“Trabajo para que mi pueblo sea más bello”

El alcalde pedáneo lucha para que su pueblo siga lleno de vida
en un pequeño lugar

    28 jun 2020 / 14:15 H.

    En el extremo oriental de Sierra Morena, en su vertiente Sur, limitando con La Loma, se encuentra el pueblo Navas de San Juan. El municipio cuenta con cuatro mil quinientos diecisiete habitantes. Entre ellos está Águeda Berbel Ibáñez, de 32 años, quién decidió, a pesar de las adversidades, emprender una clínica de psicología en su pueblo y darle una nueva oportunidad a su vida. “Yo nací y me crié en Navas de San Juan. Tenía claro que quería hacer Psicología, así que hice la carrera en Jaén y cuando terminé me fui a Murcia a hacer un Máster de Ciencias Forenses, para especializarme en ese ámbito, que es el que más me gustaba. Una vez que terminé los estudios me vine al pueblo, estuve unos meses buscando trabajo y, como no encontraba nada, volví a la provincia de Murcia a dar formación en Recursos Humanos, de lo cual luego no he vuelto a ejercer. A los dos años, finalmente, decidí volver a casa y montar mi propio negocio”, explica.

    “Fue una iniciativa que ya llevaba tiempo queriendo hacer porque en el pueblo no había psicotécnicos, y los que habían pasado por aquí no se quedaban porque no eran de aquí. Así que decidí montarlo por mi cuenta. En aquel entonces mi hija tenía solo tres meses y yo era madre soltera. Desde que tengo mi negocio en el pueblo la vida me ha cambiado radicalmente. Antes quería irme fuera, pero hubo un momento que dije ‘no’, porque he estado dando coletazos por todos lados y no he encontrado nunca mi sitio. Hasta que me di cuenta de que mi sitio es realmente mi pueblo. Y yo estoy muy contenta aquí porque los clientes y la gente lo han aceptado todo muy bien. He ido metiendo poco a poco cada vez más servicios y lo que empezó siendo solo psicotécnicos ha aumentado”, explica.

    Con esta felicidad y alegría relata lo que ha sido su vida durante estos años y que demuestra sus ganas por encontrar su lugar. En estos momentos, ese rincón propio y personal ya lo tiene y es Navas de San Juan. “Ahora también trabajo con niños en etapa infantil, estoy poniendo más actividades, fisioterapia con maquinarias, podología y enfermería. Cada vez la cartera de servicios es más grande. También he hecho talleres para dejar de fumar, para la ansiedad, técnicas de estudio. Ahora agradezco haberme vuelto al pueblo porque, aunque he estado en muchos lados, nunca me he sentido lo suficientemente acogida como aquí, en casa”, añade.

    En El Campillo, una aldea perteneciente al término municipal de Chiclana de Segura, el alcalde pedáneo de este pequeño municipio, Jesús Montes Higueras, tenía claro que quería hacer algo por sus vecinos. Con tan solo veinte años decidió que quería hacer algo por su aldea. Así fue como descubrió a través de la política una forma de mejorar la calidad de vida de las gentes de su pueblo.

    “Mi pequeño pueblo es Campillo, una pedanía de Chiclana de Segura. Tiene alrededor de cuarenta y cinco habitantes en estos momentos. Gracias a ellos soy el alcalde pedáneo y, además, soy empleado de una fábrica. Recuerdo cuando estaba con mis hermanos en las acogedoras calles del Campillo, jugando. Nuestra infancia era muy sana, sin las nuevas tecnologías de hoy en día. Nos encantaba estar con las bicicletas, monopatines y demás, corriendo de un sitio a otro”, recuerda.

    Y es que para él no existe nada mejor que El Campillo, el lugar en el que nació y que lo vio crecer y hacerse todo un hombre. “Me gusta vivir en mi pueblo porque es mi sitio natal, en el que he sido y soy muy feliz. Este es mi primer año como pedáneo, y me siento muy orgulloso y satisfecho de serlo. Conlleva mucha responsabilidad y me esmero para ver cada día más bonito y avanzado nuestro pequeño pueblo. Cada año, para San Isidro hay muchos reencuentros entre familias, aunque este año por desgracia no ha podido ser así. Pero aún con esta pandemia, sigo luchando por verlo cada día un poquito más bonito”, relata con esmerada pasión.

    Y es que para Jesús Montes Higueras no hay nada como su pueblo y tiene un cariño especial a sus fiestas. “Por San Isidro no solo alabamos a nuestro patrón, si no a nuestra patrona la virgen de Fátima. Tenemos tres días de verbena, dos días de reses bravas y la santa misa. Hace unos años se realizaba un concurso de trial 4x4 pero por algunas circunstancias que desconozco se dejó de hacer. Espero que en el 2021 podamos bailar, correr, reír y disfrutar de la gente que viene de fuera para ese esperado fin de semana. En el próximo año esperamos celebrarlo por todo lo alto”, relata.

    Si algo tiene claro es que quiere que el pueblo siga con vida, que crezca, que cuente con nuevas generaciones y que sus habitantes no lo abandonen. Por esta razón se hizo alcalde pedáneo y decidió ayudar en todo lo que fuera posible para conseguir sacar adelante un lugar maravilloso en el que sus gentes y sus calles son muy acogedoras.