Una trayectoria consolidada

Juan Cruz Cruz pasa estos meses en su Baeza, lugar que le ha reconocido su cariño con diversas muestras como dedicarle una calle con su nombre

15 sep 2019 / 11:43 H.

Un año más, pasa los meses de estío, en su amplia y cómoda casa de Baeza, el destacado baezano Juan Cruz Cruz, profesor honorario de la Universidad de Navarra, residente en Pamplona, donde publicó escritos sobre Baeza (media docena de importantes libros), con interesantes datos inéditos, que llevan el nombre de Baeza a toda España y al extranjero, y eso lo hace muchas veces personalmente. Juan Cruz Cruz es una alta personalidad de ámbito internacional, conocido en las universidades españolas y extranjeras por sus magistrales conferencias, cursos especiales de doctorado en filosofía: también muy solicitado por el rico contenido de su buena oratoria. La Universidad de Navarra ha publicado en su honor dos excepcionales libros sobre su amplio currículo académico, que ha vivido con intensidad, entregado con gran devoción a la enseñanza. Sus alumnos lo recuerdan con estima y agredecimiento por sus valiosas exposiciones. La docencia universitaria del profesor Cruz ha sido muy amplia: no solo temporalmente (cuarenta y cuatro años, entre 1964 y 2010), sino especialmente en la abundancia de cargos docentes que ha debido atender. En la Universidad de Navarra ha sido sucesivamente Adjunto, Agregado, y Ordinario (Catedrático). También sacó en 1974 la plaza de pprofesor titular de la Universidad Complutense de Madrid. Es autor de 50 libros propios y más de 20 traducciones del alemán, del latín y del francés. Sus artículos filosóficos en varias revistas rondan los 120. Ha impartido clases de licenciatura de primer y segundo ciclo, máster y doctorado. Nombrado profesor visitante o extraordinario de las Universidades Menéndez y Pelayo, Autónoma de Madrid, Austral (Argentina), Montevídeo, Los Andes (Chile), Mendoza, Panamericana (México), Cuyo, Piura (Perú), Universidad Católica de Buenos Aires, Católica de La Plata (Argentina), etcétera. La mayoría de sus curso se han centrado en Filosofía de la Historia y en Historia de la Filosofía del idealismo alemán (Knt, Reinhold, Fichte, Schelling y Hegel), asignaturas que ha impartido durante tiempo prolongado. Puede decirse que ha cultivado la mayor parte de los temas del currículo académico, algo de lo que seguramente solo son capaces los grandes maestros del saber. Siempre ha destacado por su afán de servicio a la Universidad, actuando como director del departamento de Filosofía de la Universidad de Navarra y director de la revista “Anuario Filosófico”. Su trabajo ha sido inmenso, dirigiendo tesis doctorales, reuniones y congresos sobre pensamiento del Siglo de Oro español, del que ha venido a ser autoridad internacional, fundando sobre ese tema una línea editorial con más de 150 libros de varios especialistas. Actualmente es miembro del Consejo directivo de la Lín ea especial de investigación de la Universidad de Frankfurt (Alemania), orientada a la construcción (en los siglos XVI y XVII) del derecho natural y de la justicia en países de Europa y América. Si hubiera que hacer un relato más pormenorizado de su vida académica, no podría pasarse por alto su condición de becario de la Fundación Oriol-Urquijo, de la Fundación March, y de la alemana Fun dación Humboldt; como tampoco las numerosas funciones de gobierno y representación universitaria, entre las que se cuentan, en la actualidad, el ser miembro de consejos editoriales y comités científicos de revistas no españolas. Sus destacados libros sobre Baeza (La Catedral de Baeza, Baeza histórica y monumental) han sido muy solicitados, por destacar, con bellas fotografías, su carácter de Patrimonio de la Humanidad. También ha puesto en valor el pensamiento de tres grandes baezanos del siglo XVII: primero, la confluencia de neoplatonismo y mística en la obra de Tomás de Jesús; segundo, la preclara exposición de la Inmaculada, hecha por Diego Pérez de Valdivia; y tercera, el arranque teológico de la poesía de Alonso de Bonilla: los tres publicados en la Universidad de Navarra. Como merecido reconocimiento a su alta personalidad, le ha sido dedicada una calle con su nombre en el barrio monumental, tan bellamente estudiado por él. También sus amigos baezanos celebramos con regocijo su estancia en Baeza, por su simpatía y sus aficiones musicales, mostradas al piano en círculos de amistades y otros actos. Siempre habrá un grato recuerdo para él en la Asociación Cultural Baezana, fundada por él, de la que muchos e importantes actos culturales se vivieron durante varias décadas. Un hombre sencillo, cercano y sonriente. Pero también un sabio.