiendas en un día sin precedentes

El pan fue el primer alimento en desaparecer de los comercios

La pregunta que más se repitió a lo largo del día fue: “¿Le queda pan?” La ciudadanía hizo la lista de la compra para emergencias y el primer producto fue este. Cerca de las 13:00 horas apenas quedaban existencias. La mayoría de las panaderías de la ciudad se vieron en la obligación de cerrar sus puertas ante la falta de pan y por el efectivo como único método de pago.

Algunos establecimientos decidieron abrir por la tarde con la esperanza de que el apagón tan sólo fuera un mal recuerdo de la mañana. Por desgracia, la luz no volvió hasta la una de esta madrugada. Los únicos alimentos disponibles fueron las elaboraciones dulces y saladas que tampoco tardaron mucho en agotarse. La desesperación se apoderó de todo el mundo, que incluso fue a los bares a preguntar.



Jaén
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