Los ángeles de la guarda

El próximo pleno de la Corporación Municipal de Jaén estudiará la concesión de la medalla de oro de la ciudad a la Guardia Civil, un cuerpo que vela por la seguridad de todos

15 dic 2019 / 11:45 H.

Estaba muy atento a la petición que se había hecho por parte del Círculo de Amigos de las Fuerzas Armadas, con mi amigo Eduardo López Aranda “Cheto”, al frente, del proceso que se había iniciado para que se otorgara a la Guardia Civil la Medalla de Oro de la Ciudad de Jaén.

Con gran satisfacción he leído en las páginas de Diario JAÉN, que ese proceso está avanzando y que la petición se llevará al próximo pleno municipal para que sea confirmada. Y estoy feliz, porque siempre me he sentido un fiel admirador del trabajo que realizan las Fuerzas de Seguridad del Estado en la ayuda, el apoyo y la cercanía con el ciudadano, para solucionar cualquier tipo de problemas que surjan, no solo por la Guardia Civil, sino el CNP y las Policías Locales de nuestros ciudades y pueblos. Pero en el caso que nos compete, destaco a “nuestra” Guardia Civil, y a todos sus miembros que han servido a la provincia de Jaén, marcan un especial protagonismo. No obstante, entiendo que esa Medalla de la Ciudad de Jaén es para la Benemérita, sin distinción de zonas o territorios.

Soy de los que consideran que nuestras Fuerzas de Seguridad merecen el reconocimiento a su trabajo, pero en este caso especial tengo que destacar, y lo hago con orgullo, el quehacer de “nuestra” Guardia Civil. Y por este reconocimiento, y delante del ordenador, me vienen a la memoria momentos en los que tuve una gran relación con representantes de la Benemérita. Así, quiero que queden plasmadas aquellas colaboraciones en Torredonjimeno, con el Teniente Reyes, que tras ascender a capitán se trasladó a Martos. Con el Teniente Jiménez, luego capitán, creo recordar, en la Sierra de Segura, y con el que mantuve una buena amistad. Todo aquello sin olvidar a efectivos como el sargento Francisco Ureña, con el que luego en Jaén, dado su presencia en la directiva del Real Jaén, seguí manteniendo contactos, y con aquellos guardias, López, Contreras, José Castilla, Faustino Luque y una larga relación que harían interminable este escrito.

En Jaén no puedo olvidar la buena relación que tuve con el Jefe de la Comandancia, José Sansón Merino. Luego, una gran amistad y exquisita relación con los miembros de la Benemérita que acudían como “Ángeles de la Guarda” a las distintas Vueltas Ciclistas a la Provincia de Jaén, “Ruta del Olivo”, con mi gran amigo, Fernando Padial, que era Jefe Provincial del Subsector de Tráfico, y aquellos excepcionales guardias que tanto me ayudaron en mi cometido informativo como el “gigantón” Pascual Morantes, o el de la “bandera verde”, al final del pelotón, José Antonio Frías, con el todavía tengo contactos casi diario, entre otros. También tengo que agradecer el apoyo que recibía cada tarde de domingo cuando, sin móviles, facebook o wasapps, tenía que llamar a los cuarteles de la provincia para que me informaran de los resultados de los partidos que en cada pueblos se celebraban.

En los último tiempos, me une una gran amistad con el coronel en funciones en Jaén, Luis Ortega, del que tengo que decir que no he conocido un guardia civil de tan alto grado, más cercano que él con la sociedad. Me ha invitado a estar en la comandancia con el ya Teniente Coronel Francisco Lozano, o con el capitán Jiménez que, aunque muy pequeño se marchó a Bailén, me he enterado que es paisano, porque nació en Torredonjimeno. Y muy buena relación con Fermín Cano, responsable de prensa de la Comandancia. También buena amistad con Manolo Aguilar, un guardia civil singular al que siempre veía, año tras año, custodiando a las imágenes de la Cofradía de la Vera Cruz, la de “los Civiles” y a la de “El Abuelo”. Mi recuerdo también para Vicente Torres, que vinculado a mi familia, nunca escatimó elogios por la labor de todos los integrantes de esta institución.

Me siento muy vinculado a la Guardia Civil. Creo que son hombres y mujeres que se juegan la vida continuamente por nosotros. Ahí están las innumerables acciones que realizan y que son dignas de todo nuestro reconocimiento. Y voy a terminar con unas palabras que comparto y que el presidente de la Diputación Provincial, Francisco Reyes, plasmó en el libro sobre la Guardia Civil que escribió mi gran amigo, el coronel Antonio Serrano, sobre los “Jefes de la Comandancia de Jaén”. Reyes resaltó que “la provincia de Jaén y su extenso ámbito rural conoce bien la labor diaria de la llamada ‘Benemérita’, para garantizar la seguridad y el bienestar de sus gentes; los cuarteles que salpican nuestra geografía, son lugares de servicio público y atención. Nuestras carreteras con más seguras con su presencia, y nuestro medio ambiente, con el gran espacio que tenemos, demanda un protección que garantiza una Guardia Civil que ha sabido adaptarse a los tiempos, para que esa vocación de servicio que sus integrantes llevan en sus venas, se imponga y prime en nuestro día a día”.

Por tanto, creo que más que merecida, por todo lo que la Guardia Civil aporta a nuestra tierra, esta Medalla de Oro que se le va a conceder, espero que por unanimidad, por nuestra Corporación Municipal. Por lo expuesto, y por muchas cosas más, entre ellas la cercanía con la ciudadanía y porque nunca nos deja abandonados. ¡Viva la Guardia Civil!