Jaén habló en las urnas

Los mensajes de los representantes públicos elegidos hablaban de la necesidad de que la provincia dejara de lado, de una vez por todas, su papel de “cenicienta” en España

18 jun 2017 / 11:27 H.

Lo único que ocurrió el 15 de junio de hace cuarenta años en Jaén, fecha de las primeras elecciones democráticas en España, tras 41 años, es que los ciudadanos de la provincia votaron tranquilos, en paz, sin incidentes. La “no noticia”, en este caso, sí lo fue, porque en esta fiesta de la democracia, en la que los que querían depositar su voto no terminaban de espantar la mosca de su oreja, se vivió mucha tensión y hubo, incluso, atentados. En Córdoba, por ejemplo, explotaron dos artefactos y eso que el Gobierno puso en marcha la llamada operación “Ariete” para preservar la seguridad, lo que incluyó el despliegue del Ejército en puntos estratégicos.

Los ciudadanos de los 96 municipios que había entonces —el 97, Arroyo del Ojanco, no llegó hasta 2001—, sumaban 645.524 almas censadas, solo unos tres mil menos de los actuales, consecuencia de la caída poblacional que sufre el llamado mar de olivos últimamente. Los de 1977 y los de ahora, sean los que sean, se parecen en algo, votan mucho y, sobre todo, al PSOE. Hace cuatro décadas, 123.708 electores, de los 403.142 llamados a las urnas, respaldaron a los del puño y la rosa; 103.697 apostaron por la Unión de Centro Democrático. El resultado: 4 diputados para los de Felipe González, el histórico socialista, que estaba a punto de subir a la cresta de la ola de la que ya se cayó, y 3 escaños para el grupo encabezado por el carismático Adolfo Suárez. Visto con los ojos de 2017, las preferencias de Jaén para enviar diputados a la Cámara Baja cambian poco; los parlamentarios socialistas son todavía más cuatro décadas después y, desaparecida la opción centrista que personificaba Suárez, las inquietudes conservadoras las aprovechan los populares, lo que convierte a esta fuerza en la segunda opción. En lo que se refiere a la Cámara Alta, el Senado de la calle Bailén de Madrid, resumiendo, ocurre otro tanto de lo mismo. El 15-J hubo una elevada participación, del 78,54%. Altísima marca que logra mantenerse; en las generales de diciembre de 2015, se registró un 74,83%, a pesar de transcurrir en plena campaña de la recolección de la aceituna, y, en las de junio de aquel año, un 71,9%; en los dos casos, los jiennenses estuvieron a la cabeza del país.

Ojear los periódicos de aquellos días permite obtener una foto de la provincia que había entonces. Por ejemplo, y no es un dato menor, la temperatura de aquel 15 de junio fue de 31 grados, más calor de la cuenta para aquellas fechas, porque el día de antes no se llegó a los 29. Cuarenta años después, la provincia vive, como la que más, una de las cada vez más frecuentes olas de calor que abrasan España, con máximas de 40 grados. Otro apunte, esclarecedor, 24 horas después de que una manifestación recorriera las calles de la capital para alzar la voz contra las carencias que soporta la capital y el resto del territorio provincial: hace cuarenta años, ya ocurría lo mismo. “Queremos contribuir a que Jaén deje de ser la cenicienta de España”, reflexionó, tras saberse elegido senador por el PSOE, Juan José Contreras Guardia que pidió la ayuda y colaboración de todos para lograrlo. Su homólogo de UCD, Pedro Manuel Damas Rico, hacía una oferta y apelaba a la responsabilidad de los políticos: “Ofrezco mi colaboración a mis compañeros del PSOE, en la misma medida en la que se la pido desde aquí, para que todos juntos aunemos nuestros esfuerzos al mejor servicio de España y Jaén”. Como todavía sucede, los ingresos de la mayoría de las familias dependen del monocultivo del olivar, una dependencia para la que también se prometían soluciones. Curiosamente, la efervescencia democrática diversificó, aunque solo fuera a lo largo de la veintena de días de campaña, la actividad económica, gracias a trabajos como pegar carteles, reparto de propaganda o labores administrativas de distinta índole.

Atractivos. Por entonces, no había Instituto Andaluz de la Mujer, ni nada que se le pareciera. Eso explica que quedaran negro sobre blanco, y que nadie pusiera el grito en el cielo en la provincia, ante reflexiones periodísticas como que las mujeres, en el momento de encerrarse en su cabina para depositar su voto, en cierto modo, se vieran influenciadas por la resultona imagen y la juventud de los que se convirtieron, tras esos inéditos comicios, en los principales líderes parlamentarios, Adolfo Suárez y Felipe González.

Para los jiennenses, hombres y mujeres, también se dedicaron análisis como que solo su elevada tasa de analfabetismo, en torno al 30%, explicaba la abultada victoria del PSOE. Casi medio siglo después, algunas lecturas, aunque ya no apunten directamente a esta factor, sí ligan a un menor desarrollo y la dependencia de las ayudas públicas, el hecho de que los hombres y mujeres de Jaén voten como votan. Este sambenito, eso sí, es compartido con buena parte de Andalucía. La capital, como primera ciudad de la provincia, era entonces la punta de lanza de una transformación que, aunque no tan veloz como se esperaba, estaba en marcha. Por aquel entonces comenzó a crecer el casco urbano por el Polígono de El Valle y se aprobó una inversión de 16 millones de pesetas para la urbanización de la Senda de los Huertos. Por aquel entonces, el antiguo Hospital Capitán Cortés ya había cumplido dos décadas de vida, y el “Princesa”, en la carretera de Madrid, estaba nuevecito, solo llevaba cuatro años en funcionamiento. Uno de los principales proyectos que se acometió, para garantizar la conservación del rico patrimonio jiennense, fue una minuciosa restauración de la Capilla de San Andrés y, entre las principales preocupaciones ciudadanas, estaban los depósitos de combustible que había junto a la Renfe, en la calle San Francisco Javier, que habían dado más de un susto, el último, un incendio poco antes de las elecciones. Esta queja vecinal llevó a seiscientos vecinos a presentar quejas ante las autoridades. Como en la canción y el 15-J, en aquella ocasión, Jaén habló.