“Un trabajo permite a los jóvenes salir de la marginación”

Domingo Perez

27 dic 2015 / 10:38 H.

La vocación sacerdotal le llegó, por así decirlo, como la conversión de San Pablo. El santo recibió el fogonazo de una luz cegadora que lo derribó del caballo, y Domingo Pérez, que es natural de Alcalá la Real, decidió meterse a cura a raíz de que un tío suyo, que era párroco en Jamilena, falleciese en un accidente de tráfico en 1969. Su tío era el único hermano que tenía su padre y Domingo tuvo una estrecha vinculación con él. Antes no sintió ningún interés por el sacerdocio, pero ese hecho lo llevó a ingresar en el Seminario Diocesano de Jaén cuando estaba en cuarto de Bachiller. Luego estudió Teología, seis años, en la facultad que tienen los jesuitas en la Cartuja de Granada. El 17 de agosto de 1980, el entonces obispo de Jaén, Miguel Peinado, lo ordenó sacerdote en Santa María la Mayor de Alcalá la Real. Su primer destino como cura párroco fue en Santiago de la Espada. En 1989, el obispo de Jaén Santiago García Aracil lo trasladó a Rus y El Mármol, donde estuvo 12 años. Desde 2001, Domingo Pérez es párroco de San Andrés Apóstol de Baeza y consiliario de las cofradías, director de Cáritas del municipio, consejero de Cáritas Diocesana y presidente de Mensajeros de la Paz para la infancia. Su relación con los feligreses es familiar.