Vivir rodeados de figuras
músico, líder del grupo 091




El trabajo cotidiano de Riff Producciones, visto desde fuera —desde la perspectiva de quien desconoce los entresijos de la promoción de espectáculos musicales—, puede parecer apasionante, un privilegio del que gozan quienes tienen la suerte de ganarse la vida hablando de tú a tú a los grandes del panorama actual, siempre a su lado en los conciertos, entre bambalinas mientras miles de fans se afanan en disfrutar de sus ídolos. No es oro todo lo que reluce, aclara Christopher Ortiz: “Tienes que convertirte en alguien muy exigente, esta profesión es una montaña rusa constante. Cualquier fallo puede suponer que todo se estropee —un cáterin en mal estado, un conductor imprudente, la decisión de un ayuntamiento de cancelar un concierto... Todo esto pasa, y hay mucho en juego”.
Sin embargo, reconoce: “Hay quince, veinte, cuarenta días al año que estás, por ejemplo, con Joaquín Sabina, con él, detrás del escenario del londinense Roger Albert Holl —uno de los más emblemáticos del planeta—, con el teatro lleno, y piensas: ‘Madre mía, este es el mejor trabajo del mundo”. “Con Vicente Amigo he estado en Nueva York, en Londres, en Japón o en España, en plazas de toros y recintos preciosos... O con Manuel Carrasco en el estadio olímpico de Sevilla, con 42.000 personas...”.
“Pero el día a día es otra cosa, no es tan bonito, el nivel de riesgo es muy alto, este es un negocio en el que hay que tener precaución con la seguridad de la gente, la responsabilidad es mucha”, apostilla. Las espectativas del público, a veces, son otra de las “presiones” que sienten quienes, como el equipo de Riff Producciones, trabajan para colmar los sentimientos de admiración de aquellos que pagan una entrada para asistir a una cita que esperan inolvidable: “Todo tiene que estar perfecto para que la gente salga contenta, para que el ‘show’ sea lo mejor posible, y eso es estresante”.
No en balde, la promotora musical de Espinosa y Ortiz tiene en su agenda bastantes de los conciertos más esperados de la temporada, con las figuras de mayor peso del panorama nacional e internacional. El mismísimo “BluesCazorla”, —“la mejor carta de presentación” de Riff, en palabras de Carlos Espinosa—, que estos días ha celebrado su tercer concurso de bandas, está ya a la vuelta de la esquina —los días 12, 13 y 14 de julio— y presenta un cartel de “primeros espadas”, con John Primer, Toronzo Cannon and The Chicago Way, Eric Gales y The White Buffalo. Una cita que ha situado al municipio de la sierra en el mapamundi de los “bluseros” gracias al empeño de la promotora, como celebra Antonio José Rodríguez, el alcalde cazorleño: “Riff producciones ha sido la empresa que prácticamente desde los orígenes del festival ha estado mimándolo y cuidándolo de la mano del Ayuntamiento, para hacer de él el mejor de España y uno de los mejores del mundo. Carlos Espinosa, Cristopher Ortiz y todo su equipo, estoy convencido de que sienten también este festival como el punto de encuentro que les devuelve a sus orígenes cada año. Quiero dar la enhorabuena a Riff porque con este premio se certifica el buen trabajo que realizan hace más de veinte años”.
Antes del reencuentro con el “blues”, hoy mismo, en Roquetas de Mar (Almería), Joan Manuel Serrat confía en ellos con uno de los conciertos de su gira “Mediterráneo da capo”, que continuará por Salamanca, San Sebastián y otras ciudades españolas, igual que Vetusta Morla, que el 28 de abril actuará en Salamanca con su “Mismo sitio. Distinto lugar”, y Fito y Fitipaldis, en pleno “tour 30 aniversario”, que los primeros días de mayo cantará en Bilbao y Sevilla. El ubetense Joaquín Sabina llegará a Santa Cruz de Tenerife y La Palma también a finales de abril con “Lo niego todo”, e, igualmente, la gestión de Riff Producciones está detrás de los conciertos de Manolo García (“Geometría del rayo”), Ara Malikian y su violín y Miguel Poveda. Un elenco que no deja lugar a dudas del nivel al que trabaja Riff Producciones SL, que además asume la representación artística de un grupo tan mítico como el granadino 091 o la del concertista de guitarra flamenca cordobés Vicente Amigo. Por si faltase algo, ni Espinosa ni Ortiz renuncian a “la parte romántica” de su trabajo. Para muestra, la sevillana sala Custom: “Se inauguró con Andrés Calamaro y, hoy, es una referencia en la ciudad”.
Estrellas ya, ellos mismos, en lo suyo, Riff Producciones, acostumbrados a escuchar aplausos desde atrás en cualquier parte del mundo, reciben ahora la ovación de Diario JAÉN en primer plano.
La relación de José Ignacio Lapido con los premiados de este año se remonta a la época de máximo apogeo de 091; tanto es así, que, según le confesó el propio Carlos Espinosa, el primer concierto que él organizó antes de fundar la empresa promotora fue una actuación del grupo granadino, a finales de la década de 1980 o principios de 1990. Ya en solitario, Lapido llegó a tocar en “BluesCazorla” y, años después, cuando la banda volvió a unirse, la propia Riff —cuyos socios nunca escondieron su admiración por 091— se ofrecieron para organizarles la gira de “resurrección”. Un “tour” que, en palabras del líder del grupo granadino, “resultó todo un éxito, en gran parte gracias al trabajo de la promotora”. “Toda la plantilla es muy eficiente”, añade el autor de “Ladridos del perro mágico”, que celebra “lo musicales, lo fanaticos que son” y el hecho de que compartan gustos con el propio Lapido: “Eso es muy importante, porque la comunicación entre el artista y la producción es muy fluida”.
Del “BluesCazorla”, buque insignia de Riff Producciones, Lapido, que el año pasado publicó su hasta ahora último trabajo discográfico, “El alma dormida”, y que ha pisado, en varias ocasiones, su escenario, afirma: “Es un placer, Cazorla es una auténtica maravilla y tanto Carlos Espinosa como Christopher Ortiz se encargaron de enseñarme algunas cosas que no conocía, como su fantástica gastronomía”.