Amor a los toreros y algún autógrafo

Teléfono móvil en mano, decenas de aficionados lucharon para conseguir una fotografía con un torero. Hubo dos intentos. El primero fue a las seis menos cuarto, cuando los diestros llegaron a la plaza. Los fans se agarraban a los diestros para hacerse “selfies” o para que un amigo le tomara la fotografía. Luego, el segundo fue en el corto camino que va desde la arena hasta la furgoneta. A Alejandro Talavante no le fue fácil recorrer los tres metros desde su vehículo hasta la puerta de cuadrillas. A Roca Rey y a Curro Díaz le pasó igual. Precisamente, los niños, adolescentes y jóvenes de la Escuela Taurina de Jaén bajaron al patio de caballos para ver de cerca a sus ídolos. De hecho, cuando llegó Roca Rey, hicieron un grupo para tomarse una fotografía —aparece bajo estas líneas—. ¡Qué ilusión les hizo ponerse con un torero que, hace unos años, vino a Jaén como novillero sin picadores!

A La Alameda le faltó un poco de ambiente. Roca Rey y Alejandro Talavante venían de llenar la Plaza de Zaragoza, por lo que ver el coso de Jaén con algo más de la mitad del aforo supo a poco. No obstante, la Feria de San Lucas lucha para recuperarse tras unos años complicados. Por otro lado, al igual que ocurrió con el Festival Taurino Contra el Cáncer, la protesta de los colectivos animalistas no se autorizaron en La Alameda, sino que se realizaron en otro lugar para evitar tensiones entre partidarios y detractores de la Fiesta Nacional —como pasó años atrás en la Feria de San Lucas— Hubo una protesta que partió de la Avenida de Madrid, pasó por la Plaza de San Ildefonso y acabó en el Portillo de San Jerónimo. Contó con alrededor de sesenta personas, según la Policía Nacional.