Brotes verdes en los divorcios

La recuperación económica propicia un incremento de las rupturas matrimoniales

24 oct 2016 / 11:21 H.

A las rupturas matrimoniales les han salido brotes verdes. Durante los años duros de la crisis, muchas parejas permanecieron juntas a trancas y barrancas porque su bolsillo no les permitía mantener dos casas, dos coches y dos cestas de la compra. Esa realidad tuvo su reflejo en las estadísticas, con un descenso generalizado en el número de divorcios. Ahora, cuando apenas se empiezan a atisbar los primeros síntomas de recuperación, muchos de esos matrimonios se han terminado. Cuando la recesión llegó a España, también se coló en la intimidad de los ciudadanos. Contar o no con solvencia económica, con seguridad laboral y con posibilidades de emprender un nuevo camino lejos de la que fuera pareja se convirtieron en factores de mucho peso a la hora de rubricar una ruptura sentimental en los juzgados. Y es que, además de los obvios costes sentimentales y psicológicos, un divorcio también conlleva un importante desembolso económico, que no todos los matrimonios estaban en situación de afrontar en época de vacas flacas.

Esa relación entre coyuntura financiera y disoluciones matrimoniales ha quedado reflejada estadísticamente (ver cuadro anexo). Desde el año 2008, las cifras de separaciones y divorcios han decrecido en toda España. Una realidad numérica de la que no escapó la provincia. Sin embargo, esa tendencia a la baja se quebró en el año 2015. Y ahí están los datos del Consejo General del Poder Judicial, que recogen que en los juzgados jiennenses se presentaron 1.651 demandas de divorcio. La cifra está muy lejos de las 1.191 rupturas registradas en 2010, quizás el año más duro de la crisis.

Hay otro factor que también debe ser tenido en cuenta en este análisis. Los datos del Instituto Nacional de Estadística recogen sentencias sobre matrimonios realizados. Sin embargo, actualmente, la mayor parte de las uniones son las de las parejas de hecho. Sus rupturas nunca aparece en la estadística.

Esa percepción de que los matrimonios jiennenses que quieren romper su relación ya no posponen la decisión por motivos económicos también la empiezan a notar en los despachos de abogados de la provincia. “Es cierto que, desde 2007, se percibió un descenso en estas demandas. La situación económica no animaba a afrontar una nueva realidad que, en muchos casos, consiste en dividir unos ingresos entre dos casas”, explica un abogado jiennense con muchos años de experiencia en Derecho de Familia.

En lo que va de siglo XXI, la estadística ha dibujado varios dientes de sierra. Sin embargo, en 2005 se produjo un antes y un después, con la entrada en vigor de la denominada “ley del divorcio exprés”. Se eliminaron varios trámites burocráticos que, anteriormente, ralentizaban el procedimiento. Para muestra, un botón: en el año 2000 dejaron de estar felizmente casados 246 matrimonios jiennenses. En 2007, las rupturas se multiplicaron por siete y alcanzaron los 1.422. Desde entonces, la cifra comenzó a bajar por los innegables efectos de la crisis y se mantuvo estable alrededor de las 1.200 demandas. En 2015 se rompió esa tendencia y se ha vuelto a los niveles de antes de que llegaran las vacas flacas a pastar a la provincia jiennense.